Maternidad ¿un asunto de mujeres?
Decía una feminista catalana cuyo nombre no recuerdo, que “la maternidad es asunto de mujeres, con una ínfima cantidad de materia que aporta el hombre con más placer que sacrificio”. Esta cínica observación parece enraizarse en Venezuela, donde el 38% de la población femenina con hijos (3,2 millones de mujeres) dice estar sola para echar adelante a sus críos.
Según el informe 2013 del Fondo de Población de las Naciones Unidas, 10% de nacimientos venezolanos ocurre en adolescentes entre 15 y 19 años de edad. Según la Encuesta del Proyecto Juventud de la Universidad Católica Andrés Bello (ENJUVE 2013), 15% de las adolescentes son madres, cifra que el Instituto Nacional de Estadística incrementa a 22%, colocando a Venezuela como el país con mayor número de embarazos adolescentes en Suramérica.
Estos porcentajes se afincan mayormente en los estratos sociales más desfavorecidos, con su secuela de embarazos 5 veces más riesgosos que los de mujeres mayores de 20 años, con una mayor frecuencia de VIH-SIDA y otras enfermedades de trasmisión sexual y mayor depauperación, porque la atención a los hijos suele truncar en las adolescentes la posibilidad de hacerse un digno plan de vida que incluya continuar estudios para aspirar por sí mismas a un cierto ascenso social.
El problema es de tal magnitud que se requiere de políticas públicas bien diseñadas para solucionarlo. En vez de eso, el régimen ha enfrentado una vez más el problema a “realazos”, mientras los hubo. Improvisadamente fue creada en 2011 la Misión Hijos de Venezuela, que daba a las madres solteras una asignación mensual de Bs. 430 por cada hijo menor de 18 años hasta un máximo de tres, más un apoyo similar a las adolescentes embarazadas (¿un irresponsable estímulo gubernamental al embarazo precoz?).
La consecuencia de esa “política” carente de acompañamiento educativo, social y productivo, se patentiza dramáticamente en el testimonio desesperanzado de L. M., una joven de apenas 17 años: “Yo a mis 3 hijos solo les doy agua de arroz, cuando consigo el producto o algún vecino me lo regala, porque no tengo trabajo y desde hace como un año las madres adolescentes de los barrios no hemos recibido pago alguno. Quisiera trabajar en casas de familias, pero no tengo con quien dejar a mis hijos, que tuve después de haberse aprobado la asignación para las madres embarazadas”.
A todas estas, la gravísima crisis económica que nos golpea a todos los venezolanos no podía dejar de sentirse en el sector salud en lo relativo a reproducción humana. Para ese 55% de mujeres en edad fértil que existe en el país, las opciones de control de embarazos indeseados se han reducido a su mínima expresión: el índice de escasez de anticonceptivos de cualquier tipo ha llegado a 85%, de manera que la planificación familiar se hace cada vez más difícil, cuando la reproducción es responsablemente considerada en un plan de vida y no dejada al azar de las pasiones.
La Sociedad Venezolana de Salud Pública y la Red Médica Defendamos la Epidemiología Nacional manifiestan que “la carencia de preservativos y de medicamentos para el control de enfermedades venéreas, así como las escasas campañas de educación para promover la práctica del sexo responsable, la educación sexual de adolescentes y el uso de preservativos, han conducido a la propagación incontrolada de las enfermedades infecciosas de transmisión sexual «.
Un fiasco más de la revolución, que en el portal de la misión Hijos de Venezuela afirma descaradamente ir “rumbo a la construcción de un sistema de prevención, protección y seguridad social”.
TUITEANDO
¿Sabía Ud. que un candidato de Amazonas requiere 24 mil votos mientras uno de Zulia 101 mil para llegar a la Asamblea Nacional? http://bit.ly/1hiIRir
MUD necesita arrasar en cinco estados (Anzoátegui, Bolívar, Nueva Esparta, Táchira y Zulia) para dominar la Asamblea http://bit.ly/1EvKoq3