La sexualidad después de los 60 años
Rodrigo y Ana tienen 66 y 64 años, respectivamente, son profesores jubilados y su familia se extiende a tres hijos y cuatro nietos. Quienes los miran, en su retiro de su viejo caserón en un municipio del estado Carabobo, creen que ya pasaron sus mejores tiempos y que los días del sexo ya no les pertenece.
Se equivocan. Estos dos integrantes el club de la tercera edad mantienen, no con la frecuencia de cuando eran novios, relaciones sexuales y disfrutan con tanto placer que fortalecen su amor y llena sus días de soledad. El común de la gente piensa que cuando uno supera la barrera de los sesenta años tiene que olvidarse del sexo y debe vivir los últimos años de su vida tratando de compartir otros placeres con su pareja. Pero una reciente encuesta hecha en los Estados Unidos arroja por tierra estas creencias y saca a la luz resultados que sorprendieron a más de un estudioso del tema.
La investigación fue realizada por reconocidos científicos y publicada en el New England Journal of Medicine, y termina con la idea de que la búsqueda de placer físico solamente es patrimonio de los jóvenes. Para este estudio, investigadores del Proyecto nacional de vida social, salud y envejecimiento (NSHAP) de la Universidad de Chicago entrevistaron en sus hogares a 3,005 adultos estadounidenses (1,550 mujeres y 1,455 hombres).
Se trata de la primera encuesta nacional completa de actitudes, conductas y problemas sexuales de los adultos estadounidenses mayores de 57 años y encuentra que muchos tienen relaciones sexuales con frecuencia. De hecho, la frecuencia de la actividad sexual disminuyó sólo ligeramente entre el final de la cincuentena y el comienzo de la setenta.
“Esto es de suma importancia y esperamos que este estudio histórico haga que la comunicad médica y la sociedad se enfoquen en ello con menos tabú. Es un gran comienzo”, afirmó la Dra. Barbara París, directora de geriatría del Centro médico Maimonides de la ciudad de Nueva York. “Para la mayoría de las personas, escuchar que la gente tiene relaciones sexuales después de los 60 es algo sorprendente”, señaló.
Algunos de los resultados que se conocieron revelan otra realidad a la hora de hacer el amor, en adultos mayores. Más de la mitad de las personas del grupo de mayor edad, entre los 75 y los 85, que se encontraban sexualmente activos informó tener relaciones sexuales al menos dos o tres veces al mes, mientras que el 23 por ciento informó tener relaciones sexuales al menos una vez a la semana.
Se observó además que la disminución del deseo sexual y de las relaciones obedecía más a los problemas de salud o la falta de un compañero, especialmente en el caso de las mujeres.
“Esto nos da, por primera vez, los datos más completos y nacionalmente representativos de la sexualidad de los hombres y las mujeres, y realiza una contribución particular en cuanto al conocimiento de la sexualidad de las mujeres mayores”, afirmó la Dra. Stacy Tesser Lindau, autora principal del estudio y profesora asistente de ginecoobstetricia y de geriatría de la Universidad de Chicago.
Abundan las razones por las cuales el sexo puede y debe mantenerse en buenas condiciones a medida que envejecemos.
En la tercera edad se pierden muchas inhibiciones y se siente la necesidad de gozar con libertad de los placeres del sexo que quizás se mantuvieron ocultos en la juventud. La intromisión en nuestro tiempo e intimidad que suponen los niños o los quehaceres domésticos, han quedado atrás, y hay más tiempo y energía para dedicarlos al sexo.
En las últimas etapas de la vida, en la llamada “tercera edad”, para la mayoría de las personas ha llegado el momento de hacer todo con más lentitud y de saborear los mejores momentos del sexo. Es verdad que los años conllevan un desgaste normal en los cuerpos. En el hombre, la edad produce cambios fisiológicos indiscutibles, como el tamaño y firmeza de los testículos, disminuye la cantidad de esperma y los niveles de la testosterona. Las dificultades para lograr una erección ya casi son parte del pasado hoy en día, debido al ya tan popularizado Viagra y otros medicamentos, ha significado una verdadera revolución en lo que es el sexo en la tercera edad.
En la mujer, la menopausia psicológicamente supone el comienzo de la tercera edad. Los problemas que la acompañan -adelgazamiento de las paredes vaginales, disminución de la lubricación, menor flexibilidad de la vagina- provocan en ocasiones malestar durante el sexo. Pero esto se puede resolver administrando hormonas femeninas.
Tanto el hombre como la mujer están capacitados para mantener una vida sexual y llegar al orgasmo, pero la imposibilidad de realizar el coito en muchas ocasiones, les hace buscar otras conductas alternativas, aunque igualmente satisfactorias.
Una alternativa muy común es la masturbación. La manipulación preliminar, las caricias, la sensación de intimidad y los masajes son algunas de las técnicas que satisfacen plenamente a las personas de la tercera edad.
La tercera edad es una época donde se puede dar rienda suelta a la imaginación y disfrutar plenamente del sexo y los juegos sexuales. ¡Aprovéchelo! Fomente la comunicación y sea creativo en las relaciones sexuales. Recuerde que huir de la monotonía es fundamental para asegurar una larga y plena vida sexual.
Abajo los prejuicios
Vejez y sexualidad son compatibles. No importa las risas que surjan detrás de dos ancianos que se acarician. La vida sexual de la pareja no tiene límites, porque el sexo no se limita a la estricta fisiología del coito. También las caricias, masajes y los besos forman parte del arsenal que explica la sexualidad como la continuación del acto amoroso.
Aunque resulte extraño, la vida sexual en las personas mayores es más común de lo que desearían las “buenas costumbres” y, de hecho, podría ser todavía más satisfactoria y habitual, si no enfrentara tantos obstáculos. Obviamente, para aquellos cuya imagen de la tercera edad se limita a la de viejecillos refunfuñones que juegan con sus nietos, o se dedica solo a leer la prensa, mientras la abuela prepara deliciosos postres a la familia, la sola idea de verlos desnudos los espanta. Pero nada más hermoso que saber que dos personas que han llegado al umbral de la edad dorada sientan deseo o tengan una sexualidad activa