Mitades venezolanos
Para mis amigos judíos
Tengo la fortuna de tener amigos de diferentes orígenes: Mitad judíos y mitad venezolanos, mitad árabes y mitad venezolanos, mitad italianos y mitad venezolanos. Mitad portugueses, mitad españoles, mitad asiáticos. Mitad africanos, mitad norteamericanos, mitad latinoamericanos y mitad venezolanos. Eso me ha hecho sentir que nuestro país es universal en su cultura y en sus costumbres. Esas mitades de tantos sitios han enriquecido y multiplicado nuestro aprendizaje sobre la diversidad, la convivencia y la tolerancia que los venezolanos hemos desarrollado a través de nuestra historia.
Por ello, sorprende el comentario aludido por el Presidente de la República en una de sus alocuciones, acerca de los judíos. Y sorprende que sea el primer mandatario de un país generoso que abrazó a miles de extranjeros que asumieron a Venezuela como su segunda patria. No en vano muchos de ellos permanecen atados a nuestra tierra por el afecto.
Por otra parte, traer a colación hechos de historia pasada, en nada beneficia el devenir del tiempo presente. Carece de sentido. Hay muchos, lamentablemente, muchísimos acontecimientos que el hombre propició y que trajeron consecuencias terribles para la humanidad. Páginas caducas de grueso aprendizaje y arrepentimiento.
La colonización inglesa, francesa y española en América tuvo algo de Leyenda Dorada y otro tanto de Leyenda Negra. No por eso puede decirse en la actualidad, que los pueblos de esas naciones sigan pensando en invadirnos y colonizarnos. Los siglos XVIII y XIX están ya muy lejos como para dejar en segundo plano el presente. Lo importante de nuestra historia actual es hacer lo posible por lograr acuerdos y alianzas para alcanzar el desarrollo.
Mussollini en Italia, Franco en España y Hitler en Alemania fueron dictadores que hundieron a sus países en guerras y desolación. Me atrevo a asegurar que los italianos, españoles y alemanes de hoy se encuentran muy lejos de extrañar aquellos personajes de su historia.
Sudáfrica vivió los horrores del apartheid. Los ciudadanos de ese país son muy exigentes con su gobierno, lograron la igualdad de derechos y ni por asomo permitirían retroceder al pasado.
Las limpiezas étnicas sucedidas en Yugoslavia y Timor Oriental, así como las matanzas de Rwanda y Burundi hace apenas unos pocos años, no indica que los descendientes de esos pueblos desearían lo mismo para el resto de las naciones. Podría asegurar que ocurre todo lo contrario.
El genocidio cometido en la Segunda Guerra Mundial con el pueblo judío provocó una reacción en contra del mundo entero. De manera que traer un hecho como la muerte de Cristo por parte de los judíos de aquella época, desligándolo de las circunstancias históricas del momento, incitando al odio, provoca el rechazo de una Venezuela que está llena de ‘mitades’ que han sembrado mucho más que trabajo en nuestro país. Han sembrado sus hijos, sus nietos y su corazón aquí.
Los judíos que nos acompañan en esta tierra y que llevan en su corazón una mitad venezolana, no merecen, como no merece ninguno de los miles de extranjeros que adoptó Venezuela, un comentario como el referido por el Presidente y que, con toda seguridad, rechazamos la mayoría de los venezolanos.