Agricultura: Del pasado al presente
Nuestra producción de alimentos evolucionó en corto tiempo del conuco, que solo suministraba sustento a unos pocos, a un modelo que llegó a abastecer parte del consumo local e incluso exportar unos pocos rubros. Este logro fue a pesar de las erráticas políticas agrícolas de casi todos nuestros gobiernos, de una moneda sobrevaluada y de unas condiciones de suelos que no son las mejores. Esta evolución fue posible gracias al éxito del combate contra el paludismo en el medio rural y al ingreso petrolero que permitió la captación de un importante número de agricultores venidos de ultramar, la formación de valiosos profesionales del agro, la adquisición de maquinarias, equipos e insumos, la construcción de infraestructura y el otorgamiento de subsidios aunque a veces mal orientados.
La presencia de numerosos agricultores venidos principalmente de Italia, España y Portugal fue fundamental para el progreso de nuestro sector agrícola, especialmente en los rubros de arroz, frutales y hortalizas. Estos laboriosos inmigrantes acudieron a esta tierra que otrora fue de Gracia atraídos por el crecimiento económico que impulsaba el oro negro. También la mano de obra colombiana ha sido importante en la ganadería y cosecha de café.
Gracias al petróleo pudimos formar valiosos recursos humanos tanto en Venezuela, como en prestigiosas universidades del exterior. Tuvimos excelentes peritos agrónomos y productores como Chollet, Argenis Vivas, Concho Quijada, Waldemar Cordero, René Sosa y Luis Infante. Personalmente debo parte de mi formación como entomólogo a las enseñanzas prácticas de los peritos Miguel Nieves y Oscar Cedeño. Hemos contado con destacados ingenieros agrónomos y veterinarios como Campos Giral, Marcano Coello, JJ. Cabrera Malo, Jesús Silva Calvo, Pompeyo Rios, López Luque, Badillo, Jaime Henao Jaramillo, Mauricio Báez, Luis Segnini, Héctor Hernández Carabaño, Rojas Gómez, Felipe Gómez Álvarez, Hugo González, Pedro Elías Marcano, Fontana, Bascones, Obregón, Pedro y Julia Brito, Fernández Yépez-JJ. Villasmil, Humberto y Lilian Reyes, Benachio, Pla Sentis, JJ. Montilla, Comerma, Arias, Mazzani, Hernán Oropeza, Plasse, Eduardo Gonzáles Jiménez, Claudio Chicco y muchos otros que dieron importantes aportes a nuestra agricultura.
También algunos de nuestros profesionales del agro han mostrado entereza para defender al sector agrícola. Al respecto recordamos el caso de Eduardo Mendoza Goiticoa, ministro de agricultura, y Claudio Muskus , Director de Ganadería, que renunciaron a raíz de que la Junta Revolucionaria de Gobierno presidida por Betancourt, tomó la decisión de importar carne de Argentina, país afectado por la fiebre aftosa, que por esa medida populista se introdujo en nuestro país.
El sector privado hizo importantes contribuciones al desarrollo de nuestra agricultura. Basta recordar el apoyo entusiasta que dio Eugenio Mendoza Goiticoa para que el sorgo fuese una realidad que cambió la ganadería en el Guárico, que pasó de un sistema de trashumancia a uno permanente en donde los animales disponían en el verano de la soca del sorgo. También el apoyo a Foremaíz, esfuerzo conjunto entre la Fundación Mendoza y el sistema de investigación del Estado. Igualmente la labor de la Fundación Polar en apoyo a la investigación en soya y maíz, y de la Fundación Danac, también patrocinada por esa empresa.
Además de café y cacao, productos tradicionales de exportación, en la etapa de la Venezuela civil llegamos a exportar arroz, mangos y melones; nos autoabastecíamos de carne de res, de pollo, huevos y maíz blanco y gastábamos en importaciones de alimentos unas cinco veces menos que en la actualidad. . Nuestras limitaciones de suelo y clima nos impiden ser una potencia agrícola, pero sí podemos autoabastecernos de muchos rubros y tenemos ventajas comparativas y competitivas para producir arroz, café, cacao, frutales, caña de azúcar, especies maderables y carne de vacuno.
Después de haber contado con una pléyade de buenos profesionales del campo, extraña que hoy nuestras facultades de agronomía, de veterinaria y de zootecnia permanezcan mudas ante los atropellos a la propiedad privada en el campo, así como ante la desastrosa situación de nuestra agricultura. Mientras en los mercados mundiales se consigue aguacates de Guatemala y de México, plátanos y cambures de Costa Rica y de Ecuador, café de Colombia y de Brasil, es inaudito que el ministro de agricultura, siendo ingeniero agrónomo y profesor universitario, se preste no solo para que el régimen importe café y arroz de Nicaragua, arroz de Guyana y carne de Argentina, sino para las agresiones al sector privado agropecuario.
Ciertamente requerimos mejorar la infraestructura agrícola y apoyar más a la investigación, pero cualquier esfuerzo será vano si no hay seguridad personal y jurídica en el campo. Esto solo se logrará con un nuevo gobierno, cuya meta a largo plazo debería ser tener una balanza comercial agrícola cercana al punto de equilibrio.
Como en botica: Como político que piensa en el futuro, Leopoldo López tenía que presentarse ante la justicia roja y el estudiante Marco Coello, torturado por el régimen, tenía que solicitar asilo. Leopoldo debería quedar libre de culpa. Si es sentenciado seguirá libre, aunque en Ramo Verde, mientras que si se comete el exabrupto de condenarlo, la jueza seguiría caminando por estas calles, pero condenada por la opinión de los demócratas. ¡ No más prisioneros políticos, ni exiliados!