¿Por qué la participación ciudadana no funciona?
Ya hemos señalado el lamentable proceso de partidización y politización de la participación ciudadana en Venezuela, en donde las organizaciones comunitarias (Poder Popular) anteponen discusiones obedientes a líneas partidistas antes que problemáticas inherentes a ellas, resultando estériles a sus intereses, pero también hay otro factor de suprema importancia que hace de la participación ciudadana un mecanismo disfuncional, ese factor es la crisis económica, fenómeno que deteriora la ética en las relaciones humanas, haciendo que la “visión colectiva” quede rezagada a un tercer plano.
Aquello de “luz para la calle y oscuridad para la casa” es una queja inobjetable, sencillamente no es posible dedicar esfuerzos para generar beneficios en nuestras comunidades cuando en el hogar escasea la comida o existen condiciones desfavorables, es una reacción humana, natural, de sobrevivencia. Lo mismo aplica como país, en nuestras relaciones internacionales, el gobierno nacional no puede seguir financiando construcción de autopistas, hospitales, viviendas e infinidad de otras inversiones sí aquí en nuestro país hay profundas carencias de todo eso, no se trata de negar ayuda a otras naciones necesitadas ¡no! sino hay que esperar que internamente nuestras condiciones lo permitan, pues así como estamos todo lo que se financia afuera es privación para nosotros, sí esperásemos que Venezuela supere sus endémicos padecimientos esas ayudas en primer lugar no resultasen sacrificios para los venezolanos, en segundo lugar no significarían compra de conciencia en búsqueda de apoyos políticos internacionales y en tercer lugar nuestras ayudas pudiesen ser mucho más grandes a las de hoy, sin que nadie resulte afectado negativamente.
La participación ciudadana implica dedicación, de tiempo y recursos, en el plano real mal puede alguien pagar pasajes, materiales de oficina como papel, lapiceros, impresiones, etc. cuando esos recursos salen de su propio bolsillo, extraídos de menguados presupuestos para la adquisición de alimentos o pago de servicios, entre otros. Tampoco se puede pretender que la participación ciudadana sea tarifada, pagarle un sueldo a quienes hacen esas labores desvirtúa la esencia misma de ese concepto, la hace un negocio, cuando mucho, las comunidades pueden contribuir a manera de viáticos a quienes tengan que realizar viajes o diligencias en nombre de ellos. Sencillamente, en un país con una economía caotizada, desligada de los fines nacionales, la participación ciudadana no es más que un bonito anhelo… para que sea posible deben existir condiciones que la permita; poder adquisitivo, empleos formales, inflación anual de un dígito bajo, abastecimiento, entre otros factores.
He allí la importancia que las acciones de gobierno se centren en lo realmente importante, en que se permita el desarrollo de los deberes y derechos ciudadanos lejos de la siempre perniciosa partidización y politización social que solo busca beneficios de élites ligadas al poder político.
@leandrotango