Opinión Nacional

La Extradición de Posada: ¿Torpeza o Confrontación?

Venezuela tiene razón al solicitar la extradición de Posada Carriles. Pero la forma como ha venido actuando muestra actuaciones sobredimensionadas, ridículas, extemporáneas, indignas, torpes y politizadas, que en vez de favorecer la extradición le crean mayores obstáculos.

La absurda amenaza de revisar las relaciones diplomáticas hasta el punto de eliminar la Embajada Venezolana en Washington en caso de que Bush no de respuesta inmediata a la solicitud de extradición, constituye una actitud sobredimensionada.

Pero además es ridícula, ya que las autoridades Norteamericanas demostraron que no habían recibido la solicitud de Extradición, desenmascarando la ineficiencia de una Cancillería no profesional que deja muy mal parado al Mandatario Venezolano. Hasta el Vicepresidente Rangel y el Canciller Ali Rodriguez tuvieron que admitir que no habían podido traducir ni entregar el expediente jurídico. Por otra parte la solicitud de arresto provisional de Posada fue mal formulada, y a pesar de ello, las autoridades de inmigración Americana lo detuvieron basados en su ingreso ilegal. En vez de agradecer la detención, el Gobierno protestó porque no le gustó la aplicación de la detención por ilegalidad!

Es extemporánea. No se hizo la misma alharaca cuando Posada estuvo preso en Panamá desde inicios del 2000. ¿Por qué de repente tanta urgencia?

Es torpe. La extradición no opera de manera automática, sino que debe cumplir los requisitos de forma y de fondo que establece el Tratado y el Derecho Internacional.. Las declaraciones políticas del Fiscal, del Presidente del Tribunal Supremo de Justicia, del Presidente de la Asamblea Nacional y de las más altas autoridades del Gobierno no favorecen la dimensión jurídica del acto, ya que las presiones y chantajes contra los Jueces Americanos son contraproducentes en un sistema democrático en el que rige la separación de poderes.

Es indigna. La insólita ingerencia del Presidente de la Asamblea Legislativa Cubana Ricardo Alarcón al participar en el Meeting convocado por el Gobierno Venezolano, muestra el intervencionismo del Social-Imperialismo Cubano en asuntos internos. El parlamentario antillano le mintió a la opinión pública venezolana al acusar a los Estados Unidos de no haber entregado desde el primer día a Posada confundiendo a propósito la figura de la deportación con la figura de extradición que está regida por normas jurídicas bilaterales en las que Cuba no tiene por qué interferir.

La politización hecha por Fidel Castro y sus mega-marchas no ayudan, además de que la reciente firma del Convenio Judicial Cuba-Venezuela, le permite a las autoridades Cubanas intervenir en el desarrollo del proceso poniendo en peligro la seguridad jurídica que garantice el debido proceso.

En vez de manejar el caso por la vía diplomática, jurídica y legal, como lo haría cualquier otro país del mundo, Chávez y sus seguidores vuelven a generar otro conflicto que politiza y hace más difícil la extradición. ¿Es acaso eso lo que busca el Gobierno Venezolano?¿O será una cortina de humo para esconder el escándalo PDVSA?

(*): Ex Embajador en la ONU

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