Opinión Nacional

Elecciones, Observadores y Mercosur

Una nueva realidad política irrumpió en Venezuela como consecuencia del terremoto electoral producido en las elecciones parlamentarias del 4 de Diciembre. La opción silenciosa que asumieron 3 de cada 4 venezolanos al negarse a participar en las elecciones, no podía dejar de ser interpretada por los 160 observadores de la Unión Europea y por el medio centenar de observadores de la OEA en sus Informes Preliminares. Los Informes recogen con claridad y valentía la “fotografía” de la situación pre-electoral y electoral.

Por una parte resaltan algunos hechos asumidos por el CNE como la eliminación de las máquinas casa-huellas, o el aumento del número de las cajas auditadas, o la disposición de dar respuestas a algunas reivindicaciones hechas por los partidos, sin dejar de señalar su “sorpresa” por el retiro de las candidaturas de oposición. De esta manera reconocen la validez de la elección que designa a los nuevos parlamentarios de la Asamblea Nacional para el periodo 2005-2010. Pero al mismo tiempo no dejaron de resaltar la ausencia de confianza en las elecciones y las irregularidades constatadas que le restan legitimidad democrática al proceso.

Mientras Jorge Rodríguez en nombre del CNE se pronunció favorablemente sobre los alcances de los Informes, la tentación totalitaria del régimen hizo que el Presidente de la Republica los llamara “mentirosos”, el Presidente de la Asamblea Nacional los acusara como irresponsables por dedicarse a tomar whisky en los bares del Hotel, y la Cancillería venezolana emitiera una nota nada diplomática imponiendo los párrafos ausentes en sus Informes.

El Presidente Chávez hizo un mal estreno como miembro “pleno” de MERCOSUR con su airada intervención contra las recomendaciones democráticas de la UE y la OEA violentando de esta manera los alcances de la cláusula democrática, norma fundamental que rechaza los efectos perversos de las épocas dictatoriales en la región

En vez de aceptar las sugerencias sensatas y atenerse a las sugerencias pluralistas presentadas por los observadores internacionales, Chávez decide presionar a los Jefes de Estado Sureños y denunciar a las misiones observadoras (que el mismo Gobierno solicitó su veeduría) acusándolas de “desestabilizar el país, ya que actúan contra los intereses del pueblo venezolano” y -como es usual en todas las declaraciones- “alineándose con las pautas que se generan desde los Estados Unidos”

Los observaciones de la UE y de la OEA, fueron plenamente coincidentes con las constatadas por las Delegaciones del Parlamento Europeo y del Parlamento Español al resaltar la ausencia de credibilidad en el sistema automatizado, la intimidación ejercida contra los electores, la ausencia de garantías para asegurar el secreto del voto, la prórroga ilegal del cierre de las votaciones, el miedo producido por las represalias que podrían reproducir los efectos de la lista Tascón y de la lista Maisanta, la militarización constatada en el desarrollo de las elecciones, la indecorosa participación política de altos funcionarios públicos incluyendo la activa utilización de cadenas por el propio Jefe de Estado, la ausencia de un registro electoral depurado y conocido por la oposición y otras irregularidades.

Toda la enumeración anterior los lleva a concluir con una recomendación que resulta la indicada si se quiere iniciar un proceso electoral confiable y democrático que permita construír en el futuro un clima de paz, confianza y convivencia. La designación de un nuevo CNE aceptable por todas las partes. ¿Será eso que rechazan las Altas Autoridades?

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