Primarias ¿sentenciadas a muerte?
Nuevamente se cierne sobre la voluntad popular la amenaza de negarle la participación que merece en la escogencia de su destino. En el tribunal de la exclusión, los pactos secretos y los desesperos, se juzga sin misericordia alguna a un anhelo popular. Las Primarias están siendo condenadas a muerte. Faltan los pasos finales para el dictamen que selle un nuevo respiro para las cúpulas sobrevivientes del pasado.
Sus fiscales acusadores armados con todos los sofismas van logrando su cometido. El fiscal acusador del oficialismo pregona, sin prueba alguna, que ellas son financiadas por el imperialismo del norte. El fiscal acusador, representante de los ungidos por el cetro de los dioses, convertido en estatua de sal, proclama que quien corre los riegos de administrarlas no puede constituirse en un Consejo Nacional Electoral paralelo.
Mientras tanto la entidad que puede realizarlas se siente apoyada por los abogados de la defensa que no son otros que quienes en actitud unitaria que los enaltece inscribieron sus aspiraciones candidaturales para someterse al dictamen del pueblo democrático para ejercer un liderazgo legitimado y compartido, medido por el único instrumento que tiene la democracia para hacer valer sus derechos, como lo es el voto.
Veremos si las juzgadas primarias superan los sofismas y salen airosas. Que los abogados defensores no se sientan presionados por condiciones insuperables, impuestas intencionalmente como limitativas, para su participación.
Negar la idoneidad de Súmate como recurso del sector democrático que pide elecciones nacionales ajustadas a la ley, es una posición inconsecuente esgrimida por quienes ponen sus intereses personales y de grupo sobre el de los requerimientos democráticos. Pretenden desconocer la importancia que esta institución tiene para quienes hoy intentamos dar un salto hacia el futuro y entrar definitivamente a la contemporaneidad.
Debemos recordar que en todas las elecciones que han ocurrido en Venezuela, desde que se impuso el antihistórico «proceso» generados de todos los desastres que vivimos, hemos sido impulsadores de primarias para decidir entre todos quienes serían los mejores candidatos. En esas oportunidades no hemos logrado el objetivo con el consabido fracaso de quienes se ha lanzado al ruedo sin contar con un apoyo popular poderoso. Esperamos no estréllanos otra vez.
Si se imponen los mecanismos excluyentes, nosotros, como ciudadanos, tomaremos el camino que nos señalen las circunstancias.