Grecia en default y sin apoyo de la Eurozona
Trabajando contra reloj, ayer los ministros finanzas de la Eurozona realizaron una teleconferencia para decidir sobre una nueva propuesta de auxilio a la economía de Grecia.
Un día atareado
A horas de agotarse la fecha y hora tope de pago de mil 600 millones de euros al Fondo Monetario Internacional (1:00 horas del miércoles 1 de julio), el ministro griego de finanzas Yanis Varufakis anunció que no se pagarían. Lo que coloca a Grecia a las puertas del default y la bancarrota. Necesita con urgencia 7 mil 200 millones de euros.
El día anterior, lunes 20 de junio, Grecia había amanecido convulsionada por el corralito impuesto por las autoridades al sistema financiero. Los bancos cerrados al público por toda la semana, y restricción de retiro de hasta solo 60 euros diarios, a través de la red de cajeros automáticos.
Ayer martes en la noche, sorprendentemente, decenas de miles de manifestantes coparon las calles de Atenas para dirigirse a la plaza Syntagma para apoyar el voto por el Sí en el referéndum del domingo. Demostrando así, su apoyo al euro como signo monetario.
Con la gente en las calles, está previsto que el próximo domingo los electores griegos concurran a un referéndum para decidir si se aceptan las condiciones que impone la Eurozona, para asistir financieramente al país.
Sin embargo, sobre las 9 de la noche (hora de Atenas) el primer ministro adjunto Yanis Dragasakis, declaró en la televisora estatal que “el gobierno podría no seguir con el referéndum” del domingo.
Entretanto, el gobierno griego había rechazado la oferta de la Eurozona, y a su vez, había solicitado un tercer plan de rescate excluyendo al FMI.
La propuesta rechazada por el gobierno griego el pasado viernes, y reafirmada por Bruselas el lunes, puede se resume en dos puntos el martes: dar marcha atrás y hacer campaña por el Sí, en el referéndum.
Las cifras de la crisis
El pago de mil 600 millones de dólares, que debía honrar ayer Grecia con el FMI, es una minucia en un mar de deudas.
La deuda pública de Grecia asciende a 400 mil millones de euros, el 180 del PIB. Gran parte de esta deuda fue contraída con otros países de la eurozona.
A partir del 1º de julio, el cronograma de pagos de Grecia totaliza cerca de 9 mil millones de euros. Entre los acreedores están el FMI, el Banco Central Europeo y diversas entidades privadas.
La oferta concreta de Europa incluye, inyectar hasta 35 mil millones de euros para el desarrollo griego. Para ello, es necesario que los griegos se enserien en un estricto plan de ajustes, eliminando el déficit fiscal, reduciendo los subsidios, y recuperando el crecimiento económico.
Juego de última hora
En ningún momento los dirigentes de la Unión Europea rompieron las conversaciones con el gobierno griego. El lunes los llamados fueron de seguir con el diálogo y llegar a un acuerdo.
Jean-Claude Juncker, presidente de la UE, pidió el lunes al primer ministro Alexis Tsipras, que aceptara el plan propuesto el viernes, y que hiciera campaña por el Sí.
Tanto para Angela Merkel de Alemania, y Fracois Hollande de Francia, aceptar el acuerdo sería el punto de partida para una extensión del rescate. Sin embargo, consideraron necesario que el Sí gane en el referéndum del domingo.
En todo caso, ante la hora cero de ayer martes y el referéndum del domingo, se abrió un compás de varios días. Por lo que la teleconferencia ministerial de anoche, era la única instancia capaz de detener los relojes para el default.
La propuesta europea
El documento presentado por la Unión Europea, más que es una propuesta, es un conjunto de exigencias para que Grecia pueda recibir fondos para el rescate de sus maltrechas finanzas. Estos son los siguientes:
*Se fija la meta que Grecia tenga un superávit fiscal, en aumento del 1% al 3,5%, entre el 2015 y el 2018.
*Se implemente tres tasas del impuesto al valor agregado (IVA) de 6% para medicinas, libros y teatro; 18% para energía y hoteles; y 23% para todo lo demás.
*Se aumente el impuesto a las sociedades del 26% al 28%.
*Se recorten los gastos en defensa en 400 millones de dólares.
*Reformar el sistema de pensiones, con el que se logre un ahorro del 0,5% del PIB este año, y el 1% a partir del 2016; reducir las prejubilaciones, y se eleve a 67 años la edad para jubilarse para el 2022, o en 62 años para quien hay cotizado 40 años.
*Eliminar gradualmente el programa EKAS, complemento para las pensiones más bajas, hasta que se elimine totalmente en diciembre del 2019.
*No admitir los convenios colectivos, eliminados en el 2012, al menos hasta la finalización del programa de ajustes.
*Impulsar un programa de privatizaciones que incluya; aeropuertos regionales, el puerto del Pireo y de Tesalónica, y servicios públicos, especialmente en el sector energía.
Los mercados pagan el precio
Aún sin entrar todavía en la bancarrota y el default, la aplicación de un corralito bancario llevó a una espectacular caída, a las principales bolsas de valores del mundo; con excepción de la de Tokio y Caracas.
Ayer martes, las expectativas optimistas, lograron que se estabilizaran los índices financieros. Hoy la historia puede ser otra.
Objetores de consciencia
Del otro lado del Atlántico, los premio Nobel estadounidenses Paul Krugman y Joseph Stiglitz, condimentaron con sus opiniones aún más, la olla hirviente de la crisis financiera griega.
En su artículo de opinión del lunes en The New York Times, el economista Paul Krugman calificó de “muy preocupantes” las consecuencias de las implicaciones de una victoria del Sí en el referéndum del domingo.
Este resultado, en opinión de Krugman, supondría una prórroga indefinida las condiciones de los últimos años y tendría negativas implicaciones políticas.
Estima el economista, que la “devaluación monetaria, no crearía mucho más caos del que ya existe” en Grecia. Pero que allanaría el camino, para una “eventual” recuperación como ha ocurrido en otras economías.
En cuanto al corralito del lunes, Paul Krugman opinó que esta medida acerca al punto de una salida de Grecia de la Eurozona; y estimó, que una análisis de costos y beneficios, apunta a que sería más favorable a una salida del euro.
Por su parte, el también premio Nobel Joseph Stiglitz, se pronunció también a favor del No en el referéndum del domingo.
“Un voto por el sí significaría una depresión casi sinfín (…) Un voto por el no abriría al menos la posibilidad de que Grecia, con su fuerte tradición democrática, pueda asir su destino en sus propias manos”, señaló en su artículo de opinión semanal.
A favor de este voto negativo, Stiglitz estima que “los griegos podrían lograr la oportunidad de modelar un futuro que, aunque quizá no tan próspero como el pasado, es mucho más esperanzador que la inconsciente tortura del presente”.
La semilla de la desconfianza
Lo que ya no se comenta en los medios, y los dirigentes europeos no han vuelto a mencionar, son los aspectos que se descubrieron cuando estallara por primera vez la crisis griega: el engaño de cifras e índices de desempeño económico, que las autoridades griega presentaron en su momento para ser admitidos en la Unión Europea y la Eurozona.
Los gobernantes de Francia y Alemania, consideraron reprobable lo que calificaron de mentiras, y fueron los que mencionaron por primera vez la posibilidad de que Grecia saliera de la Eurozona.
Con ese punto de partida, la discusión de los auxilios para Grecia siempre ha estado precedida de condiciones estrictas y de pocas concesiones.
El primer ministro socialista Alexis Tsipras, al tomar el cargo poco después del estallido de la crisis, tuvo a bien mencionar que ese engaño de cifras habría sido cometido pro un gobierno conservador; y que a los socialistas nadie les hizo caso.
Fuente: The Guardian, The New York Times, Financial Times, CNN, El Mundo de España, Agencia EFE.
