FMI y mercados cautelosos con cumplimento de Grecia
En el caso de la crisis griega, tomadas las decisiones por los políticos, corresponderá a los griegos honrar los acuerdos, lo que el parlamento griego ya aprobó.
Los actores económicos de ese país deberán adaptarse a las nuevas medidas, que incluye recortar en los beneficios que tenían hasta ahora, y producir más productos y bienes, en términos de calidad y cantidad, a un costo menor.
Frente a este gran reto, los mercados han tenido una reacción que se puede calificar de “mixta”, y unánimemente cautelosa.
Por una parte tienen reservas, en cuanto de que los griegos puedan cumplir con los compromisos. Por otra parte, se sienten aliviado por que el acuerdo corre la arruga de mayores consecuencias de la crisis en los mercados financieros. Lo que les deja tiempo y recursos para encarar dos problemas más serios: el estallido de la burbuja bursátil e inmobiliaria de China; y la entrada al mercado del petróleo de Irán, que afectará los precios de la energía, y las acciones y bonos de las empresa del sector.
El acuerdo con Grecia
Las necesidades financieras de Grecia se dividen en dos tiempos. Lo inmediato es la falta de liquidez en la banca griega. La cual se ha estimado en 7.000 millones –que fueron aprobados por el Banco Central Europeo (BCE) el pasado viernes- en la figura de un crédito puente. Esto permitirá que esta semana abran los bancos cerrados desde hace tres semanas.
A estos fondos, se sumarían otros 5.000 millones, para mediados de agosto.
En todo caso, al acuerdo prevé un nuevo programa de asistencia del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), estimado de 10 mil a 25 millones de euros para la banca griega. Lo que se comprende que será aportado, en la medida que Grecia vaya cumpliendo con lo acordado.
A mediano plazo, Grecia necesita entre 70.000 y 74.000 millones de euros. Cifra que aplicaría para pagos de deudas y financiamiento de programas básicos.
Siendo la deuda griega entre los 300 mil y los 400 mil millones de euros, la diferencia entre lo aportado por la Eurozona y esta cantidad, debería ser aportado por los ahorros, refinanciamiento, privatizaciones, impuestos y la productividad de las empresas griegas, como se estableció en las condiciones del acuerdo alcanzado el 12 de julio. Para luego poder solicitar al FMI una prórroga de la ayuda en marzo del 2016, y completar el faltante.
En todo caso, los jefes de gobierno europeos fueron enfáticos en que no habrá condonación parcial de la deuda. Grecia deberá honrar la totalidad de la contraída.
Para lo inmediato, antes del 15 de julio –aprobado ya por el parlamento- Grecia se comprometió a simplificar el IVA y reducir las pensiones. Además de garantizar la independencia de la Agencia Estadística Nacional.
Este último punto, fue considerado indispensable por la Eurozona, dado que los índices económicos informados por el gobierno griego, desde la incorporación a la Eurozona, se encontraron que eran manipulados.
A la segunda semana, antes del 22 de julio, Grecia deberá emprender la reforma del sistema judicial civil y aplicar las normas de la unión monetaria, en cuanto a la refinanciación de los bancos y las ayudas públicas.
Para antes de octubre de este año, el nuevo sistema de pensiones deberá ser aplicado.
También el acuerdo obliga a Grecia a adaptarse a las normas de la Unión Europea, en el ámbito laboral y en la liberalización del mercado.
En lo laboral, deberá reformar las leyes y normas para la contratación colectiva, principalmente el derecho a huelga y los despidos colectivos.
En cuanto al mercado, incluye apertura comercial los días domingo, períodos de rebajas, liberación de las farmacias y el comercio al detal.
También Grecia se comprometió a fortalecer al sistema financiero. Para ello deberá establecer normas claras para el control de los préstamos, y de regulación bancaria (gobernanza). Debiendo eliminar la interferencia política en esta regulación.
Para eliminar el elevado déficit fiscal, Grecia deberá emprender un programa de privatizaciones de empresas del Estado, que en los países de la Eurozona suelen estar en manos privadas. Entre ellas, puertos, aeropuertos y empresas eléctricas.
Se espera que con las privatizaciones, el país helénico obtenga 50 mil millones de euros. Tres cuartas partes de estos fondos, deberán ser aplicados al fortalecimiento de la banca y para reducir la deuda.
Tal vez la condición, que será más difícil de “tragar” para los griegos, es que antes de someter los textos de las nuevas leyes al parlamento, el gobierno deberá asegurar de que los acreedores estén de acuerdo con dichos documentos.
Reacciones y opiniones
Al presentar el acuerdo con Grecia ante el Bundestag. la propia canciller alemana, Ángela Merkel, lo calificó de “duro”, tanto para los griegos –que deben cumplirlo- como para los europeos que deberán aportar 80 mil millones de euros. “Es una muestra de solidaridad europea nunca vista”, dijo.
Igualmente indicó, que para negociar un tercer rescate, ese acuerdo era la única solución posible. También aseguró que el gobierno alemán no podía abandonar a Grecia a una situación de “caos y violencia”.
Para el analista Michael Grogan de First Class Analytics, tras el acuerdo de Grecia con sus acreedores “la atención será regresada hacia los efectos del programa de asistencia del BCE”; “los indicadores de inflación y crecimiento del PIB necesitarán mejorar significativamente para justificar un aumento del gasto”; y que “mientras se espera, que el expandido programa de compras de activos aumente la incidencia de créditos de la banca, esto tendrá que trasladarse a un crecimiento real del PIB”.
Por su parte el experto británico en análisis de portafolios de inversión Lewis Humphries, de Life Hack, consideró que con el acuerdo con Grecia, de momento se beneficiarán los inversionistas con objetivos a corto plazo.
Esto en el entendido, de que los países con alto endeudamiento, han logrado un mejor desempeño económico, luego de reestructurar su deuda, y emprender reformas económicas. Por supuesto, Humphries advirtió que los beneficios a alargo plazo, dependerán de que Grecia honre sus compromisos.
El banco suizo Credit Suisse, en su publicación semanal The Financialist del viernes 17 de julio, advirtió que “la odisea de la deuda griega está lejos de terminar”, a pesar de haberse alcanzado un acuerdo.
Considera esta institución financiera, que en el horizonte se asoma un posible llamado a nuevas elecciones parlamentarias, por lo que señaló que “no es claro cuál será el ambiente político cuando las reforman entren en efecto”.
También advirtió Credit Suisse, que el 14 de julio el FMI envió un memorándum a las autoridades europeas, en el cual llamó a la deuda griega “altamente insostenible” y recomendó “medidas de reducción de la deuda que van más allá de lo que Europa ha estado dispuesta a considerar”.
Recordó la publicación, que el FMI sigue “la política de no prestar dinero a países con cargas de deuda consideradas como insostenibles”.
Lo que habría suscitado la declaración al Bundestag, del ministro alemán de finanzas Wolfgang Schäuble, que el FMI no participaría en la primera ronda de negociaciones.
Philipp Lisibach, estratega senior de portafolios de la división de banca privada de Credit Suisse, apuntó que las acciones europeas disfrutan siete semanas en línea de afluencia de accionistas. Lo que condujo a concluir en su análisis, que en muchos lugares fuera de Grecia “los negocios siguen como antes”.