Freddy Muñoz, autenticidad de una pasión política
Contemporáneos (dos años menor que yo), nos iniciamos en la lucha por la reconquista de la democracia y la libertad en el mismo tiempo, formando parte de una hornada de muchachos liceístas lanzados a la lucha contra la entonces Junta Militar presidida por los coroneles Delgado Chalbaud, Pérez Jiménez y Llovera Páez), unos desde las aulas del Liceo Andrés Bello (los hermanos Simón y Freddy Muñoz, Teodoro, Germán, Maneiro), otros desde el Aplicación, el Razetti y, sobre todo, del aguerrido Fermín Toro, donde compartía mi temprana militancia política con los hermanos Rodríguez Bauza (Faustino y Héctor), Crispiniano Rodríguez, Luis Navarrete y muchos más. Había entonces una estimulante y fraternal rivalidad entre bellistas y fermintorianos en cada vez más audaces acciones propagandísticas y de agitación contra la dictadura.
A raíz del asesinato de Delgado Chalbaud se arreció la represión de la dictadura, particularmente contra el estudiantado, incluyendo el cierre de la UCV. Decenas de jóvenes tuvieron que emigrar para continuar sus estudios en el exterior (sobre todo en España, Mexico, Chile, Argentina). Freddy se ubicó en Buenos Aires , desde donde le hacía llegar con alguna frecuencia al secretario general (e) del PCV, Santos Yormes, cartas con su apreciación sobre la compleja realidad política de ese país, demostrando que allí estaba, viva y atenta, esa apasionada vocación política que le acompañó hasta el final de su lucidez.
De regreso al país formó parte de la brillante dirigencia estudiantil de nuestra máxima casa universitaria y se incorporó a la Dirección Nacional de la entonces gloriosa Juventud Comunista (Gloriosa, por méritos legítimos, fruto de su lucha aguerrida, valiente e indoblegable durante la larga y tenebrosa noche del perezjimenato). Freddy sucedió a Antonio García Ponce en la Secretaría General de la JC (antes estuvieron Guillermo García Ponce y Héctor Rodríguez Bauza). Después, 4 años preso en el Cuartel San Carlos y luego el exilio. Su regreso al país coincide con el prolongado proceso de deslinde que empezaba a operarse en el Partido Comunista, a partir de la rectificación de la política de lucha armada (Paz Democrática) y de la confrontación con Fidel Castro a causa de su intervencionismo guerrillerista en Venezuela (La vigencia del Partido Comunista no está en discusión, Pompeyo Márquez, 1967). Un hecho fundamental y decisivo incide en ese proceso de deslinde, la invasión soviética a Checoeslovaquia y, consecuencialmente, la publicación de Checoeslovaquia, el socialismo como problema de Teodoro Petkoff. La alineación de Freddy y otros calificados dirigentes al lado de Teodoro en defensa de su libro y en contra de la agresión soviética aceleró la dinámica del deslinde cuya culminación inevitable fue la ruptura (diciembre 1970) e inmediatamente después la fundación del MAS (enero de 1971).
Es importante destacar que la mayoría, si no la totalidad, de la dirigencia fundadora del MAS, por encima de nuestras diferencias, distinguimos siempre entre las figuras cimeras de ese proceso de deslinde, ruptura y creación a Freddy, junto con Pompeyo y Teodoro, tanto por sus aportes teóricos y políticos como por el peso de su autoridad moral. Con ellos como animadores y protagonistas principales el MAS fue escenario de memorables debates en todos los niveles de su organización, convirtiéndole en instrumento generador de ideas e iniciativas políticas frescas, innovadoras y audaces que le permitieron alcanzar en tiempo relativamente breve la estatura de fuerza significativa en la vida política del país y, ciertamente, en referencia mundial de la izquierda de entonces. En ese marco de crecimiento y desarrollo del MAS se inscribe la publicación de su libro Revolución sin dogma.
Freddy ocupó durante varios períodos la secretaría general del MAS. Por primera vez en 1985, previo reconocimiento estatutario de las llamadas tendencias internas (en puridad, agrupaciones tendenciales y de amigos), resultó electo confrontado con varios aspirantes. En 1988, cuando un Congreso extraordinario consagró la fusión del MAS y el MIR, fue ratificado en el cargo, designando a Moisés Moleiro subsecretario general, a Pompeyo Márquez Presidente y H. Pérez Marcano vicepresidente. En l990 lo fue como producto de un proceso interno de elección directa, universal y secreta (sería el primer partido en la historia del país que lo hacía). Parlamentario brillante, ocupó en dos períodos la curul de diputado y en otro la de senador, ejerció la jefatura de la fracción parlamentaria del MAS una vez y ocupó la segunda vice presidencia del Senado.
En la medida en que el MAS fue mostrando señales de estancamiento político-electoral, el oportunismo y los virus de la corrupción fueron invadiendo y ocupando espacios vitales de su cuerpo; los debates ideológicos y políticos que vigorizaban su vida interna fueron progresivamente sustituidos por confrontaciones subalternas, con el uso de las más variadas armas de la picaresca política desde las roscas de amigos y “tendencias” unidas en torno al deliberado propósito de liberarse de la sombra del liderazgo histórico (conformado éste fundamentalmente por los 21 miembros del CC y los líderes regionales y locales fundadores del MAS). Así se fue encogiendo y opacando lo que fue estrella luminosa del universo político del país durante una década. En esta travesía hay dos hechos por demás elocuentes, por no decir patéticos: la alineación oportunista favorable a la precandidatura de Irene Sáez y poco tiempo después el incondicional apoyo a la candidatura presidencial de Hugo Chávez, mediante la imposición de una mayoría amañada que terminó apoderándose definitivamente del control del partido con la exclusión de sus líderes fundamentales, PM, TP, FM, decisión ésta que nos obligó a Eloy Tórres y a mí a convocar una rueda de prensa para expresar públicamente nuestro categórico rechazo. Desde entonces Freddy se apartó de la militancia partidista, sin que por ello dejara de ejercer con igual ardor su vocación política; con la firmeza de siempre aprovechó todo escenario a su alcance para denunciar y fustigar al régimen militarista, autocrático y corrupto que padecemos. Para desmontar el andamiaje seudoteórico del asesor ideológico de Chávez, Heinz Dieterich, y desnudar su farsa embaucadora, Freddy y Américo Martín escribieron al alimón Socialismo del siglo XXI ¿huida en el laberinto?
Fué un lector voraz, siempre actualizado, dotado de una vasta cultura y de una inteligencia privilegiada. También hay que decirlo, Freddy fue un hombre auténtico, honesto, solidario. Venezuela ha perdido uno de sus mejores hijos. En lo personal siento el vacío que me ha dejado un gran camarada, un hermano.