Nunca se ha mentido tanto
«Nadie puede, sin cierto grado de locura, creer firmemente poseer la verdad:el escepticismo no tardará en aparecer.A la pregunta: es permisible sacrificar a la humanidad a una locura, se debería responder no. Pero ello ocurre precisamente porque el hecho mismo de creer en la verdad es precisamente una locura.
Friederich Nietzche
Nunca se ha mentido tanto como en nuestro siglo decía, en plena Segunda Guerra Mundial, Alexander Koiré . Este autor afirmaba que, si bien es cierto que el hombre siempre ha mentido, aunque sólo fuese por «el placer de ejercer esa asombrosa facultad de decir lo que no es y de crear por sus palabras un mundo del cual él es el único responsable». Según esa tesis la innovación de los regímenes totalitarios sería la de elevar la mentira a un grado superior. Hitler, por ejemplo, dijo toda su verdad en Mi Lucha, sin embargo, esa verdad no estaba destinada al público en general que no creía en lo dicho en ese oscuro texto o no le hacía caso. El libro estaba dirigido a sus seguidores que lo asumían como un dogma de fe.
En Venezuela ocurre lo mismo con Chávez, él le dijo toda su verdad al profesor Blanco Muñoz, pero sólo creen en lo que dijo sus fanatizados seguidores. A esta forma de expresar sus ideas la llamaba Koiré «la conspiración a cielo abierto» que representa una ventaja para los que adoptan ese camino, en el sentido de que pueden actuar impunemente porque la mayoría de los habitantes , no quiere ni desea creer en que las afirmaciones que se expresan en esos textos se convertirán algún día en realidad.
Si queremos conocer más acerca del alcance de las mentiras en un régimen totalitario vale la pena hacer una breve excursión por el régimen soviético o por el régimen fidelista. Ambos regimenes aprendieron del fascismo el uso de la propaganda y de la manipulación de la información para mantenerse en el poder;todo esto, claro está, sin olvidar el uso sistemático del terror como método para intimidar y quebrar toda forma de resistencia democrática. En ese tipo de gobierno totalitario sólo hay dos categorías de ciudadanos, los que creen en el proceso revolucionario y los que no. Los primeros, son los ciudadanos, los otros los parias que deben ser reducidos al silencio.
Bueno es recordar que a pesar de todo, la verdad de la resistencia democrática, terminó por desenmascarar al estalinismo en la Unión Soviética y produjo el deshielo . En Cuba está ocurriendo lo mismo. Soljénistsine y Payá son ejemplos de que la tiranía no puede callar para siempre la voz de sus ciudadanos. La verdad, aunque sea relativa, termina siempre por dejar de ser una expresión de la locura para convertirse en una expresión mas de la normalidad.
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