Opinión Nacional

Tiempo irracional 3

Entre los productores independientes del pensamiento irracionalista del siglo XIX se cuentan Nietzsche, Shopenhauer y Bergson, en quienes basamos la presente exposición. ¿Qué nos dejo cada uno de ellos? ¿Los podemos relacionar con la propuesta actual del “socialismo del siglo XXI? Veamos:

Schopenhauer escribía que detrás de la naturaleza y la vida humana se presentaba la lucha de una fuerza ciega, a la que llamaba «voluntad», una lucha sin fin y sin propósito, un esfuerzo agitado y sin sentido que desea todas las cosas y no se satisface con nada, que crea y destruye sin obtener nada. ¿Cuál problema y/o situación de las mas sentidas por la población venezolana ha resulto satisfactoriamente este gobierno? ¿Tantos millardos aprobados todas las semanas y donde están los resultados después de seis años, 312 semanas de “supuesta” ejecución gubernamental? ¿Cuánto se ha decretado y cuanto se ha cosechado?

Schopenhauer escribía que entre tanto torbellino levantado por esa fuerza irracional, sólo la mente humana podía construir una pequeña isla, con cierto orden aparente, donde la ilusión de la racionalidad y la finalidad descansa precariamente. El pesimismo de Schopenhauer se basaba en la intuición moral de la vanidad de las aspiraciones humanas en semejante mundo, en la pequeñez del esfuerzo humano y en la desesperanza de la vida humana. Se arraigaba, particularmente, en el desprecio por los pequeños valores y virtudes del filisteo, la afectación, autosatisfacción y complacencia de la gente vulgar y sin distinción, que imaginan poder limitar las fuerzas incomprensibles de la vida y la realidad dentro de las reglas de los convencionalismos y la lógica.

Schopenhauer escribía, no muy justamente, que este miope orgullo espiritual encarnaba en su rival Hegel. Contra la lógica de la historia, afirmaba la creatividad del genio, del artista y del santo, que dominan la voluntad no controlándola sino negándola. La esperanza de la humanidad está, no en el progreso, sino en la extinción, en la comprensión de que el esfuerzo y los logros no son más que ilusiones. Imaginaba que esta liberación podía alcanzarse a través del ascetismo religioso o la contemplación de la belleza, que es conciencia sin deseo. La moral de la vida cotidiana era derivada de la piedad y el sufrimiento es inevitable y todos los hombres son esencialmente iguales en su infortunio. ¿Y cuales son los resultados estadísticos de las acciones, en 6 años, de este gobierno? ¿Acaso no ha aumentado las calamidades igualándolas hacia la sima? ¿Iguales en infortunio?

Para Schopenhauer esta mezcla de irracionalismo y humanismo, de voluntad y contemplación fue despedazada por Nietzsche.

Nietzsche: según él, si la vida y la naturaleza son realmente irracionales, el irracionalismo debe afirmarse moralmente lo mismo que intelectualmente. ¿Y que están haciendo con esa “concentración” de filósofos en Caracas? Si los resultados de la actividad carecen de sentido, salvo en tanto que la naturaleza humana se ve impulsada ciegamente a actuar, los hombres sólo pueden aceptar, y si es posible aceptar jubilosamente, la acción misma independientemente de sus resultados; el valor esta en la lucha e, inclusive, en la desesperanza misma de la lucha. No observó piedad ni renuncia, sino que la afirmación de la vida y la voluntad de poder son las fuerzas internas de la personalidad. La gente vulgar, satisfecha de sí misma, hipócrita, reconocía Nietzsche, son tan despreciables como decía Schopenhauer, pero es el héroe más que el santo quien los trasciende. Todos los valores morales deben «transvaluarse», consecuentemente, de la siguiente manera: en vez de la igualdad, el reconocimiento de la superioridad innata; en vez de la democracia, sobre todo la participativa, la aristocracia de los viriles y los fuertes; en vez de la humildad cristiana y la humanidad, la dureza y el orgullo; en vez de la felicidad, la vida heroica; en vez de la decadencia, la creación. ¿Algún parecido con ciertas “actitudes” de la nueva burocracia aristocrática gubernamental?

Nietzsche insistía que esta no es una filosofía para las masas o, más bien, atribuye a las masas una categoría de seres inferiores, cuyo instinto saludable es seguir a su líder. Cuando se corrompe este sano instinto, las masas sólo crean una moral de esclavos, una ficción de humanidad, piedad y abnegación personal que refleja en parte su propia inferioridad, pero es, en realidad, un veneno sutil, invento de la astucia servil, para esterilizar las facultades de los creadores. Porque no hay nada que el hombre común odie o tema tanto como la fuerza que tiene la originalidad. ¿Esta es la razón por la cual el pueblo acepta 6 años de burlas y engaños y las apoya? ¿Esta aquí la explicación de por que personas aparentemente inteligentes y con “supuesta” educación superior aplauden frenéticamente tanta insolencia y cinismo?

Nietzsche encontraba las dos grandes encarnaciones de esa moral de esclavos en la democracia y el cristianismo, cada uno a su modo, una apoteosis de la mediocridad y un símbolo de la decadencia. Nietzsche escudriñó el vocabulario en busca de términos violentos para describir a su héroe, el superhombre, la «Gran Bestia Rubia» que arrolla con toda oposición, desprecia la felicidad y crea sus propias leyes. Pero lo que atrajo hacia su filosofía fue a revolucionarios de todos los tipos y, especialmente, a los jóvenes revolucionarios, por su condena al filisteísmo y la vulgaridad del burgués moderno. ¿El pueblo venezolano encontró su “bestia rubia” en el comandante golpista indultado? ¿Qué nos evoca aquello de que aquí hacemos lo que nos da la gana pronunciado en la asamblea nacional? ¿El acercamiento con los malévolos del mundo y especialmente los de América Latina tiene aquí su explicación?

A pesar de cierta semejanza obvia de las ideas de Nietzsche con la filosofía del fascismo y el nacional-socialismo y ahora, supongo, del socialismo del siglo XXI actualmente pregonado, los mismos fascistas y nacional-socialistas enfatizaban en reconocer las afinidades auténticas y aun más, quizás, porque necesitaban del prestigio de un gran escritor o grupo de ellos, para suplir su propia producción literaria, que no se distinguió mucho en realidad. ¿Dónde están los intelectuales vernáculos de la propuesta del “socialismo del siglo XXI” de los “actuales bárbaros”?

Ni Mussolini ni Hitler, como ahora el supuesto jefe único venezolano, se oponían a que se les considerara como superhombres y ambos sentían y profesaban sinceramente verdadero desprecio por las masas a las que guiaban. Ambos podían encontrar en la «transvaluación de los valores» una frase más amable para significar el cinismo moral. Fascistas y nacional-socialistas por igual eran considerados, justamente, como los «nuevos bárbaros», no debilitados por la supercivilización de los escrúpulos morales y unos y otros se jactaban de ser los redentores de una civilización decadente. ¿Qué dice el cgi en las peroratas permanentes por los medios de comunicación? Compartían con Nietzsche un odio sincero por la democracia y el cristianismo. ¿Qué dijo últimamente contra Monseñor Castillo Lara?

Pocos autores del siglo XIX habían despreciado tanto el nacionalismo, al que no consideraba más que un prejuicio vulgar. El gran orgullo de Nietzsche era ser un «buen europeo». Ningún autor alemán había criticado tan amargamente a los alemanes del Segundo Imperio, a los que atribuía «almas de esclavos» y que necesitaban, decía, una inyección de sangre eslava para redimirlos. Los únicos periodos de la historia europea que admiraba Nietzsche eran el Renacimiento Italiano y la Francia de Luis XIV. ¿Y donde dejamos el “latino americanismo” del cgi? ¿Considera acaso que necesitamos sangre de la isla caribeña para ser pueblo y de allí la presente entrega incondicional?

Bergson: su concepción, la francesa más popular, del irracionalismo, tiene sus bases en la biología. Sostenía la idea de que las facultades intelectuales se originaban en el curso de la evolución orgánica y sólo tenían un valor utilitario. Bases morales esgrimía Nietzsche mientras que el irracionalismo de Bergson era sustentado en el uso sistemático de la razón para socavar a la razón misma y en una crítica inteligente a las pretensiones de la inteligencia científica como fuente de la verdad. En su aspecto critico, “La evolución creadora” de Bergson fue un análisis destinado a demostrar que el intelecto es simplemente un factor cualquiera en la vía hacia la adaptación biológica y tiene, en consecuencia, simplemente, una aplicación instrumental para controlar el medio en que vive el hombre. La función de la ciencia es la utilidad más que el alcance de la verdad. ¿Por esto se explican las “misiones” y todo lo demás?

Bergson pretendía demostrar que la inteligencia es subalterna de la «fuerza vital», un oscuro impulso cósmico que no se distingue de la voluntad de Schopenhauer. Sólo la intuición puede captar directamente al mundo tal como es: una fuerza creadora indefinible, imprevisible, supraracional. Bergson suponía que la mente estaba innatamente dotada de esta intuición, parecida al instinto y más profundamente arraigada en la vida que la razón, pero muy atrofiada en el desarrollo humano por la excesiva dependencia del hombre de la inteligencia. También suponía que las fuerzas intuitivas podían recuperarse y convertirse en instrumento metódico para alcanzar la verdad metafísica, pero no pudo determinar cuáles podrían ser esos métodos. ¿Aquí encontramos el por que de los demás “impulsos” cada vez que inicia una perorata el cgi? ¿La organización de la fuerza bruta? ¿Los preparativos para las diversas guerras anunciadas? Etc. ¿Y? ¿Estamos pasando por un tiempo de irracionalidad?

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