Paradigmas
Es útil consultar el significado de las palabras en los diccionarios disponibles. Además, somos muchos quienes lo hacemos por razones obvias. Las palabras, del mismo idioma, tienen significados distintos en sitios diferentes y en épocas diversas.
Paradigma, de acuerdo a lo que expresa el actual Diccionario de la Real Academia Española en su primera acepción, significa ejemplo o ejemplar.
Aparecen otras dos connotaciones que son relativas a técnicas lingüísticas.
Para nosotros, la existencia de paradigmas es fundamental y el análisis de los paradigmas que escoge un personaje, es primordial para entender lo que dicho personaje piensa y quiere.
La escogencia de paradigmas es natural. Uno de los recursos más frecuentes es al que recurre cada joven en la pubertad: todos o casi todos quieren parecerse y seguir los pasos de su padre o de su madre.
La escogencia de uno u otro vendrá dada en primer lugar por la coincidencia del género e inmediatamente por el desempeño relativo entre los miembros de la pareja progenitora.
Pensamos que el segundo lugar del catálogo de paradigmas lo constituyen los maestros y profesores del joven estudiante.
Dentro de nuestra manera de pensar y de actuar, son varios los notables maestros que tuvimos la suerte de conocer y sus distintas maneras de pensar y de actuar están presentes en nuestra manera de vivir.
Existen seres que a la hora de escoger paradigmas apuntan a altas cotas de la historia y del acontecer nacional e internacional.
Es muy frecuente que jóvenes en edad formativa aspiren a desempeñarse como algún deportista, como algún empresario, como algún político, como algún científico, como algún humanista.
Es responsabilidad de los padres y de los maestros, canalizar esas aspiraciones de acuerdo a las condiciones propias del educando.
Nos resulta preocupante cuando vemos que alguna persona trasmite que en su mente influyen muchos paradigmas. Generalmente es una persona complicada y difícil de tratar.
Mucho más grave nos resulta detectar que un grupo de personas tienen paradigmas contradictorios.
Así nos sucede con los paradigmas del proceso político actual.
Encontramos en un mismo bote a Bolívar, a Fidel, a Khadaffi, a Simón Rodríguez, a Maradona, a Martí, al Chacal, a Maisanta, a Hittler, a Sammy Sosa, a tantos otros personajes contradictorios y muchos de ellos poco apetecibles como paradigmas, los otros, mal interpretados.
Quien asume a alguien como paradigma tiene que tener presente al personaje en su conjunto.
Hace falta que el paradigma sea buen futbolista pero nos resulta inaceptable que su mayor hazaña deportiva fuera a través de una trampa y la cosa se pone peor si la vida de ese paradigma está plagada de vicios, drogas y mentiras. Un buen ciudadano es primero en su especialidad, pero además, tiene que ser primero en comportamiento ciudadano y en actuaciones públicas y privadas.
Palabras finales para el evento de los fantasmas electorales.
Se detiene a jóvenes porque fijan carteles con alusiones de personajes políticos del proceso y sus comparaciones en el mundo del más allá.
El evento es realmente inaceptable pues pone énfasis en lo alejado que cada día está más el país de las reglas usuales de la democracia.
Pero lo grave no es que un sector compare a personajes políticos con fantasmas, lo grave es que estos personajes se parezcan a los fantasmas.