El máximo culpable
Hugo Chávez en su engañosa campaña para llegar a la presidencia no tuvo escrúpulos en tildar a Pdvsa de ser una caja negra. Pues bien, hoy, después de seis años de su gobierno, la empresa petrolera de todos los venezolanos ha sido convertida en un gran hueco negro. Lo de hueco por lo nefasto de su operación y lo de negro por la falta de transparencia de su administración.
La Nueva Pdvsa, surgida después del despido de veinte mil profesionales y técnicos, hoy invierte menos, ha perdido el liderazgo que una vez se tuvo en términos de excelencia, producción y exportación, y en perjuicio de sus principales accionistas, los venezolanos, no presenta informes ni rinde cuentas de su gestión. En un país serio, donde funcionen medianamente bien las instituciones, los responsables de este caos estarían, unos, enfrentando juicios y otros, hace tiempo, tras las rejas.
Causa indignación observar como se malversan los ingresos petroleros, como se dañan los pozos y se paran las refinerías por falta de mantenimiento adecuado, hoy en manos de personal inexperto, contratado no por sus méritos y lealtad a la empresa, sino por su compromiso político con el gobernante de turno. No es de extrañar, que la gerencia de occidente esté produciendo trescientos cincuenta mil barriles diarios y que la de oriente, con los pozos irresponsablemente explotados, sólo llegue a un millón de barriles. Actualmente, cerca del 50% de la producción nacional depende de las empresas extranjeras, que fueron contratadas para recuperar pozos a través de los convenios operativos o para sacar los crudos extra pesados de la faja bituminosa mediante asociaciones estratégicas.
En la Nueva Pdvsa no existe preocupación por su recurso humano. El Cied, ejemplo de formación gerencial a nivel mundial e Intevep, pionera de la investigación y el desarrollo han desaparecido de la estructura funcional de la corporación. El mercadeo, responsabilidad de las gerencias de comercialización, hoy se hace mayoritariamente a través de intermediarios, que por supuesto, cobran jugosas comisiones causando daño patrimonial a la nación. Los petroleros venezolanos despedidos desde el programa dominical Aló Presidente, han sido contratados por empresas transnacionales, que reconocen su capacidad y profesionalismo. Sí alguien preguntara por el máximo responsable de lo que ocurre en nuestra industria, baste señalar al actual inquilino de Miraflores.
