¿Amamantar con horario o a libre demanda?
Un dilema para cualquier madre, y más si es primeriza, es si amamanta a libre demanda (cada vez que el bebé lo pida) o si establece horarios para alimentar a su hijo.
Muchas mujeres se preguntan cuál es la mejor técnica, incluso algunas llegan a combinar la lactancia materna con leche de fórmula, porque esta última les permite espaciar las tomas. Ante esto, algunos pediatras recomiendan el orden y otros se van por respetar el tiempo de cada recién nacido.
Son muchos los argumentos que se escucharán con cada uno de los dos métodos y al final del camino el que les haga sentir bien y sea más cómodo es el mejor, pues ambas técnicas tienen sus pros y sus contras.
Qué varía
Hay madres que durante los primeros meses de su bebé tienen la oportunidad de dedicarse exclusivamente a su hijo. Por lo tanto, tienen todo el tiempo del mundo para cambiarle el pañal, dormirlo, alimentarlo y asistir todas sus necesidades.
Otras mujeres no cuentan con ese tiempo, bien sea porque son madres trabajadores o tienen otros niños a los cuales también deben darle atención. Ni contar con las que, aun siendo primerizas, no cuentan con ayuda y deben ocuparse de labores en el hogar.
Para la psicoanalista Mariela Michelena, autora del libro “Un año para toda la vida”, no hay manera de someter a un recién nacido a un horario. “Madre y bebé tienen que darse un tiempo flexible y amplio hasta que puedan hacerse un horario, con un ritmo más o menos predecible”.
Recuerda que algunos niños se adaptan con facilidad a la toma, cada tres horas aproximadamente, luego del primer mes y otros no. “Con esos anárquicos habrá que tener más paciencia”.
Son bebés, no adultos
La psicoanalista aconseja no tomar a los bebés como personas mayores que deben entrar en cintura y respetar un horario, pues se deben respetar los tiempos del niño.
“A veces, en efecto, la mamá tiene miedo de que el niño se quede detenido en los primeros días… pero un bebé de dos meses está en su oportunidad y derecho de ser no sólo dependiente, sino exigente y caprichoso”.
Por ello, es importante acoplarse y como aduce Michelena dejar a un lado los comentarios como: “acaba de comer, no puede tener hambre de nuevo”.
Sólo la mamá y el bebé saben qué quieren y cómo establecerán esos horarios de afecto y alimentación, bien sea a libre demanda o con un compás de tiempo que le permita a ambos estar cómodos.
“No hay que angustiarse demasiado, con el tiempo el bebé no sólo será capaz de adaptarse a un horario, sino que llegará a agradecerlo como un marco de referencia”.