Opinión Nacional

Fenómeno y génesis

La raíz de las manifestaciones violentas, canalizadas a través de la guerra,
es producto de las potencias por dominar al mundo. Por ejemplo, el ataque a
las torres del World Trade Center de Nueva York en septiembre del 2001,
responde a algo mucho más complejo que al terrorismo invocado por el
Presidente Bush. Ese hecho concreto es el fenómeno visible, pero no la causa
que lo generó.

No obstante, así como en los fenómenos paranormales, la existencia de la
cuarta dimensión es imperceptible al cerebro humano, en las relaciones
sociales hay también componentes invisibles. La cuarta dimensión no se puede
ver. Es intangible. Lo extrasensorial es aún inexplicable. El alma, los
espíritus, los milagros, todo este mundo que lo creemos mágico y que sigue
siendo un misterio, no lo capta el cerebro del hombre terrenal. Se mantiene
en el plano de lo incomprensible.

Sucede igual en las relaciones político-sociales. La génesis de los hechos
son imperceptibles. Lo cubre el fenómeno, que si es visible y explicable. El
fenómeno es la apariencia, mientras que la causa que lo genera, no es
percibida por la gran mayoría de la humanidad. La raíz está oculta, inmersa
en los lugares más recónditos de la justificación. En la guerra vemos a los
adversarios y cada uno de ellos explica sus motivaciones. Razones que
podemos o no creer y, en consecuencia, aceptarlas o rechazarlas. Todo
dependerá de nuestro marco de referencia. De esta manera se materializan en
forma, tiempo y espacio. Por lo tanto, es en apariencia la explicación de su
causa.

Hasta aquí, estamos en el mundo de lo fáctico y por lo tanto podemos derivar
nuestros juicios. Sin embargo, si permanecemos en este nivel de lo
fenomenológico, nos sucederá lo mismo que con la cuarta dimensión. Sin
percibir la esencia de las cosas. Porque lo fenomenológico no es la verdad.

Es consecuencia de una verdad.

La esencia de los hechos es la génesis de los fenómenos; y, la génesis del
ataque a las torres, no es el terrorismo sino el petróleo. Motor vital para
la subsistencia del Imperio y las potencias mundiales. La estrategia del
dominio mundial que incluye la apropiación de todo el petróleo del mundo se
ubica en la dimensión estructural de los hechos mundiales. Por lo tanto, lo
que genera el ataque del 11S no es el terrorismo, sino el dominio del
espectro global.

Evidentemente, a partir de lo estructural, que es precisamente la causa
principal de los conflictos, emergen los distintos fenómenos y revelaciones.

Es decir, toda la gama de sucesos que terminan de explicar las conductas de
los pueblos. Pero, sin la existencia de ese embrión estructural los
fenómenos no aparecerían.

La guerra, sea en Irak, Afganistán, Kachemira, Palestina o en Colombia,
donde ocurra, es consecuencia de las contradicciones de las cúpulas que
toman decisiones en nombre de la paz. Cada elemento involucrado, en
cualquiera de los conflictos actuales, mantiene sus propias demandas que son
consideradas justas. Su verdad y su razón se imponen para no ceder ante su
oponente. Lo que Occidente considera como terrorismo, es para el islam el
Jihad o la guerra santa contra el enemigo. Los palestinos no dejarán de
luchar por su causa hasta conseguir para sí, los territorios que les fueron
despojados por Israel. En Colombia, las FARC no entregarán las armas ni
claudicarán ante las amenazas del Plan Colombia y el general James Hill; y,
así, cada parte amenazada por las fuerzas dominantes mantiene su posición
con base en su dignidad y principios de lucha. Esa es la realidad del mundo.

Para que funcione de esta manera, ha tenido mucho que ver la hegemonía como
factor imperecedero de las potencias hegemónicas. Punto único que arroja
consecuencias desoladoras para el futuro y para la evolución de la
humanidad.

En nuestro espacio político, los revolucionarios no podemos quedarnos a
nivel de lo fenomenológico. Hay que ir a la raíz de los hechos, para
entender al mundo y actuar con base en la verdad. Indagar sobre la génesis
de los fenómenos es lo que nos permitirá profundizar en lo estructural. La
revolución es cambio de estructura y en ese nivel es en el que hay que
actuar.

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