Los Expresidentes y las elecciones
Es ciertamente inusual que 27 expresidentes de diferentes países del mundo suscriban una misiva exigiendo que unas elecciones «sean libres, justas e imparciales». Y aún menos frecuente es que los firmantes pertenezcan a diversos partidos políticos que cubren todo el espectro, desde la izquierda hasta la derecha.
Y, además de solicitarle al presidente Maduro la pureza electoral en las elecciones de diciembre, le piden expresamente, tanto la indispensable observación internacional imparcial, como la liberación de los presos políticos.
Que estos exmandatarios de importantes países iberoamericanos manifiesten la necesidad de «respetar la libertad de expresión y permitir a la prensa y el libre ejercicio del derecho a la información de los ciudadanos», es el reflejo de una creciente percepción internacional que pone en duda el carácter plenamente democrático del gobierno venezolano, y como colofón a esa impresión, no sólo le remiten la carta a Maduro sino que envían copia de la misma al papa Francisco, al secretario general de la OEA, Luis Almagro y al presidente de los Estados Unidos, Barak Obama.
Este hecho sin precedentes debe hacer pensar al gobierno sobre las consecuencias internacionales de sus actoss si persiste en mantener situaciones que consisten en actos violatorios de los DDHH. En un mundo globalizado los países no pueden actuar sistemáticamente al margen de los principios establecidos en la declaración universal de los derechos del hombres sin que eso produzca efectos negativos.
La verdad es que mucho del futuro sobre la discusión del respeto o no de los DDHH va a pasar por el tamiz de las elecciones parlamentarias. Si el proceso es transparente e impoluto seguramente se acallarían en algo las condenas al régimen y tan solo quedarían pendientes el problema de la libertad de expresión y el de los presos políticos, incluidas las in habilitaciones sobre importantes líderes opositores. El problema es que realmente sean transparentes y que los resultados de las elecciones sean aceptados por todos, cosa muy poco probable, y que en nada van a solucionar el problema de fondo cual es el cese de la persecución y la represión política. Por el contrario, en ese ´´huir hacia adelante´´ el gobierno va a arreciar y buscará atornillarse en el poder mediante el uso abusivo de la fuerza legítima. Ya esa es una política de Estado que no va a cambiar porque ya es muy tarde para retroceder y es lo que le garantiza su permanencia por un tiempo aun indeterminado.
El gobierno insiste que los planes sociales y el sistema de pensiones se va a mantener por encima de cualquier circunstancia, pero el peso de la deuda es grande y la capacidad de endeudamiento se ha ido reduciendo dramáticamente, al punto que se corre el riesgo de caer en ´´default´´ mas pronto que tarde por carencia de divisas y dentro de su política de racionamiento extremo solo le permite atender a algo menos de la mitad de la población. El resto quedaría fuera de cualquier tipo de beneficios e indudablemente esto sería algo mas que explosivo, salvo que opte por un plan de ajustes severo que entre otras cosas, conllevarían mas impuestos y un frenar la emisión de dinero inorgánico, cosa para la cual no parecen muy ganados y por lo tanto, se vería obligado a continuar apoyándose en el único sostén que lo mantiene en pie : las FANB. Faltaría ver, si están dispuestos a continuar jugando ese papel por mucho tiempo mas.
El otro aspecto radica en que si la población está dispuesta a sacrificarse dejando que todo el peso de la crisis recaiga sobre sus hombros como ha ocurrido con los ciudadanos griegos a quienes se les ofreció algo que luego no se les cumplió, pasando su presidente de héroe a villano y aceptar un plan de austeridad donde la deuda se quintuplicó y donde todos saben que ni podrá pagarla ni están en capacidad de hacerlo. Algo así podría pasar con nosotros, donde todo se reduciría a un ´´engaño´´ y donde los ex presidentes, salvarían su cara, pero en el fondo poco estarían dispuestos a ir mas allá de las ´´palabras´´. Es una posibilidad cierta que en modo alguno podemos descartar, pues ese asunto de los DDHH a veces se maneja mas por conveniencia que por convicción entre ese complicado mundo de las relaciones internacionales donde lo que realmente priva es el interés particular de cada nación. De todos modos, es al menos un ´´gesto´´ que se debe agradecer. No olvidemos tampoco que esos ´´ex presidentes´´ y presidentes, a veces están representando a países donde de una forma u otra, también se violan los DDHH y donde en mas de una oportunidad, esconden su ´´basura´´ debajo de la alfombra de sus respectivas casas. Y es que en esos países se suele violar el respeto a los derechos mas elementales del ser humano, a veces de manera brutal y hasta sanguinaria…¡ Y nadie dice nada !.
Definitivamente la defensa de nuestros DDHH nos corresponde es a nosotros y somos los ciudadanos comúnes y corrientes quienes debemos defenderlos a como de lugar. Nadie lo puede hacer por nosotros ni nadie puede afirmar que no estamos pagando un alto precio por ello. Muchos ya han muerto, otros están presos, otros desaparecidos y todavía falta un largo trecho por recorrer hasta que algún día logremos ser verdaderamente libres y decir y pensar, lo que consideremos es lo mas justo y conveniente para todos…¡ Tal vez en un futuro no tan lejano, lo logremos !.