Ubu Rey
(%=Image(6479535,»L»)%)Alfred Jarry -precursor del absurdo en el teatro y en la literatura- tenía
apenas quince años de edad cuando escribió y escenificó su obra más famosa
“UBU Rey”. Mucho de genio tenía que haber en un muchacho que apenas iniciaba
la adolescencia, para armar esa extraordinaria sátira contra el ejercicio
abusivo del poder. UBU es un rey grotesco, símbolo de la codicia, la
ignorancia y la arbitrariedad, tanto que el término “ubuesco” es
generalmente admitido como sinónimo de absurdo, aberrante y ridículo. Jarry
inventa, a la par que a este singular personaje, la palabra Patafísica, o
sea la ciencia de las soluciones imaginarias. Y por supuesto, el lenguaje
patafísico de UBU que es sobre todo un lenguaje destructor. Jarry lo
explicaba así: “El lenguaje no pretende representar la realidad (de todas
maneras no podría hacerlo puesto que miente) sino que sustituye la realidad.
La estructura lingüística es otra realidad, otra verdad. La redimensión
patafísica del lenguaje hay que hacerla desde el caos, es decir en un orden
desordenado. A partir de esta explicación se comprende porque es difícil
distinguir en los parlamentos de UBU Rey, dónde termina el lenguaje-verdad y
dónde empieza el lenguaje-mentira. Es el uso de la lengua como elemento de
dominación”.
La primera, más importante y reiterativa palabra de UBU Rey es merdre, una
invención del autor que no requiere traducción. A partir de ella lo sublime
se abraza con lo vulgar, el amor espiritual con la obscenidad, y Emmanuel
Dieu (Dios) con la bestia (UBU).
Tomemos al azar algunos extractos del Acto III, Escena I: Padre UBU -“Me
enriquezco, voy a hacerme leer MI lista de MIS bienes” (el escribano lee la
lista de bienes) Padre UBU -¿eso es todo, como que eso es todo? Entonces
adelante con los nobles y como no acabe de enriquecerme los voy a hacer
ejecutar a todos y así tendré todos los bienes vacantes ¡venga meted a todos
los nobles en la trampa! Daos prisa, rápido. Ahora quiero hacer las leyes. Primero voy a reformar la justicia, después de lo cual procederemos a las
finanzas”. Varios Magistrados: “Nos oponemos a todo cambio”.Padre UBU:“Mierdre, para empezar no se pagará más a los magistrados; tendréis las
multas que pronunciéis y los bienes de los condenados a muerte” Magistrados
-“Horror, Infamia, Escándalo, Indignidad, rehusamos a juzgar en condiciones
semejantes”. Padre UBU– ¡A la trampa los magistrados! Madre UBU – “¿Quién hará justicia ahora?” Padre UBU– “¡Toma! YO, verás que bien va a marchar todo”.
Padre UBU: -Ahora señores vamos a proceder con las finanzas, primero quiero
para mí la mitad de los impuestos. Estableceremos impuestos sobre la
propiedad, sobre el comercio, la industria, los casamientos y los
fallecimientos”. Financieros -“Es absurdo, no tiene pies ni cabeza, esto es
idiota”. Padre UBU -¿Os burláis de mí? ¡A la trampa los financieros! Madre
UBU –“Pero bueno Padre UBU ¿qué clase de rey eres? Acabas con todo el mundo”
El día del estreno de UBU Rey -10 de diciembre de 1896- el programa tenía
la siguiente descripción del personaje escrita por autor: “El señor UBU es
un ser innoble, asesina al rey de Polonia, hace trizas al tirano lo que
parece justo a algunos pues tiene apariencia de acto justiciero. Una vez Rey
acaba con los nobles, luego con los burócratas y después con los campesinos
Así, desapareciendo a todo el mundo asegura haber acabado con los culpables
y se presenta como hombre de principios y medio. A la manera de un buen
anarquista pone en ejecución por sí mismo sus fallos, despedaza a la gente
porque le apetece y exhorta a los soldados rusos que no disparen contra él
porque eso no le gusta. Es un poco fierabrás al que nadie contradice hasta
que se atreve contra el Zar. El Zar hace justicia y lo separa del trono del
que abusó, expulsa al señor UBU de Polonia con las tres partes integrantes
de su potencia, integradas el siguiente vocablo: “cuernoepanza” por el
poderío de sus apetitos inferiores.
Nunca imaginé, en los tiempos que vivimos, poder escribir un artículo sin
ocuparme de Chávez para nada.