¿Otro fraude en lontananza?
Podríamos estar a punto de vivir el segundo gran fraude de esta historia circense, triste y desalmada. Esta vez no se invertirían las cifras en un electrónico mercadeo del birlibirloque ˆ con complicidad institucional, CANTV, Smarmatic, Mújica y Anzola, Jimmy Carter y esa quinta columna que se infiltró en la Comisión de Estrategia y el Comité Político de la Coordinadora Democrática. Porque esta vez no se trataría de invertir cifras: se trataría de abultarlas. Pues el enemigo a vencer para Hugo Chávez ya no es el viejo liderazgo, ése de tradicionales y nuevos partidos que hacían vida ˆ más mal que bien ˆ en la Coordinadora o la gigantesca movilización popular del 15-A. El enemigo a vencer es fantasmal y brillará por su ausencia: es la abstención.
Poco importan los documentados análisis de encuestadores serios y políticamente responsables, que han adelantado la cifra de un 75% como base electoral del repudio a los próximos comicios. Otros, como Consultores 21 y Datanálisis ya han iniciado el proceso de maquillaje reduciendo la voluntad abstencionista de la población electoral a un modesto 45%. Seguramente realizaron sus encuestas en los Mercales, esos expendios macros de comida podrida y alimentos fuera de vigencia. Finalmente también los leones de las encuestas tienen su conciencia y deben justificar el maquillaje al que sirven con una mínima objetividad, así sea chimba.
Conociendo al personaje, a su insólita inescrupulosidad y su majestuosa mendacidad, debemos estar preparados para que nos salga al amanecer del 8 con otra de sus sorpresas bomba, del estilo de aquella que anonadara a la oposición la madrugada del 16 de agosto del 2004. Sin que se le arrugue la cara ni le tiemble el pulso le habrá ordenado a Jorge Rodríguez un record de participación ciudadana en elecciones parroquiales: 55%. Digno émulo del Dr. Francia y de Fidel Castro ˆ los arquetipos ˆ es capaz de vender el océano. Finalmente no es más que un patriarca primaveral que aspira a morirse de viejo en el cargo.
Mata varios pájaros de un tiro: le tiende una mano a los moribundos partidos políticos, aquellos que renunciaran el 27 de febrero de 2004 a trancar el juego dizque porque no querían derramamientos de sangre. Y se negaran a denunciar el Gran Fraude del 15-A. Embarcándola de una vez en el furgón de cola de su comparsa para diciembre. Golpea por mampuesto a quienes le han dado legitimación política a la abstención ˆ sus enemigos estratégicos -, se mete en el bolsillo a los conocidos de siempre y vuelve una vez más a convertir una resonante derrota en clamorosa victoria. ¿Qué importa un fraude más en un país hundido en la más pantomima? Si lo hizo ante la vigilancia del planeta entero que esperaba su salto mortal, ¿por qué no frente a unas escuálidas e insignificantes elecciones parroquiales que no le interesan sino a manisválidos candidatos?
Correrán los partidos a cobijarse bajo esa perversa sombra tutelar, se aferrarán al salvavidas lanzado desde el CNE y reciclarán uno de los capítulos más sórdidos en la historia de nuestra ya desvencijada democracia. Si todo esto llegara a suceder, que se sorprendan aquellos que no han perdido su capacidad de asombro. Porque contrariamente a la leyenda que acompañaba a las viejas producciones holywoodenses, aquí cualquier parecido con la realidad no es simple coincidencia.