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Runrunes 28/07/2015

¡GUYANA ES! : Solo falta que Maduro le achaque la responsabilidad de la bomba atómica sobre Hiroshima ya que no se atreven a culpabilizar mas allá de la «diplomacia del micrófono» a los Estados Unidos, país que «engendró a la diabólica Exxon Mobil», o al expresidente Bharrat Jagdeo quien fue quien otorgó esas concesiones en el Esequibo y de quien temen vaya a contar sus conversaciones (¿grabadas?) con Hugo Chávez a quien llamó «benefactor y amigo de Guyana» en sus dos visitas de 2004 y 2010. Más allá, la embajada venezolana en Georgetown dedicó a la celebración de esas visitas una exhibición donde desde la ex canciller hasta varios ministros guyaneses celebraron la «conchupancia roja» con su país. Hoy, las palabras de Chávez, permitiendo las concesiones y exploraciones en la zona en reclamación circulan profusamente dentro de la campaña en la que nos acusan de enemigos de su desarrollo y con pretensiones imperiales de quitarles el 74% de su territorio. Tarde piaste pajarito podrían decir. Lo cierto es que para recuperar ese territorio nuestro, reclamado en justicia y con fortaleza jurídica por el entonces canciller del presidente Rómulo Betancourt, Marcos Falcón Briceño, y por el presidente Raúl Leoni en el siguiente período, debe el régimen de Maduro conciliar con todo el país y dejar los discursos ofensivos utilizados de modo electoral y no como Estado para así unirnos sin distingos en lo que habrá de ser un arduo y difícil, sino imposible, camino a negociar frente a frente con los guyaneses. Dejar de lado las pretensiones guerreristas de los mercaderes de armas y de tanto buchipluma «anti imperialista» de pacotilla. Las discrepancias en el gobierno no pueden seguirse viendo. Los errores y galimatías entre los militares -en Fuerte Tiuna y en Cancillería- y los civiles no deben seguir aflorando pues hacen daño a la causa. Celebremos que a pesar de esa diatriba pública hay intenciones, desde el alto gobierno, de llamar a los expertos que precisamente por no ser improvisados -algo repetitivo en estos 16 años rojos- pueden ayudar a conformar un buen cargamento de argumentos nacionales e internacionales. Sería imperativo insistir en el Acuerdo de Ginebra pues aún no se han agotado los canales de intermediación y acercamiento entre las partes. La misma Carta de la ONU en su artículo 33 habla de «la negociación, la investigación, la mediación, la conciliación, el arbitraje, el arreglo judicial, el recurso a organismos o acuerdos regionales u otros medios pacíficos de su elección».

Ayer leí en el diario Guyana Times la posición de la jurisconsulta venezolana Elsie Rosales, muy oída en la cancillería, en la que dice que Venezuela no temería ir a la Corte Internacional de Justicia así como la del abogado Eduardo Trujillo Ariza en la que afirma que esa CIJ podría interpretar lo firmado en el Acuerdo de Ginebra. Rosales, según el diario, aboga por «el establecimiento de un comité de expertos que ayuden a Venezuela y la formación de un movimiento de apoyo con sus principales aliados, particularmente Brasil». Lamento decirle que Brasil tiene profundos intereses en la zona en reclamación, con concesiones, exploraciones, carreteras, central hidroeléctrica y descubrimientos que pasan por varios minerales desde la bauxita al oro. Sus garimpeiros disfrutan de esas tierras. Ni siquiera en Mercosur, a cuya reunión fue a Brasilia el presidente guyanés David Granger, ni la Rousseff ni sus ministro fueron frontales con Guyana. El Esequibo se le hace esquivo a Brasil. Tibio y evasivo el gigante del continente piensa -con la razón- en sus negocios guyaneses. Ya no están Lula ni Chávez para pensar con el corazón aunque influenciados por los verdes billetes y no precisamente del color de su bandera. Brasil domina en el Esequibo y eso hay que tenerlo muy claro, mientras seguimos comprándoles alimentos y medicinas con claros sobreprecios al dólar 6.30.

Venezuela tiene perdido el apoyo de la CELAC, el de Caricom y el que más peso tendrá en un futuro cercano: el Movimiento de los No Alineados. Este MNOAL tenía previsto celebrar su Cumbre este año en Margarita. Ya aquí en www.runrun.es el pasado 19 de febrero la anunciamos alertando que en medio de esta crisis económica íbamos a gastar más de $ 150 millones en ella. Ahora la cambiaron para febrero de 2016. Lo grave para nosotros será que allí se conforme el mayor y más solidario apoyo a «la pobre y apetecida Guyana». Ya la cancillería ha hecho sus pesquisas y «por allí fumea». Antes, tras las sanciones impuestas por Obama (por cierto que no las quitaron sino mas bien las instrumentaron) pensaron que ese cónclave global sería para apoyar a Venezuela contra el imperio gringo y demás enemigos mundiales. Como bien dice el refrán:» al circo rojo le crecieron los enanos». No pegan una. Peor cada día que pasa…

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