¿Unidad versus talento?
«Los hombres utilizan las ideas como
armas, y con este gesto se alejan de ellas para siempre»
Alessandro Barico, City
Chavismo y oposiciones comparten una fantasía parlamentaria: contar con una masa de adeptos que siga, sumisa y ciegamente, las órdenes “superiores”. Docenas de políticos expulsados, acusados, reenganchados y acomodados evidencian una metodología de trabajo: “el que piense diferente es mi enemigo”. Es triste, pero estos venezolanos se hermanan en la soberbia, tal vez el escenario más infantil de la ciencia política.
Las elecciones del 4 de diciembre, administradas por un (%=Link(«http://cne.gov.ve/elecciones/diputados2005/documentos/CRONOGRAMAELECCIONES04DIC2005EN1.pdf»,»Consejo Nacional Electoral»)%) que opera en un tenue límite jurídico, son un evento muy relevante para reconquistar la institución legislativa, devenida en un club de pelea en el cual se disputan intereses partidistas, personales y, contadas veces, temas nacionales.
Cada elector debe atender los deberes que la (%=Link(«http://www.tsj.gov.ve/legislacion/constitucion1999.htm»,»Constitución de la República Bolivariana de Venezuela»)%), en su artículo 187, le exige a la (%=Link(«http://www.asambleanacional.gov.ve/ns2/index.asp «,»Asamblea Nacional»)%) (AN),
“Ejercer funciones de control sobre el Gobierno y la Administración Pública Nacional, en los términos consagrados en esta Constitución y en la ley. Los elementos comprobatorios obtenidos en el ejercicio de esta función, tendrán valor probatorio, en las condiciones que la ley establezca” (Numeral 3)
“Organizar y promover la participación ciudadana en los asuntos de su competencia “ (Numeral 4)
“Dar voto de censura al Vicepresidente Ejecutivo o Vicepresidenta Ejecutiva y a los Ministros o Ministras” (Numeral 10)
Una vez entendidas las líneas esbozadas desde la Carta Magna, hay que preguntarse cuáles de los diputados activos actualmente han atendido esos deberes. Los parlamentarios podrían publicar en Internet u otros medios masivos una pequeña lista de logros e incluso de “intentos”. A su vez, quedarían descartados aquellos que usaron la AN como un vulgar instrumento de lobby para ganar poder o negocios en sus regiones, mientras que los autómatas o “yes-man” tanto oficialistas como opositores, deberían ser tachados sin contemplación.
El asunto se hace difícil cuando tenemos que evaluar a los nuevos candidatos. ¿Cuál debería ser el perfil de estos 167 hacedores de leyes? ¿Bien vestidos, con dentaduras impecables y un bronceado tropical? ¿directivos de ONG’s y fundaciones de la Sociedad Civil con zapatos gastados de tanto marchar y protestar? ¿”yuppies” petroleros cesantes, pero expertos en improvisar paros y detonar derrumbes de corporaciones? ¿jóvenes muy jóvenes? ¿expertos muy expertos? ¿líderes de barrio que son “patria o muerte” con el proceso? ¿amas de casa que son “patria o muerte” con la contra-revolución?
No es asunto fácil este de votar y menos en un país tan “blanco y negro” como Venezuela. En lo que sí estoy claro es en que no se necesita unidad, sino talento y buena disposición en los diputados que nos representarán en una Asamblea Nacional ideal, que apruebe leyes beneficiosas para el colectivo y frene a quienes se les suba el cargo público a la cabeza