Mensaje a la oposición
En vísperas de las elecciones parlamentarias del 6D, que el presidente Nicolás Maduro amenace con preparar sus filas para una masacre social si la revolución cae, como parece comenzará a caer por medio del voto, es negar toda posibilidad de alternabilidad en el poder; esto es: la negación de la democracia. Además, constituye una confesión en cadena nacional de un plan premeditado de crímenes de lesa humanidad, de asesinatos masivos, de exterminación. Eso es una masacre. Del insulto cotidiano escala a la amenaza de muerte. Así de determinado es el totalitarismo.
Pero así será el estado de cosas en la realidad política de Venezuela, como para que Maduro llegue a esos extremos anímicos que cruzan la frontera de lo racional. Porque esas palabras proferidas son las palabras de la derrota. Es el verbo de quien se siente o sabe vencido. Expresiones del fracaso total. El verbo de Maduro se hace verborrea. Hay instantes en que llega a la incoherencia propia del delirio. ¡Pero ojo! Las acciones que los poderes serviles al Totalitarismo del Siglo XXI realizan en contra de la oposición son resultados de cálculo y perversa racionalidad.
Está a la vista de todos que estas acciones han generado fricciones en la unidad democrática. Las inhabilitaciones, la persecución, la intervención de partidos políticos, los presos políticos… Todas estas acciones se traducen en obstáculos. Obstáculos sobrevenidos que hemos de superar por un camino. Un camino en medio de un campo minado de trampas y retos que se revelan en la medida en que la oposición avanza a su destino.
La tragedia que vivimos en Venezuela, nos impone una verdadera odisea hacia la civilidad. Hasta ahora los llamados a la unidad democrática han sido por principios, pero lo son también por sobrevivencia. El instinto de conservación nos mueve a congregarnos para enfrentar a un ser que amenaza nuestra existencia. Razón e instinto.
El riesgo de perdernos en diatribas intra-oposición, es el riesgo de perder el aseguramiento de nuestra conservación. Cada segundo que usamos para un fin distinto a ganar las elecciones, es la malversación de ese segundo. Debatir y resolver de la mejor manera posible, ¡y avanzar! Avanzar hacia en rescate de los bienes humanos. No disponemos de ocio como para quedarnos pegaos´, como tampoco para actuar como pusilánimes, políticos incluidos.
No perdamos el foco de nuestra mirada en orquestar una observación internacional así sea una sui generis, en caso que el gobierno mantenga su negativa. Aseguremos tener testigos en todas las mesas. Cobertura audiovisual en los centros de votación en los que el PSUV ha hecho de las suyas. No nos desviemos de asegurar lo mejor posible que la trampa sea la menor posible. Los ánimos de la población no están para pendejadas y lo que está en juego es nuestra generación. El leviatán asecha. Fortalecernos y no debilitarnos debe ser nuestro norte.
@massone59