Venezuela: Una Política exterior desacertada
En materia de política exterior el régimen ha sido desacertado porque si bien su propósito inicial fue crear alianzas con países afines a lo que se denominaba como la revolución bolivariana, hoy se encuentra virtualmente aislado con soportes tenues de los que fueron, en la época de Chávez, fervorosos y vocingleros aliados.
Las razones de esta nueva circunstancias son muchas y no solamente, como afirman algunos, la pérdida de recursos para alimentar una ambición sin límites. Más bien, ha terminado afectándola la manera errática e improvisada como se ha manejado la política exterior en estos dos últimos años.
Un ejemplo notorio es la publicación del decreto 1787 que crea «zonas operativas de defensa integral marítima e insular» que genera rechazo de todos nuestros países vecinos porque viola disposiciones expresas del derecho internacional al fijar unilateralmente, de facto, delimitaciones de áreas marinas y submarinas que, con base en el derecho del mar, deben ser el producto de negociaciones bilaterales como, las que con tanto acierto, hizo el siglo pasado Isidro Morales Paul, quien negociando con diversos países logró incrementar considerablemente los espacios marítimos sobre los cuales Venezuela ejerce soberanía exclusiva sobre los recursos allí existentes.
La política exterior de un país debe ser consistente y coherente y no espasmódica e improvisada. El objetivo de la misma es, fundamentalmente, el resguardo y protección de la soberanía y de los intereses del país y no el instrumento de apoyo a una concepción ideológica del gobierno de turno.
Países como, por ejemplo, Brasil han, por lo menos en el pasado, logrado grandes resultados favorables para su país gracias a la profesionalización de su servicio exterior que convirtió a Itamaraty en un ejemplo a seguir.
En otros países del mundo, incluso Cuba, los funcionarios diplomáticos son personas formadas, no solo con conocimientos de varios idiomas sino además con una preparación minuciosa que les permite defender, adecuadamente y profesionalmente , los intereses de sus países en los temas más diversos de las relaciones internacionales.
La cancillería venezolana, con todas sus limitaciones, había logrado, a través del tiempo crear un equipo profesional en el que, de alguna manera, se respetaba la meritocracia y se ingresaba a formar parte del cuerpo diplomático por concurso.
Hoy lo que prevalece en el MRE es la afinidad ideológica con el régimen y no la preparación profesional.
Los logros en las relaciones internacionales no se alcanzan con discursos altisonantes y mucho menos con insultos a los adversarios sino construyendo, día a día, un tejido de alianzas sobre temas de interés comunes en materia económica, social y política que permitan que el país progrese en el concierto internacional de las naciones.
