Gasparín al ataque
Varios jóvenes venezolanos fueron acusados, en días pasados, de ser terroristas. El cuerpo del delito fue el haber colgado, en algunos lugares citadinos, unos carteles sobre los cuales habían dibujados unos fantasmitas, parecidos a Gasparín, el fantasma amigable, con los nombres de algunos próceres del gobierno; aparte de mostrar los fantasmitas el nombre de uno u otro “prócer” de la revolución perdida, estos no decían nada; más bien, los transeúntes se reían de la broma, la cual no era macabra sino que cómica. Lamentablemente, el Ministerio del Interior no le vio el lado cómico al asunto y acusó a los muchachos del partido Primero Justicia de ser terroristas, lo cual significa que podría tratárseles como a simples talibanes asesinos y mandarlos a Guantánamo para ser torturados pues nuestra policía política jura y recontra jura que esas perversiones no ocurren aquí, o tratarlos como a esos asesinos de las FARC que matan niños mujeres y ancianos quemándolos dentro de una iglesia a los que nada les pasa. No los tocan ni con el pétalo de una rosa…
Ahora bien, si nos ponemos a pensar este asunto dialécticamente podremos concluir que el prometido socialismo del siglo XXI no podrá ser llevado a cabo, pues, como es sabido, el Manifiesto Comunista comienza más o menos así: “Un fantasma recorre Europa: el fantasma del comunismo. Todas las fuerzas de la vieja Europa se han unido en santa cruzada para acosar a ese fantasma: el Papa y el Zar, Metternich y Guizot, los radicales franceses y los polizontes alemanes…» Obviamente, modernizando a dicho fantasma tendríamos simplemente que reemplazar la vieja Europa por “la nueva Venezuela”, dejamos al Papa y, cambiamos al Zar por CAP, a Matternich por Ramos Allup y a Guizot por el escritor Caballero; los radicales franceses los cambiaremos por los adecos, y a los polizontes alemanes por “los polizontes de Bus” (léase Bush). De esta manera nos encontraremos con otro problema de la dialéctica hegeliana y éste es que habría que librar una orden de detención en contra del fantasma del comunismo, pues si un fantasma es terrorista quien no nos dice que el otro también, ¿verdad?… Y si meten preso a ese fantasma, ¿quién llevará a cabo el socialismo del S. XXI?
Ahora bien, ¿cuál de los dos fantasmas es más terrorista, el que viene de Europa o el que viene de Disneyworld? ¿Gasparín o el ideado por Carlitos Marx, fantasma que tiene nombre pero que suena horrible: “fantasma del comunismo”.
Es realmente peligroso pelear en contra de los fantasmas. ¿Cómo se enfrenta a un fantasma si estos son incorpóreos? Es como pelear con el “Invisible Man” que no es lo mismo que la “Invisible Hand” de Adam Smith.
La verdad es que acusar a unos muchachos por “fanteasmar” (nuevo verbo inventado por la represión oficial) es asaz difícil pues no hay cuerpo del delito, no hay cuerpo fantasmal, es una ilusión, el fantasma es virtual.
Pero, lo que más me preocupa es que dirán los niños si las autoridades meten en prisión al pobre Gasparín quien es un fantasmita tan buena gente..¡Buhhh!…