Y ahora: ¿las vacas flacas?
Todavía embriagados los venezolanos de la superabundancia petrolera en el último lustro del actual régimen y como una maldición, estos no han sido suficientes para mitigar los grandes males y las desigualdades crónicas de un país chico como el nuestro. No se necesita ser muy ducho o inteligente para darnos cuenta de la tremenda oportunidad desaprovechada por la actual administración y que tal como está el mundo hoy en día, posiblemente no vuelva a presentarse jamás. Se perdió el tiempo para sembrar el petróleo; la bonanza del gobierno contrasta groseramente con las carencias del pueblo y comienzan a percibirse los síntomas de un largo verano con la consecuente falta de pasto para alimentar a las vacas que no darán leche suficiente para todos porque ante la imprevisión oficial, simplemente se volvieron flacas. Atrás quedará entonces el recuerdo triste de un pasado dispendioso y alegre que solo nos permitía vivir el día a día sin pensar en el mañana. La incapacidad manifiesta y la voraz corrupción generalizada son sin duda los signos más visibles de ésta innombrables revolución que bajo el manto sagrado del ideario político del Padre de la Patria pretende hipnotizar al pueblo y conculcarle sus derechos fundamentales basados en una diabólica estrategia de pan y circo, de odio y resentimiento para confrontarnos entre hermanos. La inseguridad, el desempleo, la inmoralidad oficialista y la desidia gubernamental se han convertido en los cuatro jinetes del Apocalipsis criollo, lo que forzosamente nos induce a reflexionar que habrá que aplicar dolorosamente grandes remedios a estos grandes males, los cuales poco a poco se agudizarán con el morboso auspicio de quienes abusan del poder en estos momentos. Es muy posible que un buen número de compatriotas no se hayan podido o querido percatar de las ignoradas e incómodas advertencias del directivo del B.C.V. Domingo Maza Zabala hechas recientemente donde plantea que el país en éstos momentos debe buscar en el horizonte inmediato alternativas distintas al petróleo ante la evidente merma de su fabulosa renta y que permita mantener un razonable equilibrio económico y fiscal, pero conociendo como un hecho incontrovertible la conducta de éste gobierno en la materia que nos ocupa y sobretodo lo difícil que le resultará ajustarse su propio cinturón, buscarán el camino expedito de asfixiar o exprimir a lo que queda de la clase media o media clase y al sector productivo no gubernamental mediante una lluvia de impuestos, aumentos de precios o cargas fiscales muy onerosas para tapar a juro su incompetencia y dar alimento al monstruo cada vez mas goloso e insaciable de ésta administración. Sin embargo, y por razones netamente electoralistas es posible que éste año no sea la cosa para así no comprometer los 10 millones de votos que ya tiene en el buche el C.N.E. para los venideros comicios presidenciales del 3 – D. Es un secreto a voces por todos lados que en la Asamblea Nacional se cocina a fuego lento y en secreto un instrumento inquisidor de espionaje y terrorismo fiscal que creará el pago de un impuesto sobre los bienes patrimoniales de las personas naturales, el cual entrará en vigencia al día siguiente de su publicación en Gaceta con aplicación retroactiva al 31 de diciembre de 2005. No es cuento el hecho cierto de la colonización por “Funcionarios” cubanos en registros y notarias para ejercer un implacable control o espionaje fiscal para conocer al detalle los bienes y los derechos patrimoniales de cada ciudadano. Así que, amigos míos, si por alguna desgracia se dá un baño de legitimidad ésta autocracia chaveca, veremos como en el mismo primer trimestre del año próximo serán liberados los precios de la gasolina, artículos y servicios de primera necesidad así como el pago de impuesto por los inmuebles o sus derechos reales dentro y fuera del país, las naves o aeronaves, automotores o embarcaciones al igual que los inmuebles rurales no se salvarán de las garras oficiales.
La gordura del gobierno impedirá que se ajuste el cinturón; entonces, tendremos o que calarnos sin chistar ésta ignominia hasta el 2.030 o simplemente quitarles el cinturón para que se le caigan los calzones y darles una pela el próximo 3 de diciembre. ¡Así de sencillo!
