Desgobierno y crisis de gobernanza en Venezuela
El deterioro de los sistemas de partidos en la región, coincide lamentablemente con una cierta fragilidad de nuestros sistemas democráticos. Estos últimos atraviesan serios problemas en su gestión y desenvolvimiento gubernamental, con una neta tendencia de aumento de demandas no acompañadas del aumento de los recursos y capacidades de los gobiernos, generando así situaciones de ingobernabilidad. Entendiéndose esta última como déficit de la modernas democracias, caracterizado por el deterioro de la legitimidad de estás, fenómeno que viene acompañado de altos niveles de ineficiencia.
Los desafíos que en el momento actual asumen nuestras democracias, sometidas a presiones de diversa índole, provienen no sólo del exterior sino de las propias estructuras, condiciones y funcionamiento interno. En el caso venezolano la situación de ingobernabilidad y crisis de gobernanza es mucho mayor, los problemas de gobernabilidad y legitimidad que tiene este gobierno son producidos por la ineficiencia y paradójicamente con abundancia de recursos económicos y financieros ha sido incapaz de producir empleo, una educación de calidad, seguridad para los venezolanos y productividad en los diversos sectores de la economía.
Registramos un proceso que ciertamente se ha extendido y que raya los cinco años de desgobierno y deterioro generalizado de nuestros niveles de vida, calidad de la democracia, la política y evidentemente de deterioro (destrucción) de la institucionalidad democrática. De manera que nuestras neodemocracias, particularmente sus principales actores, no sólo están reproduciendo viejos vicios y distorsiones, sino que registran aquellos que ha destacado tanto Norbert Lechner como Gurutz Jáuregui como importantes desfases entre las promesas y los logros, entre los ideales y los hechos.
Es a partir de la necesaria formulación de críticas hacia nuestros modos de hacer política, a la burocracia improductiva, a los vicios alojados en el sistema y reproducidos en diversas escalas y niveles, y naturalmente a la excesiva personalización de la política en el caso venezolano que podremos pensar en nuevas alternativas. El petitorio de muchos asume la imperante necesidad de repensar la democracia como uno de los principales desafíos impuestos por la política en América Latina en la etapa de fin de siclè.
Renunciar a la aspiración de un sistema mejor en el caso de Venezuela, o en definitiva, de un país mejor, implica renunciar a una de las aspiraciones más queridas del ser humano como es el deseo de perfección constante. La Venezuela naciente, tal vez fracturada o escindida reclama una nueva etapa en la que las cosas se hagan de forma distinta y en la que la política como lo he señalado en mi último libro (El desconcierto de la política. La revalorización de la política democrática – Ediciones del Vicerrectorado Académico de la Universidad de Los Andes, Mérida 2003) no sea sinónimo y extensión de desarraigo, incertidumbre e ineficiencia. Tenemos todo por hacer y el momento y la coyuntura de hoy es estelar y por tanto no debemos desaprovecharla.
Son muchos los ejemplos cercanos y también foráneos que nos demuestran que si es posible (siempre y cuando exista una elemental voluntad y un mínimo consenso) lograr procesos de transformación, reordenamiento y transición exitosos que concluyan en elevar nuestros niveles de vida, optimizar las instituciones y garantizar que a la democracia representativa y la cultura democrática son un baluarte e ingrediente fundamental de nosotros los venezolanos. Próximamente estaremos celebrando las II Jornadas de Reflexión Política en la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), evento este en el que tendremos el honor de compartir con una serie de analistas, profesores e investigadores de talla internacional y nacional donde disertaremos alrededor de la política, la democracia y fundamentalmente las alternativas que tenemos.
(*): Politólogo – Magíster en Ciencia Política.Centro de Investigaciones de Política Comparada (CIPCOM) Postgrado de Ciencia Política – Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas – Edificio de Posgrado – 1er Nivel. Conjunto La Liria Universidad de Los Andes. Mérida / Venezuela.