¿Quienes serán estos contrarevolucionarios?
En 1755 Jean Jacques Rousseau escribió su: Discours sur l’origine de l’inegalité (Discurso sobre el origen de la desigualdad), el cual contiene los siguientes párrafos :
El hombre salvaje, cuando ya ha comido, está en paz con la totalidad de la naturaleza y los amigos de todos los demás hombres. ¿Es un asunto el disputarle su comida? Él nunca llegará a los golpes sobre esto sin antes comparar primero la dificultad de ganar con la de hallar su sustento en cualquier otra parte; y como el orgullo no entra en la pelea, ésta termina con unos pocos escarceos; el victorioso come, el derrotado se va a buscar mejor suerte en otra parte, y todo es pacificado.
Pero en el caso del hombre en sociedad, estos son asuntos muy diferentes: en el primer lugar está el asunto de proporcionar lo que es necesario; seguido de lo que es superfluo, después vienen los lujos, después inmensas riquezas, después subordinados, después esclavos. El hombre en sociedad no tiene un momento de respiro.
Lo que es más protuberante, es que mientras menos naturales y urgentes sean las necesidades, más se incrementa el deseo; y lo que es peor, también lo hace el poder para satisfacerlas, así que después de una larga experiencia de prosperidad, y después de haber consumido muchos tesoros y amargado a muchos hombres, mi héroe terminará cortando cada garganta hasta que él sea el único amo del universo.
Tal es el retrato moral; si no de la vida humana, por lo menos de las ambiciones secretas del corazón de todo hombre civilizado.
Mientras Venezuela nunca ha dejado de oír ni por un minuto en los últimos 514 años, el mensaje de “amor cristiano por el prójimo”, tampoco ha dejado de padecer a un déspota tras otro. Constantemente confundiendo sin parar a los demagogos con los quiméricos mesías: desde Fernando Séptimo, hasta Hugo Chávez Frías.
Los cristianos; a estas alturas deben creer que Rousseau está en una paila del infierno, gritándonos desde allí: ¡¡ ¿Cuándo van a reaccionar…? !! ¿En el “otro mundo”?… ¿Cuándo van a dejar de ser crédulos, y de resignarse ante los déspotas?. Pero no reaccionan ante sus gritos, porque para ellos eso equivaldría a escuchar al “diablito” que les susurra en un oído, y dejar de escuchar al “angelito”—que desde el Vaticano—les susurra en el otro; especialmente desde que Sigmund Freud—obsesionado con el sexo—además de enseñarle a los cristianos que existe una cosa llamada conciencia, también le regaló al cristianismo una justificación pseudo científica, para que éste convenciera a los crédulos de que la máxima expresión del amor humano—el sexo—es algo sucio, pecaminoso, y que debe reglamentarse desde los púlpitos, (y a semejanza de la británica Sociedad Fabián—uno de los “socialistas utópicos”, según Karl Marx—redactándole “bajo cuerda” a diputados y senadores, proyectos de leyes para que conviertan en obligaciones legales, los intolerantes dogmas cristianos sobre el sexo).
Pero; sin duda, el “amor cristiano por el prójimo”, en los más de cinco siglos de existencia de Venezuela (1492-2006), no ha hecho ni la más mínima mella en la oprobiosa moralidad del hombre social descrita por Rousseau. ¿No está más que claro que debemos “darle un parao a esto”?.
Reconozcámoslo, como nos enseñó Diógenes, mucho antes que Rousseau, los hombres honrados no existen, y la oprobiosa moralidad del hombre social de Rousseau sigue sin ser refutada.
Para poner ejemplos extremos, allí está la larga lista de sacerdotes católicos hallados culpables por todo el mundo de abusos sexuales contra mujeres y niños. En Venezuela; ocurrió en 1962; en Ciudad Bolívar, uno de estos horribles hechos: un sacerdote católico, fue acusado—y después escandalosamente absuelto—de haber cometido incesto con su hermana y luego asesinarla. Este caso fue inmortalizado en el libro: 4 Crímenes 4 Poderes del Comisario General de la PTJ, Fermín Mármol León, publicado en 1978 por la Editorial Fuentes.
Y en un reciente estudio (2005) de la Conferencia Episcopal Católica de los Estados Unidos de América, ésta encontró, que; “La proporción de sacerdotes católicos pederastas y acosadores sexuales, es similar a la que se observa en la población en general”. Los obispos católicos estadounidenses divulgaron este hallazgo “para demostrar” que no es cierta la percepción pública de que el celibato es la causa de los abusos sexuales, sin darse cuenta, que lo que horriblemente hallaron, es que la perenne prédica moral de la iglesia católica, no surte ningún efecto—ni entre sus sacerdotes, ni entre la población en general, pero eso sí, somete permanentemente a religiosos y laicos por igual, a una tortura psicológica de por vida, ya que hasta tener pensamientos libidinoso, “es pecado”.
Pero no es sólo la moralidad judeo-cristiana la que ha estado incorrectamente dirigiendo el destino de Venezuela.
Judeo-cristiana, porque lo que se conoce como los “Diez Mandamientos”—y muchos otros dogmas religiosos del cristianismo—provienen originalmente de la Ley Moisáica (la “Ley de Moisés”), o Torá hebrea, contenida en los primeros cinco libros de la Biblia cristiana (Génesis, Éxodo, Levítico, Números y Deuteronomio), que forman la parte principal del Viejo Testamento—sino el Marxismo, el que ha mantenido a nuestro país—especialmente a partir del golpe de estado contra el gobierno del General Isaías Medina Angarita (el 18 de octubre de 1945), mucho más cerca de la Edad Media, que de la modernidad.
Modernidad que yo conceptúo como la herencia intelectual de lo que la Real Academia de la Lengua Española llama “Enciclopedismo”; los franceses “Sicle de Lumières” (Siglo de Luces); los alemanes “Aufklärung” (Aclaración) y los pueblos de habla inglesa “Enlightenment” (dotar de conocimiento o verdad).
El marxismo, que es la ideología político-económica contenida en el Manifiesto Comunista de Karl Marx y Friedrich Engels (1848), y en El Capital de Karl Marx (tres tomos: 1867, 1885 y 1894), y materializada por primera vez como sistema de gobierno por Vladimir Lenin y León Trotsky a partir de la Revolución Bolchevique de 1917, que derrocó al Zar Ruso Nicolás Segundo, es una utopía irrealizable—a pesar de que sus inventores la llamaron “Socialismo Científico”, para diferenciarse a si mismos de los socialistas británicos y franceses que les precedieron, y cuyo ideario llamaron “Socialismo Utópico”—y no sólo no produce el Nirvana que vaticina, sino que convierte en una monarquía despótica y personalista, a toda nación que lo adopta como método de organización social y sistema de gobierno.
Fue necesario que la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), experimentara durante 74 años ininterrumpidos (1917-1991) el horror del marxismo, para que la humanidad por fin entendiera que era una utopía irrealizable y deshumanizante; sin embargo, políticos inescrupulosos de todo el mundo, han continuado buscando el poder político absoluto que le otorga el marxismo a sus líderes, inventando “opciones” políticas mal llamadas “Socialismo Democrático”, “Social-Democracia”—y muchísimas otras falsas fachadas de la ambición política, que nunca buscan la prosperidad de los pueblos, sino la pompa burocrática y la riqueza mal habida a costillas del erario público—en una innegable reafirmación de la oprobiosa moralidad del hombre social, descrita por Rousseau en 1755.
Los partidos políticos que se auto califican de “social-demócratas” utilizan esa falsa fachada, porque el marxismo (socialismo) ya no es una opción política válida en el mundo desde el colapso del URSS en 1991—de serlo, estaríamos aceptando a la tiranía como una opción política válida.
Los políticos inescrupulosos que se autodenominan “social-demócratas”, mienten diciéndole a los potenciales electores que el humanismo o el luchar a favor de los débiles sociales “es socialismo”—cuando eso es una clara mentira, por cuando todas las ideologías político-económicas, afirman luchar a favor de los débiles sociales.
Si fuese cierto que luchar a favor de los débiles sociales fuese socialismo, los Estados Unidos de América y el Reino Unido de Inglaterra e Irlanda del Norte—dos de los países más capitalistas del mundo, serían entonces países socialistas, como lo prueban sus numerosos y extensos programas financiados con recursos de los estados de esos países, para proteger a los desempleados, a los minusválidos, a los carentes de hogar, a la niñez abandonada, a la mujer, a los ancianos, a los drogadictos, y los extensos subsidios a la salud y educación públicas; y a los sistemas de pensiones.
Cuando el partido Acción Democrática se alió a sectores del ejército venezolano, para derrocar al gobierno del General Isaías Medina Angarita el 18 de octubre de 1945, el marxismo estaba en pleno auge en la URSS, y el déspota Josif Stalin, ya tenía—no sólo 23 años controlando el poder absoluto desde el Kremlin, sino engatusando a numeroso políticos de todo el mundo al haber transformado a la sociedad rusa; que en 1917 era muy atrasada y eminentemente agropecuaria, en una potencia mundial, económica, industrial, militar y espacial. (Aunque técnicamente, la era espacial, fue iniciada por la URSS—antes que los Estados Unidos de América—realmente cuatro años después de la muerte de Stalin en 1953, con el lanzamiento al espacio en 1957 del primer satélite artificial llamado Sputnik, sin duda su invención y desarrollo fueron logrados mientras Stalin tiranizaba a la URSS).
Por ello, es completamente entendible que Acción Democrática—a pesar de que siempre apartó a los comunistas de su gobierno de facto (1945-1948) dirigido por la Junta Revolucionaria de Gobierno presidida por Rómulo Betancourt, este partido fue fundado inspirándose en las ideas político-económicas del partido peruano APRA (Alianza Popular Revolucionaria Americana), el que a su vez fue fundado por Víctor Raúl Haya de La Torre el 7 de mayo de 1924, inspirado en las reformas agrarias de la Revolución Mexicana de Emiliano Zapata (1911-1917); en el marxismo de la Revolución Bolchevique de Lenin y Trotsky (1917), y en el nacionalismo de las luchas del nicaragüense César Augusto Sandino, contra la hegemonía de las compañías estadounidenses en su país.
Y por ello; cuando esa Junta Revolucionaria de Gobierno, promulgó la Constitución de los Estados Unidos de Venezuela, del 5 de julio de 1947, nuestro país cayó en las garras de la irrealizable utopía marxista, al otorgarle—mediante el Artículo 66—a una entelequia burocrática llamada “Estado” la propiedad exclusiva de todos los recursos naturales del país, confiscándole a todos los venezolanos, los medios para crear riqueza por su cuenta:
Artículo 66:
El Estado atenderá la defensa y conservación de los recursos naturales del territorio venezolano, y reglamentará el uso, goce y aprovechamiento de aquellos, de acuerdo con los fines anteriormente citados.
Estableció una economía socialista centralmente planificada en su:
Artículo 73
Todos pueden dedicarse libremente al comercio o la industria y el ejercicio de cualquier otra actividad lucrativa, sin más limitaciones que las establecidas por esta Constitución y las leyes por razones sanitarias o de seguridad pública. El Estado protegerá la iniciativa privada, pero podrá reservarse el ejercicio de determinadas industrias, explotaciones o servicios de interés público para asegurar el normal funcionamiento de éstos o la defensa o crédito de la Nación, y el derecho de dictar medidas de orden económico para planificar, racionalizar y fomentar la producción y regular la circulación y el consumo de la riqueza, a fin de lograr el desarrollo de la economía nacional.
Y creó una partidarquía en sus Artículos:
Artículo 134
El Gobernador es el agente del Poder Nacional en el respectivo Estado, y, con tal carácter cumplirá y hará cumplir la Constitución y las leyes de la República y ejecutará las órdenes y resoluciones del Poder Ejecutivo Nacional en asuntos de la competencia de éste.
Artículo 143
Los Diputados y Senadores podrán ser nombrados Ministros de los Despachos del Ejecutivo Nacional y ejercer jefaturas de misiones diplomáticas, pudiendo reincorporarse al seno de sus respectivas Cámaras al cesar en sus funciones.
Artículo 150
La Ley determinará la manera de llenar las faltas absolutas de los miembros de ambas Cámaras, cuando se hubiere agotado la respectiva lista de suplentes.
Artículo 151
Para formar la Cámara de Diputados. Los electores de cada Circunscripción elegirán, por votación universal, directa y secreta y en conformidad con la ley respectiva, un Diputado por cada cuarenta mil habitantes y uno más por el exceso no menor de veinte mil. La Circunscripción electoral cuya población no alcance para elegir dos Diputados, elegirá este número en todo caso. Los Territorios Federales elegirán un total de dos Diputados, en la forma que lo determine la Ley.
Parágrafo Primero:
Igualmente se elegirán, en conformidad con la Ley, los suplentes que han de llenar las faltas absolutas o temporales de los principales.
Artículo 154
Para formar la Cámara de Senadores, en cada Estado y en el Distrito Federal se elegirán por votación universal, directa y secreta y por la mayoría que determine la Ley, dos Senadores Principales y dos Suplentes.
El término partidarquía fue acuñado por el Dr. Michael Coppedge, profesor de ciencias políticas de la Universidad de Notre Dame, estado de Indiana, Estados Unidos de América, quien vivió dos años en Venezuela durante el gobierno de Jaime Lusinchi, antes de publicar su libro titulado: “Partidos Fuertes y Patos Lisiados. Partidarquía Presidencial y Faccionalismo en Venezuela” (Editorial Stanford University Press, Stanford, California, 1994), en el cual definió a la partidarquía en los siguientes términos:
“Si la democracia es el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo; la partidarquía es el gobierno del pueblo, por los partidos, para los partidos”.
Y esa partidarquía, se sustenta específicamente en que los senadores y diputados están constantemente amenazados por sus suplentes, al igual que los gobernadores de estado designados a dedo por el Presidente de la República, porque todos esos funcionarios públicos eran incorporados y desincorporados desde las cúpulas de los partidos políticos, conforme al acatamiento a la debida y ciega obediencia política o su desobediencia a esas cúpulas.
El Dr. Michael Coppedege, usa la expresión “Patos Lisiados” (Lame Ducks), para referirse a los presidentes de la república, a quienes los partidos podían “dispararle fácilmente con sus escopetas políticas” ya que no podían hacer nada en contra de las cúpulas partidistas, las que—con sus rígidas y piramidales estructuras internas estalinistas—poseían un absoluto control del Congreso Nacional, y de todas las Asambleas Legislativas de los Estados, y en consecuencia de todos los presidentes y de todos los gobernadores de estado.
La economía marxista centralmente planificada, fue ratificada en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela de 1999; y la partidarquía, también fue ratificada en esa constitución al mantener la existencia de diputados suplentes, tanto para la Asamblea Nacional, como para los diputados de los Consejos Legislativos de los Estados; y en su Artículo 67, establece los mecanismos legales para acabar con la pluralidad política y la oposición:
“Artículo 67 [subrayados míos]
Todos los ciudadanos y ciudadanas tienen el derecho de asociarse con fines políticos, mediante métodos democráticos de organización, funcionamiento y dirección. Sus organismos de dirección y sus candidatos o candidatas a cargos de elección popular serán seleccionados o seleccionadas en elecciones internas con la participación de sus integrantes. No se permitirá el financiamiento de las asociaciones con fines políticos con fondos provenientes del Estado.
La ley regulará lo concerniente al financiamiento y las contribuciones privadas de las organizaciones con fines políticos, y los mecanismos de control que aseguren la pulcritud en el origen y manejo de las mismas. Así mismo regulará las campañas políticas y electorales, su duración y límites de gastos propendiendo a su democratización.
Los ciudadanos y ciudadanas, por iniciativa propia, y las asociaciones con fines políticos, tienen derecho a concurrir a los procesos electorales postulando candidatos y candidatas. El financiamiento de la propaganda política y de las campañas electorales será regulado por la ley. Las direcciones de las asociaciones con fines políticos no podrán contratar con entidades del sector público.”
Al prohibir el financiamiento público de los partidos, sólo permite organizarse a los grupos adinerados, asestándole un golpe mortal, a las minorías políticas.
Y al legalizar la postulación de candidatos por iniciativa propia, no sólo atomiza a toda oposición dividiendo al país en millones de individuos sin estructura, organización ni apoyo político; sino que además, legaliza una forma para que desde el poder y desde cualquier grupo político adinerado, se compren testaferros para sabotear las campañas políticas de otros candidatos, y la legítima elección de las autoridades públicas de elección popular de cualquier nivel; además de que si esos testaferros llegan a ser electos, el poder público se convierte en una falsa fachada de grupos no visibles a los habitantes del país, quienes serían los que realmente controlen las instituciones públicas.
¿Quiénes liderarán la verdadera revolución que necesita Venezuela?
–¿Quiénes pondrán a los cultos religiosos en su propio lugar?: En el seno de los templos, familias e individuos, pero nítidamente fuera de las Instituciones Públicas—y especialmente de los sistemas de educación pública?.
–¿Quiénes pondrán a los militares en su propio lugar?: fuera de los gobiernos y mayoritariamente en las fronteras del país, eliminando los Comandos de Guarnición—herencia gomecista que le reparte la población civil a generales y almirantes—y eliminando a los edecanes militares y a la casa militar del Presidente de la República, que dan la indebida impresión de que el poder político civil—y la democracia—no pueden existir sin el tutelaje militar?.
–¿Quiénes diseñarán verdaderos poderes públicos nacionales independientes y autónomos, con la suficiente fuerza política, financiera y legal, para detener los abusos de los otros poderes públicos (nacionales, estadales, municipales y parroquiales). Especialmente, acabando con la perniciosa partidarquía mediante la eliminación de suplentes de autoridades electas por votación popular—así como de los suplentes de jueces y magistrados.
–¿Quiénes diseñarán un verdadero control de los poderes ejecutivos (nacional, estadales y municipales)—y judiciales—estableciendo la obligatoria aprobación previa por los poderes legislativos (Asamblea Nacional; Consejos Legislativos Estadales y Concejos Municipales) de los candidatos a ministros y directores de los despachos ejecutivos—y de los magistrados y jueces?.
–¿Quiénes diseñarán un Poder Legislativo nacional, que le confiera constitucionalmente un verdadero poder político a los Estados y Municipios, para que desaparezca el oprobioso refrán: “Venezuela es Caracas, y lo demás es monte y culebras?.
–¿Quiénes desmontarán la fábrica de miseria que es la economía marxista centralmente planificada, reemplazándola por la única verdadera economía capaz de producir y diseminar riqueza y prosperidad entre todos los ciudadanos, como lo es la economía de libre mercado?.
–¿Quiénes diseñarán un sistema de salud pública que sea manejado, por fondos administrados por sólidas empresas financieras y pólizas de seguros privadas?
–¿Quiénes redactarán una prohibición constitucional que establezca que ningún gobierno puede administrar ningún tipo de empresas, porque los gobiernos deben gobernar no hacer negocios? No se asusten: Hasta la administración de Pdvsa puede entregarse mediante un contrato a verdaderos gerentes expertos en producir riqueza. Contrato que establezca claros mecanismos de escrutinio público.
–¿Quiénes redactarán una disposición constitucional para que todas las multas y otras sanciones de tipo administrativo, no sean materializadas (cobradas directamente) por los despachos ejecutivos (nacional, estadal o municipal—quienes redactan las normas que contienen esas sanciones—); sino en el despacho de un juez para que realmente se garantice el “derecho a pataleo” (el derecho a la defensa)?.
–¿Quiénes dotarán de verdaderos ingresos propios a los estados y municipios mediante una reforma de la estructura de impuestos, y quitándole el control del situado constitucional al poder ejecutivo nacional, creando un mecanismo de pago independiente del gobierno nacional?
Esos son los mínimos pasos necesarios…
Para salir de la Edad Media y dejar de ser Colonia del Vaticano