Respuesta de Pablo Medina a Dilma Rousseff y Marco Aurelio
El dispositivo constitucional al cual aluden la presidenta Dilma Rousseff y su asesor Marco Aurelio García es el reflejo de una percepción que dista de la inestabilidad que se avizora en el horizonte de los venezolanos, para quienes es inocultable que la cúpula del PSUV nos conduce indefectiblemente a la ruptura del orden democrático ante la eventual ausencia de Hugo Chávez el venidero 10 de enero, posibilidad cierta que enunciada por Marco Aurelio García nos conduce a preguntarnos si acaso vio a Chávez ¿Cómo sabe que esta grave? ¿O muerto? ¿O vegetal? Sera que lo escucho de boca del vicepresidente venezolano Nicolás Maduro, del presidente cubano Raúl Castro o de su hermano Fidel Castro cuando se reunió con ellos. Lo cierto es que el asesor presidencial de Dilma Rousseff nos anticipó la ausencia de Chávez el 10-01-2013 como un mal presagio para el orden democrático del país con consecuencias poco halagadoras para todos los venezolanos.
Carta de Pablo Medina a Dilma Rousseff goo.gl/qbD7r
Ciertamente nuestra constitución «prevé los mecanismos para una sucesión posterior», como lo dijo el asesor presidencial Marco Aurelio García, no así «la novedosa tesis de la continuidad administrativa» sostenida por Nicolás Maduro y Diosdado Cabello, que en caso de ser avalada por el TSJ y aplicada a partir del 10-01-2013, nos colocara al margen del texto constitucional sumiéndonos en una usurpación de funciones o golpe de estado con visos DE UN ILEGITIMO EJECICIO DEL PODER por parte de quien se proyecta como el sucesor de Chávez, situación sobrevenida que la comunidad internacional y en especial los países latinoamericanos deben coadyuvar a evitar en aras de un correcto orden democrático alejado de regímenes de fuerza como el que se nos quiere imponer y por el cual se está haciendo a ni un lado lo dispuesto en nuestra carta magna cuando se nos dice que CHÁVEZ SEGUIRÁ SIENDO PRESIDENTE AÚN CUANDO NO SEA JURAMENTADO EL 10 DE ENERO DE 2013. Lo cual es inconstitucional, y de allí nuestro llamado a la comunidad internacional a través de la presidenta Dilma Rousseff «para garantizar que no se llegue a esta situación no deseada por los países del continente americano amante de la democracia y la paz como valores supremos» pero que en estos difíciles momentos del pueblo venezolano es visto como un hecho inminente e irreversible.