Opinión Nacional

Diálogos superjurídicos

El país poco o nada ha progresado desde 1998, tiempo en que la energía de casi toda la nación se concentró en cambiar las superestructuras jurídicas que la
sostenían. No obstante este frenesí por las materias normativas y las sentencias de los tribunales, si algo logró fue la de involucrar a muchos venezolanos en el
uso desmesurado e incorrecto dentro de sus conversaciones familiares, amistosas y cotidianas de un lenguaje repleto de frases, soluciones y términos
de exclusivo contenido jurídico, lo que ha ido transformando de manera paulatina pero indetenible el habla de nuestra gente y de cuya manifestación damos
el siguiente ejemplo.

«En una calle de Caracas»

– ¡Demetrio epa..! . Pareces un usuario buscando papel
sellado, dónde vas tan rápido,¿a rectificar una
partida?, saluda vale …

– ¡Que hubo!, no te vi.. como están las cosas.¿Y que
hay de tus menores hijos bajo tu patria potestad ?

– ¿Los tripones ?tragándose la pensión de alimentos
sin autorización judicial ni prestar caución; pero
todo bien por estar conforme y subsumiéndome a la ley
y la bolivariana. ¿Y de tu vida,que cuentas?-Respondió
con una pregunta Jorge a poca distancia

-Ahí vamos mi caballo, coadyuvo al mantenimiento de la
morada, dentro del mismo territorio jurisdiccional,
junta de vecinos y la asamblea de ciudadanos. En
cuanto al trabajo, invocando la protección de Dios, el
ejemplo histórico de nuestro Libertador Simón Bolívar
y el heroísmo y sacrificio de nuestros antepasados
aborígenes y de los precursores y forjadores de una
patria libre y soberana.

– Bueno, estás haciéndolole bien entonces, por qué
necesario es asegurarse el derecho a la vida, al
trabajo, a la cultura, a la educación, a la justicia
social y a la igualdad sin discriminación ni
subordinación alguna.- Susurró Jorge en tono ampuloso
y discursivo para que el otro se fijara que él tambien
estaba en una vaina

– ¡Ah no!, eso sí, pero ahora la materia prima que hay
que asegurar es el consumo..- Jorge timbrado de
aquella expresión dudosa, ambigua de Demetrio,
intrigado, y asistido de un nervioso brinco, con
rapidez, repreguntó:

– ¡Qué consumo, vale…!?

– ¿ Estás pensando mal? ,¡.. coño..! la de los
alimentos de la canasta básica y, claro, bajo los IPC
de precios al consumidor y de un PVP justo expedido
por Aristóbulo y las autoridades sanitarias
correspondientes… Por cierto- agregó-¿ las comunes
amistades, las has visto ?

– Que yo sepa cada cual anda en el ejercicio de
funciones propias en conexión a sus capacidades y
talentos.No creo que se abstengan de decidir so
pretexto de silencio, contradicción, deficiencia u
oscuridad .¿Por allí riegan bajo juramento decisorio,
, que abandonaste a tu cónyuge y te botaron de tus
actividades laborales . – Comentó al final y sin
anestesia Demetrio

– Las difamaciones y las injurias de casi todos ellos
como escabinos son así…- Luego, moviendo con
disgusto su cabeza ,Jorge añadió- Me condenan sin
previo juicio y el debido proceso,con los agravantes
que carecen de la prueba documental, la lista de los
testigos o documentos públicos ; cuando los vea les
voy a estampar en la jeta una tacha de
falsedad,¡..oíste…! No sean tan pendejos…

-Nooo ,tienes razón Jorgito, te quieren aplicar una de
retroactividad, y si en el pasado tuviste tus pandeos,
eso ya es cosa juzgada material, mi pana. Te apoyo sin
dilaciones indebidas, como un juez imparcial, conforme
a la salvaguarda de todos los derechos y
garantías…¿A propósito, y del país que dices tu?

– Para hablar del tema tendría que hacerte una larga
ponencia, fijar una audiencia o escoger un día de
despecho en el despacho. Ya tengo que arrancarme, sólo
me dará tiempo de pasar por secretaria la
sustanciación y evacuación de lo que queda de día
calendario.

Pero te adelanto que a Venezuela la gente no lo quiere
entender, porque se empeña en mirarla a través de El
Nacional o en la página de humor del vespertino El
Mundo, cuando el contenido todo de su destino se
encuentra clarito en Gaceta Oficial.

– Okey magistrado, es dándole. Publíquese, regístrese,
notifíquese un nuevo encuentro, de acuerdo.

– En un plazo máximo de sesenta (60) días contados a
partir de esta fecha y sin cronograma especial.

A-Dios y Federación, infractor.

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