La dirección equivocada
Venezuela vive momentos fulminantes de su historia política contemporánea. Plagada de contratiempos debido a la ineficacia que ha demostrado el gobierno nacional en la gestión pública, aún debemos agregarle la vigencia del llamado “proceso revolucionario”, así como la falta de visión de quienes se han pretendido llamar “líderes de la oposición”, y hasta en muchos casos, “candidatos presidenciales de la transición.” Basado en un lenguaje populista, coloquial y hasta chabacano, el Jefe de Estado, desde los inicios de su gobierno, ha venido advirtiendo lo que sería una revolución pacífica, pero armada, así como “la muerte de lo viejo, y el nacimiento de lo nuevo”. Quienes en un principio pensamos que sus mensajes correspondían únicamente a la emoción del momento, a estas alturas hemos tenido que apreciar el cumplimiento de las etapas, ya anunciadas por el Señor Presidente, de lo que será en definitiva la revolución Bolivariana.
Ante las iniciales invasiones por parte de ciertos sectores de la población a la propiedad privada, las mismas ya se han convertido en una costumbre. En materia de educación hemos visto la variante, desde la amenaza de modificación de la Ley de Educación, con el objeto de establecer censores por parte del Estado frente a las actividades educativas; hasta hoy en día, en donde el gobierno cuenta con un mecanismo mucho más apto para controlar la educación pública en Venezuela, mediante la implementación de las llamadas “Misiones,”en las cuales directamente es impartida la educación revolucionaria a los estudiantes beneficiados con éstas. El establecimiento de un control de cambios que limita el otorgamiento de divisas para los amigos del régimen fundamentalmente; la creación de organizaciones sindicales y empresariales paralelas en desconocimiento de la designación de sus verdaderos representantes, la militarización del sector público mediante la sustitución de los funcionarios públicos civiles. El desconocimiento del gobierno de las decisiones judiciales que no beneficien al régimen, así como la destitución o suspensión de aquellos Jueces que hayan tomado decisiones contrarias a los intereses de éste. La creación o modificación de las Leyes que perturben la materialización de los planes del gobierno, como la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia, entre otras. La detención arbitraria a personas que hayan manifestado públicamente su crítica al régimen. La inexistencia de instituciones públicas a dónde acudir para denunciar la violación de los derechos de los ciudadanos; así como la constante violación de esos derechos humanos, en donde las víctimas han padecido muertes, heridas, desapariciones, torturas y detenciones ilegales. La actitud complaciente del régimen, con personas u organizaciones consideradas como terroristas en el mundo; tales como la guerrilla colombiana, en donde los gobiernos de Venezuela y Cuba, son los únicos en el mundo que no han aceptado la calificación de aquellas como terroristas, para hacerlos llamar “combatientes de la dignidad”. La manifiesta injerencia política del Comandante Fidel Castro y su gobierno, en los asuntos internos de Venezuela, aupada por parte de las autoridades venezolanas “por la materialización de un régimen político que debe servir de ejemplo para Venezuela y todas las naciones del mundo”, según afirmara el Jefe de Estado venezolano. Las constantes amenazas a la población y a cierto sector de la Fuerza Armada, respecto al uso de las armas para defender a la revolución. La instigación al odio entre distintos sectores de la sociedad venezolana por parte del Presidente Chávez y su equipo de gobierno. La limitación de los derechos inherentes a la persona humana por parte de los miembros del gobierno nacional frente a los venezolanos que han participado en los eventos del reafirmazo; entre ellos la imposibilidad de contratar con los órganos del Estado, de estudiar en las instituciones públicas educativas, de obtener sus documentos de identidad, como las cédulas de identidad, pasaportes, licencias de conducir, registro civil y solvencias, son algunos de los ejemplos de lo que significa el inicio de la revolución Bolivariana, aún no materializada plenamente.
Pero, qué hemos hecho los venezolanos frente a los constantes y descarados atropellos a los cuales hemos estado sometidos?
Frente a esta serie de situaciones, en las cuales no hemos incluido las consecuencias de las mismas; como el incremento de la pobreza, el aumento en el índice del desempleo, la inseguridad, el aumento de la criminalidad, entre otros, la oposición venezolana ha mantenido la siguiente conducta:
Existiendo una total desorganización inicial, como producto de la casi destrucción de los partidos políticos tradicionales en Venezuela a raíz del triunfo del Presidente Chávez en las elecciones de 1998; cierto sector de la oposición, se dio a la tarea de organizarse y tratar de coordinar sus actividades en función de sus nuevas necesidades, constituyendo lo que se ha denominado la “Coordinadora Democrática.” Esta organización, producto de la fusión entre distintos partidos políticos, ONG, asociaciones civiles, representantes de sectores empresariales y sindicales y personalidades particulares; superando graves obstáculos iniciales, presentados no sólo por el gobierno nacional, sino por la apatía de la población, logró sentar frente a una misma mesa a representantes del régimen, junto con algunos miembros de su organización, con el objeto de buscar salidas a la crisis de gobernabilidad existente. Esta posibilidad tuvo como testigos a una agrupación civil, representada por una figura internacional como el ex presidente de los Estados Unidos Jimmy Carter (Centro Carter), a un sector de la Organización de las Naciones Unidas como el PNUD y a la Organización de los Estados Americanos. Esta iniciativa; hay que reconocerlo, fue un logro importante, en beneficio de los intereses, no sólo de la oposición venezolana, sino del país en general.
A estas actividades iniciales ejercidas por la Coordinadora Democrática, se unieron algunas situaciones, producto del desconocimiento de la naturaleza jurídica de ciertas organizaciones vinculadas a aquella, así como de intereses personales y ambiciones políticas de muchos de sus protagonistas; creando una situación crítica, cuyas consecuencias, no sólo las hemos padecido la totalidad de los venezolanos, sino que se han venido prolongando, de tal forma, en que al proyectarlas hacia el futuro, sus consecuencias crearán un mal precedente y establecerán posiblemente las bases de lo que será la justificación del actual régimen para intentar perpetuarse en el poder.
Veamos…
1.-Es falsa la creencia respecto a que la Coordinadora Democrática era la organización designada por la Organización de los Estados Americanos (OEA) para representar a la oposición venezolana:
La OEA, como organismo producto de la manifestación de voluntad de sus Estados miembros para constituirla, mantiene relaciones jurídicas con cada uno de esos Estados por intermedio de sus representantes políticos, que son sus gobiernos. Mal podría la OEA relacionarse con grupos opositores de esos Estados, y más aún, mal podría la OEA atribuirse la competencia de designar lo que ni siquiera los ciudadanos de un país han podido hacer, como lo es, su representación opositora; más así, cuando la Carta de la OEA, instrumento jurídico que regula la competencia específica de dicho organismo, nada establece al respecto. En otras palabras; no sólo la Coordinadora Democrática no representaba, ni representa a la oposición venezolana, sino que la OEA no podía delegar en ésta una representatividad que no posee y que en todo caso, no le compete. Con esta creencia ficticia de que la C.D. era la única organización representativa de la oposición venezolana, la misma cercenó, beneficiando enormemente al gobierno de Venezuela, toda posibilidad de iniciativa propia de todos y cada uno de los grupos contrarios al actual régimen, así como de calificadas voces venezolanas. Esto es tan cierto, que mientras el gobierno creó tantos frentes como lo consideró necesario, para atacar a los disidentes al régimen; la CD amenazaba con la necesidad de unificar criterios, unificar acciones, unificar organizaciones, bajo el lema de que toda disidencia equivalía a una confrontación interna dentro de la misma oposición. Con esta idea, muchas organizaciones y personalidades que tenían voz propia y que presentaban interesantes factores de oposición al gobierno, fueron eliminadas en la práctica, facilitando las acciones al contrario bajo la existencia de un único esfuerzo de ataque. Con esta equivocada actitud, de querer eliminar toda oposición dentro de la oposición, además, se perdió toda posibilidad de escuchar aquellas ideas que pudieran ser tan o más efectivas, tan o más sabias, tan o más experimentadas, para lograr el objetivo común como lo era la salida del gobierno del Presidente Chávez, y la finalización del proyecto Bolivariano.
2.-Procedimiento de la Coordinadora Democrática:
Como uno de los elementos primordiales de toda estrategia es el tiempo; éste no fue una excepción en la lucha que se inició entre el gobierno y la CD. Para el gobierno, dadas las graves consecuencias de las acciones anteriores a la existencia de la CD, como lo fueron el paro petrolero y los sucesos del 11 de abril del 2002, el tiempo era un aliado inseparable: cada día que el gobierno ganara, después de haberse encontrado al borde de la muerte, era un día de vida más. Pero para la CD pareciera que el tiempo ningún significado tenía, más que para afianzar lo que algunos de sus miembros equivocadamente creían, que sería su liderazgo, puesto en tela de juicio. Es así, que mientras para los otros no había vacaciones, y siempre existía, (y hay) un momento para la confrontación; para la CD había vacaciones de Navidad, Semana Santa, Carnaval, días de fiesta, descansos por los viajes del ex Presidente Gaviria e infinidad de justificaciones que hacían inoportuna la necesidad de reunirse y de mantener el mensaje vivo en la colectividad venezolana y en la comunidad internacional, de que en Venezuela la cosa está que arde y que la oposición venezolana, así fuera únicamente la CD, era una organización seria, dispuesta a morir de cansancio hasta llegar a la solución final del conflicto.
3.-La firma del acuerdo de la Mesa de Negociación:
Si algún momento fue crítico para el gobierno, fue el de la firma del acuerdo en la “Mesa de Negociación”. A diferencia de lo que la CD pensaba; para el gobierno del Presidente Chávez, contrario a lo que eficientemente demostraban sus representantes en la Mesa, el gobierno necesitaba desesperadamente la firma de un acuerdo. Un acuerdo, que demostrara ante el mundo que estaba interesado en resolver el conflicto, un acuerdo que le permitiera recuperar el tiempo perdido, gobernando en cierto clima de armonía y un acuerdo que “apresara”en una sola posición a la CD. El gobierno jugó y la Coordinadora cayó…; y con esto, la CD renunciaba a todas las otras posibilidades que no fueran la “solución pacífica, democrática, constitucional y electoral”que representaba el referéndum revocatorio, paz a sus restos.
4.-La ruta hacia el referéndum revocatorio:
La CD quiso demostrar, con la firma del acuerdo, su capacidad para “poner entre la espada y la pared”al gobierno del Presidente Chávez; el gobierno, quiso demostrar al mundo la incapacidad de la CD, y por tanto de la oposición venezolana, para cumplir sus propios compromisos, y más aún, para representar a la mayoría de la sociedad venezolana, de quien se había erigido unilateralmente su única representante. Mientras tanto, el tiempo pasaba y pasaba; y lo hacía irremediablemente a favor del gobierno, y lo hacía, irremediablemente en contra de la oposición… La primera jugada, por parte del gobierno una vez encadenada la oposición con su acuerdo, fue la designación de los miembros del Consejo Nacional Electoral (CNE). Después de innumerables discusiones, respecto a los posibles candidatos a dirigir el organismo electoral, la Asamblea Nacional; entiéndase, los diputados del gobierno y los diputados de la oposición, no pudieron llegar a un arreglo respecto a la configuración del ente electoral. Evidentemente, que requiriendo ambas partes la obtención de una mayoría en dicho organismo, esa mayoría siempre se inclinaría por el gobierno, simple y llanamente porque es el gobierno el que detenta la mayoría en la Asamblea Nacional; y a pesar de algunas falsas creencias, en el mismo Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), el cual tuvo que asumir la competencia de designar a los funcionarios electorales, a falta de decisión por parte del Poder Legislativo. El tiempo seguía corriendo…
5.-Gestiones del CNE:
Si hay algún órgano que desde un principio se anotó bien con las gestiones del gobierno, fue el CNE. Consejo Nacional Electoral en general, con sus tres miembros del gobierno, y sus dos de la oposición. La primera decisión importante, y si se quiere trascendental, fue la anulación del proceso de recolección de firmas anticipado y hecho por la CD, para el referéndum revocatorio. Sobre el particular, a pesar de algunas quejas aisladas, nada pasó y las firmas quedaron anuladas. Habría que comenzar a recogerlas de nuevo, una vez estuvieran claras las reglas de juego que para tal fin dictaría el CNE. Otra decisión importante en el seno del CNE, fue el dejar sin efecto la solicitud hecha por el oficialismo, respecto a la posibilidad de recolección de firmas para un referéndum revocatorio en contra de los Alcaldes y Gobernadores de la oposición. Nada hizo tampoco la CD, si bien el CNE no era competente para dejar sin efecto tales solicitudes, al menos que no se hubieran cumplido con los requisitos constitucionales para tal fin. El alegato del órgano electoral, era la inoperancia de tal solicitud frente a la “inminencia de las elecciones regionales”, hecho éste que al parecer nunca fue tomado en cuenta por la propia CD; la cual, una vez acordada oficialmente las elecciones regionales por el CNE, manifestó su asombro ante las mismas, cuando ya desde meses antes, al negar el organismo el referéndum regional, había advertido que se procedería a dicha convocatoria.
6.-Entrega de las firmas al CNE:
Convocada por el CNE, a solicitud de la CD, la recolección de firmas para el referéndum revocatorio en contra del Presidente de la República y de los diputados del oficialismo; a pesar de haberse cumplido a cabalidad con el plazo y las expectativas establecidas respecto al número de firmantes, la CD decidió no entregar las firmas de las cuales era depositaria, más no propietaria, “hasta tanto el CNE no diera garantías de confianza en sus actividades”. Tales garantías, teniendo en cuenta la forma en que dicho organismo fue designado, así como la naturaleza de sus miembros, eran prácticamente imposibles de obtenerse, como lo han demostrado los sucesivos actos posteriores realizados por el organismo electoral. Días antes de la realización del reafirmazo, el gobierno había efectuado su “firmazo”. Los representantes del oficialismo, tampoco entregaban las firmas al CNE; pero ellos no tenían nada qué perder. El tiempo corría a su favor; mientras que para la CD, y la oposición que confiaba en la verificación pronta de las firmas, el tiempo corría, en su contra…
7.-Reparos:
Comprobadas las firmas por el CNE, éste estableció que por lo menos 800.000 firmas, contenidas en las llamadas “planillas planas”debían ser corregidas (reparos) para su validez por sus firmantes. Posteriormente fueron agregadas a estas firmas, casi 400.000 más. En un principio, la CD manifestó su negativa a participar en los referidos reparos, toda vez que señalaba la falsedad de la afirmación realizada por el CNE. Dicha negativa fue ratificada mediante una gran marcha nacional, la cual se realizó el 27 de febrero, con las lamentables pérdidas humanas que todos conocemos. A raíz de tales hechos, y como muestra de rechazo por parte de la colectividad opositora al régimen, se realizaron actos de protesta en distintos sectores de la capital, básicamente mediante el cierre de importantes calles y avenidas, bajo el establecimiento de “barricadas”, así como de colocación de escombros en tales lugares. A pesar de esta rotunda negativa por parte de la CD, y después de los sucesos producidos como consecuencia de tales negativas, inexplicablemente la CD decidió “negociar con el CNE la posible participación en los reparos”. Simultáneamente a estos hechos, ciertos miembros de la CD, a título particular, interpusieron un recurso jurisdiccional ante la Sala Electoral del TSJ. Estando en la oportunidad de decidir, la Sala Electoral, ordena al CNE convocar inmediatamente al referéndum revocatorio presidencial y tomar en consideración como válidas, las firmas contenidas en las planillas planas. Esta decisión tomada por la Sala Electoral del más alto Tribunal del país, posiblemente haya sido la decisión jurisdiccional más importante que tribunal alguno en este periodo constitucional haya podido tomar. No obstante, a pesar de las innumerables acciones de protesta convocadas por CD en anteriores oportunidades y hasta por motivos más fútiles; en esta oportunidad, en que se requería la participación de toda la ciudadanía exigiendo al ente electoral la ejecución inmediata de esta decisión, nada sucedió, y muy por el contrario, la CD continúo negociando la posibilidad de acudir a los reparos.
8.-Elecciones regionales:
El CNE fijó la oportunidad para celebrar las elecciones regionales, no sin antes establecer el lapso de presentación de las respectivas candidaturas. Al respecto hubo un rechazo contundente por parte de un sector de la CD para la celebración de tales elecciones, alegando que las mismas obedecían a una estrategia del CNE para facilitar al gobierno darle largas al referéndum revocatorio presidencial. De igual forma, objetaron la fecha en que las elecciones regionales se celebrarían, alegando la premura de las mismas, si bien tales elecciones habían sido la justificación del CNE, seis meses antes, para dejar sin efecto la solicitud de recolección de firmas en contra de los Alcaldes y Gobernadores de la oposición. A pesar de este aparente rechazo por parte de la CD; en el lapso de postulaciones de dichos cargos, la CD no sólo presentó sus candidatos, sino que lo hizo en demasía, hasta tal punto que en ciertas gobernaciones existen hasta una decena de postulados para el cargo de Gobernador.
9.-Aceptación de los reparos:
Después de innumerables discusiones al respecto, así como de denuncias por la posible existencia de fraude nuevamente por parte del CNE, la CD aceptó participar en los reparos. Tal aceptación, como bien lo ha señalado el CNE, implica la participación en los mismos, para el mes de junio del presente año; así como, “si todo va bien”, la posible celebración del referéndum revocatorio para el 8 de agosto, es decir, para 10 días antes en que, según la Constitución Bolivariana, y la decisión del TSJ, cesa la oportunidad para obtener, por la vía del referéndum revocatorio, la posibilidad de elecciones para terminar el periodo presidencial. En caso de traspasar esa fecha; a pesar de existir la posibilidad de efectuarse el referéndum revocatorio, el mismo no dará como consecuencia una nueva elección presidencial, sino únicamente la terminación del gobierno, asumiendo el cargo de Presidente de la República, el Vicepresidente Ejecutivo. De igual forma, el CNE modificó la fecha de celebración de las elecciones regionales para el mes de septiembre del presente año. En lo que respecta a los reparos, siendo que los mismos son consecuencia directa del ejercicio de la facultad de solicitar referenda por parte del pueblo, como producto del ejercicio de la soberanía; la cual, como lo establece la Constitución Bolivariana, “reside en el pueblo, y se ejerce directamente por éste, mediante el sufragio”, NINGUNA PERSONA, AGRUPACION O AUTORIDAD, representante del gobierno, o representante de la oposición, ni siquiera habiendo recibido expresamente esa orden por parte de los sufragantes, tiene la facultad para ejercer, ni para renunciar al ejercicio de tales derechos. En otras palabras, el ejercicio del derecho a los reparos, como consecuencia directa de la posibilidad de solicitar referendos, así como de elegir por parte del pueblo a sus autoridades, es un derecho personalísimo, indelegable e insustituible; y por tanto, imposible jurídicamente de ser cedido, o negociado por persona alguna, y por ende, cualquier acuerdo realizado en función de tales derechos, es nulo, de nulidad absoluta, y así lo saben perfectamente las autoridades del CNE.
10.-Las consecuencias de las acciones:
No hay acción sin consecuencias, por muy imperceptibles que éstas parezcan. La situación planteada con la participación en los reparos a ser convocados por el CNE, evidentemente acarreará consecuencias que influirán en el desenlace, que tarde o temprano se producirá en la situación política venezolana.
No hay triunfo posible cuando no existe igualdad de condiciones para negociar. Esto es una máxima de todo negociador: hay negociación si hay algo que ceder, si hay que ganar. Pero igualmente hay negociación, si tenemos la capacidad de negociar, si nos asiste la facultad o el derecho para hacerlo.
El tema de la participación de la sociedad civil, no de la CD, en los reparos, va mucho más allá que la simple posibilidad de corregir; o en todo caso, de ratificar una firma. La participación de la sociedad civil frente a la convocatoria del CNE, pasa por el tamiz nacional e internacional, de aceptar como válida la convocatoria de ese organismo electoral; de reconocer la objetividad, la imparcialidad, la legitimidad del Poder Electoral representado por aquél. El argumento de que “vamos a reparos para demostrar una vez más que nos están robando las firmas” no puede ser aceptado por una sociedad seria que busca, por el camino de la paz, la eliminación de la violencia como instrumento para gobernar. Participar en los reparos, como condición para celebrar un referéndum revocatorio, a pocas horas de extinguirse la facultad constitucional de lograr por esa vía una nueva elección presidencial, significa el aceptar de antemano que la misma está perdida. Significa el saber de antemano, que una vez finiquitado el procedimiento, el cual será ejercido por el mismo CNE, bajo las mismas condiciones, durante el mismo gobierno, y bajo una misma CD, no habrá marcha atrás; y que así como una y mil veces el régimen ha mutilado la realidad de las cosas haciendo ver a la víctima como agente provocador, ahora demostrará ante el mundo que esa Venezuela, que esa oposición, y no que esa CD, no sabe perder, no sabe reconocer sus errores. En cualesquiera de los casos, el régimen tiene todas las de ganar: Si hay reparos y se convoca a un referéndum revocatorio presidencial, el mismo tendrá dos posibilidades; la primera, el triunfo del gobierno frente a la oposición. En este caso, ya no habrá justificación alguna para crear nuevas figuras después de agosto, ni excusa valedera posible, cuando somos nosotros mismos quienes estamos aceptando la legitimidad de un órgano que sabemos ilegítimo…La segunda posibilidad, sería el triunfo de la oposición en el referéndum revocatorio; triunfo que no necesariamente implicará la realización de elecciones nacionales, y que sustituirá, si se realiza días después del 18 de agosto, a un presidente de un gobierno oprobioso, por otro presidente del mismo gobierno oprobioso. La decisión no es un problema de “negocios”, la decisión no es un problema de la CD ni del CNE. La decisión es un problema práctico en el cual cada venezolano tendrá la posibilidad de analizar con su conciencia, con su lógica, pero también con sus valores morales, qué es lo que desea para su país, y qué es lo que es capaz de arriesgar; así como de asumir su responsabilidad respecto a sus propios triunfos y sus derrotas, sin seguir esperando a que otros decidan por uno, y sin seguir esperando a que otros se equivoquen por uno…