Monedas de América Latina resistirían volatilidad global
Las monedas latinoamericanas probablemente se sostendrán frente a la volatilidad global pero siguen expuestas a problemas fiscales domésticos y a la incertidumbre sobre el resultado de las elecciones de Estados Unidos este año, mostró el martes un sondeo de Reuters.
La mediana de las estimaciones para la moneda brasileña en 12 meses fue de 3,75 por dólar, 1,9% más fuerte que en el panorama de junio. El peso chileno y el sol peruano también tuvieron proyecciones estables o mejores.
El real de Brasil subió 11% en junio a su máximo en casi un año ya que el banco central indicó que mantendría la tasa de interés referencial en un elevado 14,25% más tiempo de lo previsto para combatir la alta inflación en el país.
Los operadores del mercado esperaban que Brasil comenzara a recortar las tasas de interés pronto para favorecer una recuperación desde la peor recesión en décadas.
Pero el recientemente designado presidente del Banco Central, Ilan Goldfajn, sorprendió a los inversores el mes pasado al sugerir que la tasa referencial seguiría sin cambios por algunos meses.
«El tono más estricto del banco central brasileño, indicando la demora del alivio de la política monetaria, beneficia al real en el corto plazo», dijeron en un informe los analistas de JP Morgan.
Sin embargo, el enorme déficit fiscal de Brasil sigue siendo un amenaza para el real. En la firma Haitong Securities, el economista Flavio Serrano dijo que podría recortar sus estimaciones para la moneda a menos que haya señales de mejora en las cuentas públicas del país.
«Los riesgos fiscales (…) deberían generar alguna prima sobre el tipo de cambio», dijo Serrano. Brasil registró su mayor déficit presupuestario primario para un mes de mayo, encaminándose a alcanzar la meta de 170.500 millones de reales (53.520 millones de dólares) esperada para este año.
Los planes del presidente interino Michel Temer para bajar el déficit el próximo año calmaron los temores de los inversores.
Pero el éxito de su iniciativa de austeridad dista mucho de ser algo seguro, ya que requiere la aprobación en el Congreso de leyes impopulares en un país sacudido por las divisiones políticas y los escándalos de corrupción.
Peor panorama para peso mexicano
En contraposición a la mejora del cuadro para el real, la proyección mediana para el peso mexicano se desplomó 4,0% a 18,2250 en un año. Las estimaciones fueron recopiladas antes de que el banco central mexicano elevara su tasa en 50 puntos básicos el jueves pasado.
La decisión de Banxico, como se conoce al organismo, buscó apuntalar al peso, que se hundió 5,8% en el segundo trimestre debido a que los temores sobre el «brexit» golpearon a la moneda de mayor volumen de negociaciones de América Latina. El peso subió posteriormente y pareció estabilizarse.
Tras el primer impacto de la votación de los británicos para salir de la Unión Europea, y con la Reserva Federal estadounidense cada vez más forzada a dejar estacionada su política monetaria, Juan Carlos Alderete de Banorte-Ixe, dijo que «otro gran tema que pudiera ser complicado para el peso en particular definitivamente es la elección de Estados Unidos».
«Hay que protegerse de lo inesperado porque no es tan inesperado o poco probable que gane (Donald) Trump», agregó, refiriéndose al precandidato presidencial republicano. Su visión encaja con una postura pesimista entre los inversores especulativos.
Los fondos apalancados tenían una posición neta de 49.542 contratos cortos para el peso al 28 de junio, de acuerdo con datos de la Comisión de Operaciones de Futuros de Estados Unidos (CFTC, por sus siglas en inglés). Esto era menos que el récord para este año de 52.520 pero bastante arriba del promedio de 29.650.
La promesa de Trump, de construir un muro a lo largo de la frontera sur de Estados Unidos con México para evitar el ingreso de inmigrantes ilegales y de drogas, agregó una capa adicional de intranquilidad en los mercados mexicanos este año.
Otro plan que dijo tener, de renegociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), también podría afectar las perspectivas económicas de México.