Con la guayabera por dentro
I
Una joven atractiva es parada en seco por los porteros del Edificio Nacional en nuestra ciudad crepuscular, porque estaba vestida de “manera inconveniente”. La joven desplegaba sus atractivos, sin duda, pero de acuerdo con los dicterios de algún encargado del “orden y las buenas costumbres” en la casa de la justicia barquisimetana, se decidió que de pronto la joven hermosa distraía a un juez o a un abogado en sus ínclitos quehaceres, así que se le negó la entrada al sitio donde se administra la justicia en nuestra hermosa ciudad, violentándosele de manera escandalosa sus derechos constitucionales.
II
A un colega abogado se le impide la entrada y se le exigió que se metiera por dentro la guayabera moderna que portaba, porque los litigantes debían dar el ejemplo en el porte de vestimenta adecuada para entrar a averiguar cuándo diablos era la audiencia en la cual se discutirían los derechos de un humilde trabajador. ¿Imaginan al doctor Chiossone con la guayabera por dentro para poder entrar a su despacho en los tiempos en que era juez?
III
Los porteros de la Ley –Kafka dixit- están dando de qué hablar en la ciudad de los guaros. Un pecho de una dama muy descubierto, una guayabera inadecuada para oír a la diosa Themis, unas bermudas inoportunas para acceder a la información judicial, escaleras que sirven para bajar pero no para subir, entradas que sirven para salir pero no para entrar, provocan risas nerviosas entre los abogados que por caribeños, pensamos que es una broma, cuando en realidad se están encaramando sobre nuestras cabezas los “macarras de la moral” (Serrat lo cantó) y ¡en la casa donde se encargan de garantizar nuestros derechos constitucionales!
IV
¿Qué nos habrá pasado para tener una policía moral en el Edificio Nacional? Unos muchachos decidiendo cómo deben vestirse los abogados para ejercer su profesión, cuánto seno puede mostrar una ciudadana para ejercer un derecho constitucional, cuánta pierna es adecuada exhibir en las escaleras de la casa de la justicia, es sencillamente vergonzoso a estas alturas de la evolución de la humanidad, ¡y por eso protesto!, admitir esta situación habla muy mal, réquete mal, de los abogados larenses. ¿Dónde están los ciudadanos progresistas en esta ciudad?
V
Sorna y angustia aparte, lo que está sucediendo en el Edificio Nacional de Barquisimeto, requiere una decisión urgente: La renuncia inmediata del jefe de seguridad nombrado por las autoridades judiciales, que se vaya a imponer sus normas morales de vestimenta en su casa, si se lo permiten…