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Venezuela 2015. Economía, política y sociedad

No hay dudas que en este vertiginoso y globalizado siglo XXI donde pululan fenómenos muy diversos asociados a progreso, desarrollo, nuevas tecnologías, avances en muchos órdenes, y también la presencia de distorsiones, de lunares y de laboratorios que nos indican básicamente que algunos países y economías registran proceso regresivos no sólo con deterioro material, económico, financiero sino en términos de calidad de vida y espiritual. He señalado que Venezuela se convirtió en el mayor laboratorio del mundo, precisamente por albergar un cúmulo de fenómenos y procesos en el orden económico, social, político, lamentablemente con elementos regresivos.

Sin embargo, frente a tales hechos, fenómenos y situaciones la academia, las universidades, los centros de investigación, y diversos intelectuales y profesionales de dilatada trayectoria han venido pensando al país, valorando su economía, analizando sus instituciones, procedimientos, constitución, sus partidos y sindicatos, modelando y consolidando cifras, estadísticas e indicadores que más allá de cualquier situación constituyen un aporte al colocar en blanco y negro tinta sobre papel sus estudios y reflexiones.

Nos corresponde de manera muy somera abordar y analizar uno de los trabajos colectivos, de los libros y básicamente un inventario y diagnóstico del país, nos referimos a la reciente investigación y trabajo colectivo coordinado por el prestigioso economista venezolano Ronald Balza Guanipa Venezuela 2015. Economía, política y sociedad. Caracas. 2015, 343 paginas editado de manera sobria e impecable por La Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) y la prestigiosa Fundación Konrad Adenauer Stiftung. Debo señalar antes que nada que estamos hablando de 27 miradas, una lectura multidisciplinaria del país, todos los autores son aparte de reconocidos con alta solvencia académica y profesional de tal manera que no estamos hablando de un escrito o reflexiones panfletarias, todo lo contrario constituye un texto que agrupa e integra de manera impecable, armónica y heurística un conjunto de miradas y reflexiones agrupadas en tres grande bloques, segmentos o áreas temáticas como son Economía, Política y Sociedad.

Vale la pena destacar que este estudio va más allá de preocupaciones que pudiesen calificarse como académicas, claro está que son propuestas, análisis y diagnósticos soportados en el estudio, en modelos, en teorías pero su objetivo va más allá y es sencillamente una contribución personal de cada uno de los 23 autores, y de manera conjunta de la academia venezolana que de manera responsable reflexiona y contribuye al precisar críticas, hipótesis pero fundamentalmente esperanzas para un país, sociedad y economía que parecieran haber extraviado el rumbo.

Venezuela 2015. Economía, política y sociedad se inicia con el prólogo del padre, rector de la UCAB y colega politólogo José Virtuoso quien pone en perspectiva la esencia del libro que no es otra que destacar como después de esa bonanza por no decir borrachera petrolera de mayor data en la historia del país registramos retrocesos y distorsiones en muchos órdenes “las distorsiones que arrastran las políticas monetaria, fiscal, el alarmante declive que exhibe nuestra industria petrolera , a lo que se une ahora la caída sin parada de los precios internacionales del petróleo, generan un clima muy sensible de incertidumbre y desconfianza que ahuyenta las posibilidades de inversión de capitales nacionales y extranjeros” (Virtuoso 2015 p.7).

Diego González inicia el primer grupo de ensayos dedicado a dibujar los elementos básicos de una propuesta de política energética consustanciada con nuestra principal industria nacional. González acertadamente valora y se plantea como hilo conductor un hecho indiscutible y es que “hoy el país depende de un solo sector y de una sola industria, la petrolera, De ella recibe el 96% de las divisas por sus exportaciones, aportan el 45% del presupuesto y el 12% del PIB, esto hay que cambiarlo radicalmente en el tempo” (González 2015 P.14). No hay duda de que la condición de Venezuela como país mono productor aunado a ese marcado rentismo nos ha hecho mucho daño, y en pleno siglo XXI hemos descuidado los asuntos energéticos, y peor aún, hemos concebido erráticamente una propuesta energética no consustanciada con el mundo de hoy, Venezuela es de los pocos países que habla y califica a los recursos naturales como estratégicos y habla de industrias básicas cuando universalmente lo que observamos es una manejo eficiente por parte del sector privado no sólo haciendo una explotación eficiente sino rentable.

Ciertamente “cualquier política pública solo debe promover las condiciones para que vengan al país los mejores capitales, las mejores tecnologías y el mejor know –how, y en paralelo se desarrolle un robusto empresariado nacional que participe en todas las actividades, desde la exploración hasta el comercio, en favor de los ciudadanos, quienes podrán recibir beneficios al aumentar el empleo, la educación, recibir sus regalías y las posibilidades de participar en las finanzas de las empresas, porque estarán promovidas en los organismos financieros nacionales” (González 2015 p.18).

 Jose Antonio Rivas Leone

Venezuela debe modificar su enfoque de política energética sino además aprovechar y potenciar el peso de las regiones para desarrollarlas y hacerlas polos de crecimiento e impactar positivamente a las mismas y al país nacional en términos de progreso, empleo, calidad de vida y demás.

González precisa la necesidad de promover reformas que tienen que ver con subsidios, autonomía económica a las regiones, infraestructura energética, modificación de instrumentos legales en materia de hidrocarburos, entre otros.

Seguidamente Froilán Barrios analiza con una visión crítica un tema clave en el mundo de hoy como es el tema laboral, y relaciona no sólo el tema en perspectiva global sino básicamente en el contexto de Venezuela donde el gobierno ha distorsionado el sistema de relaciones laborales, múltiples hechos y toma de decisiones dejan claro como el gobierno ha afectado al sector laboral, el peso de los sindicatos, la violación de convenciones colectivas, cierres de empresas, estatizaciones y demás con una afectación no sólo del sector publico sino de manera especial el sector privado.

Barrios de manera aguda y certera señala “la política antilaboral y antisindical del Estado se puede resumir en las siguientes practicas ansindicales: estimular el paralelismo sindical; retrasar indefinidamente los contratos colectivos; interferir en las elecciones internas de las directivas sindicales; desconocer los contratos colectivos firmados; amenazar a los trabajadores en conflicto; negarse a un dialogo nacional; criminalziar la protesta; etc” (Barrios 2015 p.30).

Luis Fuenmayor Toro nos brinda entre tanto una reflexión y ensayo en una óptica multidisciplinaria más vigente que nunca intitulada “Necesitamos ser una nación contemporánea” donde aboga por la necesidad de abandonar el subdesarrollo científico, tecnológico, económico y social. Ciertamente estamos de acuerdo con el autor al precisar que “el enfrentamiento de la crisis se dificulta al no existir un proyecto nacional de desarrollo; no hay precisión sobre lo que se quiere para el país, más allá de los deseos generales de cualquier sociedad, que no ayudan a la hora de las concreciones prácticas” (Fuenmayor Toro 2105 p.54).

Luis Fuenmayor Toro no sólo analizada los errores cometidos en el pasado y en presente por parte de la clase política, sino además, destaca como hemos sido incapaces de transformar la visión sobre el petróleo y especialmente la necesidad de explotar aguas abajo una diversidad de productos de alto valor agregado en áreas como química o petroquímica en el caso de la explotación aguas arriba lo referido a las aseguradoras, fletes y afines. En paralelo a la valoración del petróleo como fuente energética Fuenmayor Toro plantea un tema medular como es lo referido a contar con una infraestructura educativa, de salud, servicios públicos entre otros aspectos que están pendientes y que reflejan una debilidad en términos de un proyecto viable de nación.

Víctor Olivo, analiza y decanta los errores y efectos de la economía venezolana en el lapso de una década en su ensayo “La economía venezolana 2003 – 2013: Los graves efectos de la indisciplina macroeconómica y la destrucción del sistema de precios” propuesta donde queda claro la intensión sostenida en el tiempo de las graves distorsiones en materias o áreas como los precios de la economía, tipo de cambio, tasas de interés, el debilitamiento sistemático de las instituciones públicas responsables de la elaboración y producción de las estadísticas económicas.

Olivo insiste que “esta combinación de controles generalizados y expansión monetaria a gran escala se ha manifestado en una multiplicación enorme de mercados negros, y en cl contexto el índice de precios al consumidor no puede capturar adecuadamente la evolución de los precios fijados por las fuerzas del mercado… y agrega la brutal diferencia entre el crecimiento en la cantidad de dinero y la tasa de inflación que reporta el BCV desafía la teoría y la evidencia empírica” (Olivo 2015 p. 64).

Víctor Olivo no sólo nos describe las principales distorsiones vistas en la economía nacional y como se han venido destruyendo el sistema de precios, además soporta su argumentación con una serie de gráficos y cuadros que ilustran tales desmanes. No hay dudas en los daños causados con la política fiscal-monetaria fuertemente expansiva que unido a la política de controles de precio y cambios explican parte de la debacle actual. Indiscutiblemente se requiere una política económica que el gobierno no termina de promover que permitiese restituir la disciplina fiscal y monetaria, reducir la tasa de interés y expandir el producto interno bruto a partir de producir y aumentar oferta.

Luis Zambrano Sequín, nos propone un trabajo en perspectiva neoinstitucional o como el propio autor las titula “Notas sobre las reformas económicas para el crecimiento y el rol de las instituciones” cuya principal tesis o planteamiento central esta justamente anclado frente a los desequilibrios macroeconómicos la necesidad de formular un programa de ajustes y estabilización.

Los elementos presentes en la economía venezolana pudiesen clasificarse bajo un modelo de antidesarrollo, presencia de distorsiones, asimetrías, e imperfecciones al observar siguiendo a Zambrano Sequín que “no existe un sistema de derechos de propiedad claramente definido; prevalece un marco regulatorio cuya ejecución no pone freno al fraude ni a la corrupción; se carece de instituciones que permitan reducir los riesgos y administrar los conflictos sociales; no existe Estado de derecho y un gobierno con credibilidad suficiente para formular y conducir eficazmente la política económica; entre otros” (Zambrano Sequín 2015. P. 74).

Zambrano Sequín no sólo expone las fallas y desequilibrios macroeconómicos sino propone como reformas estructurales acertadamente promover: transferir los recursos de una economía, desde las actividades tradicionales de baja productividad hacia actividades modernas de alta productividad; cambiar la estructura de incentivos prevaleciente que promueve conductas que no son compatibles con la diversificación y las innovaciones requeridas para promover el desarrollo de la actividad productiva; se requiere rescatar los principios de protección de los derechos de propiedad; la exigibilidad contractual; la emisión de dinero no inflacionario y la sustentabilidad de las finanzas públicas unida estas reformas y decisiones a un desarrollo y calidad institucional como clave de desarrollo y crecimiento de calidad entre otros aspectos propuestos en su inventario.

Entre tanto en una visión más sociológica y politológica Leonardo Vivas y Consuelo Irranzo, valora el conjunto de reformas de primera y segunda generación impulsadas en América Latina y Venezuela hace más de dos décadas. Vivas e Irranzo destacan las condiciones particulares de Venezuela en los noventa como variable explicativa de como tuvo acogida la propuesta de cambio revolucionario formulada por Hugo Chávez.

Empleo y mercado de trabajo como dos aspectos y variables que no pueden limitarse a un mero asunto de gabinete social sino de gabinete económico. “el empleo debe ser asumido como variable fundamental del modo de desarrollo propuesto y, por tanto, un asunto de primer orden en el momento de elaborar las políticas económicas y de distribuir los recursos que hagan posible su construcción” (Vivas e Irranzo 2015 2015 p.85).

Claudia Curial Léidenz en una propuesta crítica y muy real propone una agenda de desarrollo a partir de un escenario sin propiedad y sin mercado. Su tesis describe cómo se ha diluido el contenido del principio de propiedad privada y se han desmantelado las condiciones para que operen los mecanismos de mercado. Curiel como buena parte de los demás autores de Venezuela 2015. Economía, política y sociedad, insiste en un ineludible programa de ajustes y equilibrios macroeconómicos como condición obligatoria de reorganizar la economía. Se explaya en la larga lista de decisiones erradas y distorsionadoras de la economía, los mercados, y agentes.

Desde instrumentos jurídicos como la Ley de precios justos y otros son objeto de análisis por parte de Curiel y como afectan el principio de propiedad privada y desnaturalizan el proceso económico y particularmente al sector privado con marcos regulatorios y decisiones que en nada promueven desarrollo, crecimiento y progreso económico y social.

Elsa Cardozo, como buena internacionalista nos propone un ensayo alrededor de “Fondos y Trasfondos de la Petrodiplomacia” donde procede a analizar cronológicamente los primeros acuerdos de cooperación energética a partir de la revalorización estratégica y económica de los hidrocarburos. Nada grato constituye la prosa de Cardozo precisamente por tratar de explicar y valorar algunos de los acuerdos suscritos durante la presidencia de Chávez acuerdos estos opacos y muchos de ellos nada beneficiosos para el país, entre ellos los firmados y acordados con China, Rusia, Argentina, Cuba y otros. Lo cierto del caso es que el crecimiento del precio del barril de petróleo en la primera mitad de la década del siglo XXI considera con el auge y promoción de una suerte de “petrodiplomacia” o más claramente de utilización del petróleo y sus recursos con fines de exportar un modelo, promover un liderazgo y unos proyectos o planes basados en una visión de una nueva geopolítica internacional, una potencia energética regional y una política de plena soberanía petrolera que no es más que la utilización del petróleo como principal arma, recurso y poder nacional e internacional de promoción de la llamada revolución bolivariana y luego el llamado socialismo del siglo XXI.

Cardozo señala de manera precisa que la Petrodiplomacia estaría basada en dos estrategias como son la reformulación de la integración y la creación de fondos especiales … la creación de áreas de interés estratégico y de mayor influencia en el régimen internacional desde la plataforma de la bonanza petrolera … desde 2007 se produjo pronunciado giro en la política de integración desde el retiro de la Comunidad Andina y el Grupo de los Tres, hasta el accidentado proceso de ingreso al Mercosur, la ampliamción del Alba y la creación de Unasur y la Celac” (Cardozo 2015 p. 109).

Multipolaridad y antiimperialismo serán las frases y consignas que guíen el periplo nacional e internacional de Chávez y por ende su petrodiplomacia. Posteriormente vendrían acciones y decisiones que hablan de convertir a Venezuela es un país potencia en lo social, lo económico, lo político y lo militar y observaríamos un mayor impulso del Alba, Petrocaribe, Unasur y la Celac.

La gran realidad es que promoviendo esquemas de integración, nuevas empresas, capitales semilla e industrias diversas en toda América Latina y el Caribe con poca transparencia, ausencia de controles y rendición de cuentas, Venezuela nunca fue tan vulnerable ni retrocedió tanto en muchas áreas y rubros.

Entre tanto Vestalia Sampedro nos presenta un ensayo alrededor de la Ley Habilitante como un instrumento que en su óptica debería ser utilizada para organizar al gasto público. Su propuesta no podría ser otra como es la necesidad de ajustar el gasto público en función de un presupuesto y de manera particular ponerle orden a los fondos paralelos y algunas leyes vinculadas a contribuciones especiales y afines.

Luis Pedro España quien es uno de los mejores expertos y especialista en el tema de la pobreza y afines con una dilatada trayectoria y estudios en dichas áreas nos propone de manera acertada y responsable una política social para la transición, propuesta que asume con rigor el tema de la educación y el conocimiento como claves y palancas de un genuino desarrollo, unido a infraestructura urbana, servicios públicos y otros.

España precisa que “la política social contribuye a resolver los problemas de la pobreza en la medida en que ella es capaz de reducir los obstáculos que tienen los individuos, sus familias y comunidades para proveerse de las herramientas que les permitan salir de la condición de necesidad que impone la pobreza … se trata de evaluar los niveles escolaridad, la calidad de la educación, las inequidades, expectativas de vida y otros” (España 2015 p.135.)

Luis Pedro España sin reparos ni pruritos analiza las misiones entendiéndolas como paliativos y como un avance desde el punto de vista de que el Estado venezolano identifico los diversos déficits de atención en muchas áreas, sin embargo, las misiones en su manera de concebirse y ejecutarse no han erradicado los graves problemas que el país y su población padece. Más aún hay misiones que tiene una década de lanzadas y no se aprecia su impacto o metas alcanzadas en términos de las cifras, aspecto que condiciona los supuestos éxitos de las mismas aunado a las cifras invertidas por parte del Estado venezolano.

España agudamente precisa que “no existe la menor duda de que nuestro país necesita de una política social que transforme las condiciones estructurales de la pobreza y que no se conforme únicamente con la distribución de la renta, por medio de mecanismos de mercado, para que las familias se provean su propio ascenso .. y agrega se requiere una política social que ofrezca oportunidades a los grupos más pobres necesita de que el crecimiento económico tenga bases sólidas y ellas están asociadas, por un lado, a la generación del mínimo de condiciones para que la inversión nacional y extranjera sea posible y, por otro, a una política social que incremente el capital productivo de los venezolanos” (España 215 p. 143.).

Concluye España precisando que “la institucionalización de la política social no sólo requiere diseños técnicos y procedimientos universales que garanticen, a quien se encuentre en estado de necesidad, obtener la ayuda sin tener que vender su dignidad a nadie; también necesita del compromiso de todos los líderes políticos de que nuca más se aprovecharan de las dificultades del pueblo, para sacar provecho, y ventaja a los demás competidores, con tales prácticas populistas” (España 2015 p. 149).

Seguidamente Pedro Palma, nos presenta su contribución “Controles de Precios e Inflación” donde dicho autor y versado economista desagrega y explicas las variables de oferta y demanda agregada, inflación, controles de precios y otros, destaca algunas de las fallas presentes en nuestra economía “una política de expansión desproporcionada de gasto fiscal que se traduce en situaciones de déficits crecientes, lo cual genera incrementos sostenidos de la oferta monetaria que estimulan el consumo, particularmente en los casos en los que esos déficits son financiados por bancos centrales a través de la creación de dinero inorgánico entre otros” (Palma 2015 p. 154).

Más aún “los controles de precios han sido desproporcionados ya que, en muchos caso, las autoridades imponen recios que no cubren los costos, condenando a productores y distribuidores a trabajar a pérdida … los controles no sólo desestimulan la producción sino que también desincentivan la inversión … puede decirse que los controles no sólo son inefectivos para abatir la inflación sino que a la larga, la estimulan” (Palma 2015 pp 156-157).

Palma no explica como la inflación en Venezuela es multifactorial pero fundamentalmente por el crecimiento desmedido de la oferta monetaria, desequilibrio fiscal y enormes déficits donde el papel del Banco Central de Venezuela no es para nada técnico ni eficiente. No se podrá derrotar la inflación sin una formulación de política fiscal, monetaria y cambiaria, aunado a estimular la oferta de bienes y servicios, y la necesidad de lograr un mercado más natural con menos controles de precios y de cambio entre otras medidas que persigan controlar la inflación creciente en Venezuela.

Francisco Vivancos, es partidario frente a la crisis actual de proponer una liberalización financiera de los mercados a partir de las variables de velocidad y secuencia de las medidas de liberalización. No hay duda que se reclama más autonomía, más eficiencia, más transparencia y menos regulaciones que lejos de controlar terminan asfixiando a los mercados financieros.

Vivancos “en un buen número de procesos de estabilización y reformas macroeconómicas, las crisis financieras que les sucedieron se originaron en una liberalización financiera adoptada en una secuencia incorrecta y hasta precipitada “ (Vivancos 2105 p.169).

La desregulación financiera es una medida que indiscutiblemente en Venezuela se requiere para favorecer el crecimiento económico en la óptica y argumentación de Vivancos pero tiene sus riesgos por eso la necesidad de formular una acertada secuencia en el conjunto de reformas a implementar.

María Antonia Moreno, desarrolla una temática que tiene que ver con un tema ampliamente debatido en Venezuela como es el reparto o distribución de la renta petrolera, y en ese sentido y de manera acertada la autora se plantea como en Venezuela desde hace varias décadas se registran procesos recurrentes de inflación, estancamiento económico y pérdidas progresivas de bienestar aspectos que están relacionados con la forma en que se ha invertido y distribuido la renta petrolera …. Se distinguen dos vertientes de canalización de la renta hacia la población; una de provisión gratuita de servicios públicos a través de programa sociales universales y compensatorios; y otra, a través de proyectos estratégicos de inversión a cargo del sector público con el objetivo de convertir la renta petrolera en activos productivos cuya explotación conduzca al logro de la diversificación del aparato productivo (Moreno 2015 p. 190)

El tema central es comprender que al modelo de reparto en Venezuela de su renta petrolera se le pueden formular muchas críticas precisamente porque no hay una correspondencia entre distribución y reparto de esa renta petrolera y el logro de progreso y desarrollo sostenido y real.

La realidad demuestra en palabra de María Antonieta Moreno “como en las fases expansivas del ciclo petrolero, el gasto público se expande bajo términos que le confieren una gran rigidez; y la política monetaria, con escaso margen de maniobra, dada las restricciones del régimen cambiario la dominancia fiscal, no puede contrarrestar los excesos de política fiscal o, incluso, debe validarlos” (Moreno 2015 p. 191).

Margarita López Maya, analiza un ciclo muy reciente en Venezuela referido al accidentando año 2014 que gravito entre descontento económico y protestas. Esa relación indirecta entre malestar económico y protestas definió buena parte de la sinergia y dinámica venezolana al menos en el primer semestre del año 2014.

En este sentido Margarita López Maya precisa que “la protesta puede adquirir muchas formas, de acuerdo a la represión y el control que se use para combatirlo, pero cuando se coloca entre lo permitido y lo prohibido es una sociedad, entre lo convencional y lo violento, llama la atención, produce tensión y suele obligar al poder a dar respuestas … en Venezuela registramos cierre de calles, tomas pacíficas y cacerolazos son generalmente protestas confrontacionales … un ciclo de protesta es un lapso caracterizado por el conflicto intenso y la beligerancia a todo lo largo del sistema social … un ciclo termina cuando la gente está satisfecha o exhausta, o ha sido amansada hasta la sumisión por la policía o los terroristas, o por una combinación de estas tres cosas” (López Maya 2015 pp. 199-200)

Concluye López Maya con una argumentación nada desdeñable “todas las motivaciones que llevaron a la calle a movimientos, ciudadanos y partidos siguen sin ser atendidos por lo cual la protesta continuará. La Crisis económica sigue, lo que implica que las redes clientelares del chavismo tienen problemas para funcionar con eficacia. La caída estrepitosa del precio del barril petrolero en el último cuatrimestre del año agudiza las causas y es de esperar que se emporen los indicadores de malestar social” (López Maya 2015 p. 204).

Seguidamente Marino González se detiene a evaluar un tema y área vital en el país y de la cual el autor es considerado una autoridad y tiene que ver con las acciones para revertir la privatización de la salud en Venezuela. Venezuela recorre un camino espinoso y contrario a la tendencia mundial donde el Estado hace esfuerzos por dotar de un sistema de salud de calidad a la población de menos recursos. La salud ha quedado relegada prácticamente a quienes puede acceder con sus propios recursos a tenerla.

Este proceso de privatización creciente que experimenta el sistema de salud venezolano es la consecuencia directa de la falta de implementación de reformas adecuadas … Mientras muchos países han diseñado y ejecutado ampliaciones de cobertura, aumentos del financiamiento púbico, institucionalización de nuevas modalidades de seguros, así como procesos de descentralización de servicios, y acuerdos de prestación con participación de servicios privados y de organizaciones sociales, Venezuela ha quedado prácticamente al margen de esas innovaciones” (González 2015 p. 211).

Entre tanto analizando otro tema de impacto y relevancia en Venezuela, Pedro Luis Rodríguez Sosa se detiene a analizar el tema del subsidio a la gasolina. No hay duda que Venezuela no ha sido creativa en términos de producir valor agregado para su sociedad a partir de un buen manejo de su petróleo.

Rodríguez Sosa se detiene no sólo a evaluar el tema del subsidio a la gasolina sino fundamentalmente las distorsiones de los precios, el contrabando y factores afines que es preciso corregirlos. “La perversidad del subsidio es reflejo de un problema mayor; nuestra incapacidad de convertir nuestros recursos petroleros en un instrumento de progreso, comenzando con una industria petrolera productiva y pujante hasta un manejo de la renta eficiente y equitativo” (Rodríguez Sosa 2015 p. 230).

Luis Oliveros anclado es una perspectiva rica como el neoinstitucionalismo aboga en un ensayo por un planteamiento más que justificado “la necesidad de instituciones” para lo cual hace un análisis en detalle donde queda claro que los altos niveles inflacionarios, el endeudamiento, las diversas distorsiones que arrastran los mercados monetario, fiscal y cambiario, el declive de la industria petrolera y otros son la expresión de la baja calidad de nuestras instituciones políticas- económicas.

Dentro de los ejemplo de grave distorsión institucional analiza al Banco Central de Venezuela (BCV), a Petróleos de Venezuela (PDVSA) y el Fondo Nacional para el Desarrollo Nacional (FONDEN) ambas con déficits y por ende la necesidad de financiamiento monetario.

Ciertamente “increíble nuestro país tiene 100 años explotando petróleo, pero en ninguna parte se estableció los parámetros sobre qué hacer con la renta petrolera … Venezuela le dejó la voluntad de decidir el uso de la renta petrolera a la voluntad de cada gobierno … y agrega si nuestro país pretende seguir instituciones esclavas al gobierno de turno o al partido político en el poder, estaremos destinados a seguir siendo pobres y a presentar resultados, tanto económicos como sociales, mediocres ” (Oliveros 2015 pp. 235-238.)

Continuando con el periplo analítico de este reciente libro Venezuela 2015. Economía, política y sociedad, José Guerra, aboga por “Un nuevo modelo de desarrollo para Venezuela” que persiga mayor y mejor nivel de vida material y espiritual. Tres pilares fundamentales sostienen este nuevo modelo en opinión de José Guerra. El primer pilar es la equidad. El segundo pilar es la libertad; el tercer pilar es la prevalencia de la Ley y la imposición de límites a la arbitrariedad del poder ejecutivo.

Venezuela no puede producir un cambio de modelo y sociedad sino asume ciertamente un conjunto de acciones de Política macroeconómica orientadas a disminuir la tasa de inflación, Política fiscal basada en una sostenibilidad fiscal, aspecto que demanda el balance del presupuesto y sus fuentes de financiamiento, mejorar la eficiencia del gasto público, reducir la vulnerabilidad fiscal; Política monetaria, urge recuperar el valor del signo monetario o moneda, la confianza y capacidad de ahorro, aspecto vinculado a contar con una arquitectura fiscal y monetaria cónsona con la estabilidad económica. Política petrolera, es urgente lograr un tipo de cambio competitivo para estimular justamente a los sectores transables distintos al petrolero con un papel técnico y central del BCV en el manejo de la tasa de cambio; a lo cual se le suman una conjunto de política sectoriales en petróleo, industrial, capital humano, política social y afines como rasgos de un nuevo modelo viable, moderno, eficiente. (Guerra 2015 pp. 245 – 254).

Felipe Pérez Martí, nos propone un texto sobre el efecto inflacionario de la nueva política económica (NEP) y explícitamente nos propone un modelo conservador. Pérez Martí sencillamente aboga por una unificación cambiaria, un socialismo democrático y productivo, unido a un conjunto de medidas, entre ellas, que en Venezuela toda la renta petrolera sea transferida para manejo directo, de las comunidades organizadas en consejos comunales. Insiste en dos claves unificación cambiaria y política de precios.

Entre los diagnósticos acertados asume que la inflación no puede atribuirse a la supuesta guerra económica sino a un problema monetario. Propone medidas para frenar la inflación, entre ellas la apertura externa, la liberación y democratización de las importaciones, rebaja de aranceles, entre otros. Venezuela requiere aparte de una revisión de su política de control de precios, una política de eliminación de subsidios y transformación del modelo político – social productivo con impacto en los salarios, gasto social, promoción de la producción de bienes y servicios. Asimismo, se requiere un acuerdo político de gobernabilidad.

Continuando las propuestas y diagnósticos, Asdrúbal Oliveros, Jessica Grisanti y Lesner Castillo presente un ensayo alrededor de “Vaivenes e un programa de ajuste en Venezuela: El eterno problema del reparto rentístico” donde diagnostican los principales desequilibrios económicos (monetario, cambiario y fiscal). “El petróleo aparte de las debilidades institucionales, ha generado que en Venezuela se experimente la maldición de los recursos, que no es más que el efecto negativo que tiene la abundancia de recursos naturales sobre el desarrollo de un país dado (Oliveros, Grisanti y Castillo 2015 p.280).

Oliveros, Grisanti y Castillo recorren nuestra historia económica reciente y un conjunto de hechos, episodios, tomas de decisiones erradas y otra toma de decisiones no materializadas en materia económica. “Al problema de los grupos de poder alrededor del reparto de la renta petrolera, que impide la toma de decisiones deben sumarse dos elementos más: el débil liderazgo del presidente Nicolás Maduro para poder llevar adelante las medidas de ajuste económico y, en segundo lugar, la difícil tarea de negociar con los “clústers” de poder y las otras facciones ideológicas que conviven en el chavismo” (Oliveros, Grisanti y Castillo 2015 p.282).

El Plan de Ramírez o el viraje al pragmatismo proponía un solo tipo de cambio oficial; flexibilización de la política de controles de precios; nuevos acuerdos petroleros; incremento de las tasas de interés y reducción del financiamiento monetario desde el BCV a las empresas públicas no financieras; reordenamiento de la deuda; entre otros.

En otro orden de ideas otro grupo conformado por el vicepresidente Jorge Arreaza y Alejandro Fleming con apoyo de Elias Jaua y Nelsón Merentes, eran partidarios de introducir reformas pero no al estilo de la propuesta de Rafael Ramírez por considerarlo un paquetazo, por ello hablan de sistemas de cambio dual; ajustes de precios, reforma fiscal buscando mayores impuestos; y una clara mayor presencia del Estado en los canales de comercialización de bienes.

La historia económica cercana nos muestra una etapa de disputas entre radicales y militares ortodoxos, altos niveles de improvisación, una acentuación del rentimo entre otros. “el tiempo juega en contra del gobierno por dos razones. La primera, y más evidente: la lentitud excesiva en la aplicación de los ajustes profundiza los desequilibrios de la economía venezolana, que muestra signos evidentes de estanflación; la segunda es que de cara a la elecciones del 2015 el ejecutivo tiene menos incentivos para tomar medidas que impliquen costos políticos elevados (Oliveros, Grisanti y Castillo 2015 p.288).

Finalizan nuestros destacados economistas señalando propuestas entre ellas, corregirse los desequilibrios fiscales, monetarios y financieros a través de la racionalidad del gasto, el ajuste de multiples tarifas de servicios públicos, el aumento del precio de diversos productos generados por el Estado, la eliminación del financiamiento del gasto público deficitario por el BCV, la limitación del endeudamiento gubernamental tanto interno como externo, la eliminación de presupuestos paralelos y la implementación de un sistema eficaz y eficiente para controlar el manejo de los recursos públicos” (Oliveros, Grisanti y Castillo 2015 p.289).

El antepenúltimo ensayo lo desarrolla Luis Xavier Grisanti, “La revolución tecnológica y al enfermedad holandesa” donde pasa revista a varios modelos y paradigmas para no hablar de algunos mitos que la propia historia ha dejado desnudos. Lo que es indiscutible es que “el crecimiento de las naciones desarrolladas, así como el desarrollo de las economías emergentes o recientemente industrializadas, ha tenido lugar en medio de una expansión sin precedentes de nuevas tecnologías… la globalización… el internet y las redes sociales han sacudido los cimientos de las relaciones tradicionales entre el ciudadano y el Estado, entre los ciudadanos mismos. La sociedad del conocimiento democratiza la propagación del saber” (Grisanti 2015 pp. 294 – 295).

Estamos en presencia de la emergencia de un nuevo paradigma energético y sustentable y donde la industria energética y petrolera tiene un papel transcendental, unido a la expansión del carbón, gas, energías renovables y otros.

Luis Xavier Grisanti señala con acierto que “La enfermedad holandesa de Venezuela fue advertida por Alberto Adriani después del auge petrolero de los años 20. La mentalidad rentística de la sociedad venezolana se exacerbó con la bonanza petrolera de los años 70, y no la hemos superado… y agrega y concluye que la revolución tecnológica y el nuevo paradigma energético y la enfermedad holandesa que padece Venezuela, plantean desafíos inmensos al desarrollo sustentable del país, los cuales no están siendo abordados en toda su dimensión por el liderazgo político, económico y social de la nación” (Grisanti 2015 304).

El penúltimo ensayo de Venezuela 2015. Economía, política y sociedad, es desarrollado por el editor y coordinador de esta magnífica investigación y conjuntos de propuestas, nos referimos al destacado economista venezolano Ronald Balza Guanipa quien titula su contribución “De la planificación centralizada a la regulación de la economía: Propuesta de transición gradual para Venezuela” donde nos da un corolario o resumen de una diversidad de errores, fallas y distorsiones que han estado presentes en el funcionamiento de nuestra economía y acentuadas en los últimos años en Venezuela.

En tal sentido precisa Balza Guanipa “déficits fiscal, fallidos controles de cambios y de precios, mercados paralelos caracterizados por inflación y depreciación aceleradas, escasez crónica, crecimiento económico forzado y frágil, empresas públicas tecnológicamente obsoletas, empleo precario y dependencia de importaciones, entre otros” (Balza Guanipa 2015 p. 309)

No hay dudas de las distorsiones y daños producidos a las sociedades y países por parte de las economías y gobiernos altamente planificadores bajo esquemas socialistas. En el caso de Venezuela no hay dudas del intervencionismo estatal a lo largo de la historia y acentuado a partir de Chávez y Maduro. Ronald Balza Guanipa analiza en su ensayo un aspecto clave a nuestro entender cómo es que los rasgos planteados en la Constitución de 1999 que tienen que ver con las funciones y competencias del Estado, con derechos y demás no se corresponde con la realidad y el desempeño del Estado venezolano en estos años en áreas como la salud, la educación, la economía, las finanzas y otros donde evidentemente hay fallas y carencias que tienen que ver en parte con un modelo que se ha intentado desarrollar que no se corresponde con el espíritu democrático, plural y amplio dibujado en la Constitución de 1999.

Balza Guanipa es partidario entre otras medidas urgentes para la economía nacional “levantar gradualmente los controles de cambio y precios para avanzar hacia una economía regulada, compatible con la descrita en la Constitución de 1999 … Lo que haría gradual un programa sería la definición previa del objetivo, la secuencia de las medidas, el mantenimiento provisional de la estructura de controles como mecanismo de coordinación y la posibilidad den hacer ajustes contingentes” (Balza Guanipa 2015 p. 319).

Ciertamente “en Venezuela no hay estabilidad de precios porque la política fiscal no es anticíclica y porque el gobierno no reconoce el papel esencial de las iniciativas privadas en la producción de bienes y servicios… y agrega sin una política fiscal sostenible y transparente no puede contenerse la inflación, que desanima el ahorro y debilita al sistema financiero y la seguridad social” (Balza Guanipa 2015 pp. 321-322).

Concluye Ronald Balza Guanipa analizando diversos escenarios y medidas, naturalmente se acoge a esquemas gradualistas que permitan corregir y reorganizar la política fiscal y monetaria. No hay duda de los daños causados por la política de controles que será preciso a futuro revisarla con una tendencia a su eliminación como mecanismo de estabilidad cambiaria y de precios entre otros.

Concluye este magnífico estudio, investigación y libro con el ensayo de Luis Morales de La Paz, alrededor de la “Estabilidad financiera internacional y el futuro de Venezuela” donde correlaciona el desempeño de la economía venezolana y la estabilidad de los mercados financieros internacionales, incluyendo mercado de deuda y petrolero. Morales de La Paz analiza lo referido al riesgo país, la volatilidad de los precios del petróleo en el mercado mundial con un impacto directo en Venezuela.

Venezuela 2015. Economía, política y sociedad, constituye sin lugar a dudas más allá de las posturas y valoraciones muy críticas de lo que ha sido el devenir de nuestra economía, donde hay un alto grado de coincidencia en relación a las distorsiones y errores señalados por los destacados especialistas que integran este inventario y radiografía profunda teórica y empírica de la economía y sociedad venezolana del siglo XXI, una apuesta al país en términos de propuestas, de medidas, de modelajes, enfoques y decisiones que en medio de lo duro y reveladores datos, cifras y estadísticas nos muestra esperanzas frente al modelo fracasado del socialismo del siglo XXI caduco, ortodoxo y profundamente empobrecedor. Nuestras felicitaciones públicas a esta iniciativa colectiva impulsada por Ronald Balza Guanipa, la Universidad Católica Andrés Bello y la Fundación Konrad Adenauer Stiftung de pensar al país, de analizar críticamente su economía y fundamentalmente proponer soluciones en el aciago momento que nos corresponde vivir.

(*) Doctor en Ciencia Política. Profesor e Investigador de la Universidad de Los Andes. E-mail: [email protected] @rivasleone

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