De Villegas, vilezas y villanos
Se escapa de la línea telefónica el chapoteo de dos
corresponsales foráneos, uno de ellos a poco de llegar
al país.
– ..Deseaba tener una explicación, querido amigo, de
como en Venezuela el presidente del canal del Estado
auspicia,modera, difunde y para colmo funge el mismo
de perpetrador, sacando al aire conversaciones
obtenidas ilícitamente de adversarios políticos. En un
principio,le confieso, me pregunté si se trataba de un
nuevo Reality Show que exponía delitos consuamándose
en vivo.
El otro periodista, que oía a su colega un poco más
familiarizado con la extravagancias de la revolución
bolivariana y de sus fechorías le espetó:
– hombre…, cálmese usted, pronto verá que aquí las
transgresiones al derecho escrito es el juego
preferido de los poderes del Estado, en ello han
entrado también la totalidad de los actores en el
conflicto, pero el promotor y campeón mundial es el
gobierno,y olvidase de sanciones,actúan sobreseguros
de que no serán castigados. La impunidad guía, es el
genuino general en jefe de la revolución bolivariana.
-¡Dígame!, pero el tal Vladimir ,según escuché, no ha
sido acaso un pertinaz defensor de los más humildes y
un místico obsecuente de los derechos civiles. ¿Habrá
olvidado lo abominable que resulta la violación de la
garantía al secreto de lo que se comunica y habla en
privado?
El más veterano guardó por momentos silencio, pensó
luego con repulsión la frecuencia con que la nueva
buena sociedad de los vivos inútiles se sirven de su
pasado, tal vez o ciertamente honroso, al tiempo que
dan forma,impulsan y protagonizan su puntofijismo
particular en una-claro está-, singular versión
heroica- religiosa.
Tajante y despectivo inquirió :- lo terrible mi colega
de lo que aquí ocurre, no es sólo que se sea capaz de
perseguir y asesinar a la disidencia ,la tragedia se
apoya en la abyección y cobardía moral de aquellos que
pudiera haberse pensando contribuirían a ponerle fin.
Villegas, me temo, ha entrado en esa categoría.
Lea usted la carta que envío al editor al que grabó en contestación a una anterior de éste. Allí observará en detalle como se reemplaza la camaradería que parecía
de acero, atada a viejos afectos y luchas, por la leguyería, que como siempre eximida de toda pudor y vergüenza hace explayarse en pleno al » sobresaliente
luchador social» contra un «traidor del pueblo» afirmando que el deber a la «veracidad» y al «hecho noticioso» prevalecen sobre la garantía a la inviolabilidad de las comunicaciones privadas. Nixon y
Stalin, creáme, deben estar solazándose de purismo
gusto en los infiernos; y que no decir de otros que
siguen vivos e inútiles dentro y fuera del continente,
como el Vladimir(o) peruano por ejemplo.
Por último antes de colgar, le advierto que si temiera
sobre la difusión por el canal 8 de esta llamada,
despreocúpese, por seguro esta no la pasan.