Opinión Nacional

Esta mermando la chavistomania

Los cientos de chavistas que decidieron llevar a Venezuela al abismo del socialismo, en 1998 ya no son mayoría. Ese pueblo que votó por un militar de izquierda, mitómano, golpista e irrespetuoso de los derechos humanos y de las formas democráticas, ha mermado en cifras de manera significativa. Esa merma le ha producido, al aspirante a líder mundial, una jaqueca de altas dimensiones, que según las malas lenguas, curan los sabios médicos del imperio y no los cubanos revolucionarios.

Los chavistas del 98, estaban deseosos de un cambio RADICAL. Desde las clases bajas, (olvidadas por los gobiernos que acostumbraron a la población a las dadivas populistas), hasta la clase media brava, (que quería castigar a los políticos tradicionales), y la clase alta, (que veía en el comandante golpista la posibilidad de conseguir un nuevo socio, en esa eterna relación viciosa que existe entre el poder político y poder económico) le dieron su soporte contundente al gobierno revolucionario, sin pensar en que su futuro seria hipotecado por el voto castigo.

Todos esos venezolanos chavistas del 98, están apreciado hoy, siete años después, el resultado y las grandes consecuencias de sus acciones y decisiones. Aquellos venezolanos del 98, en su gran mayoría, no sabían manejar armas de fuego, ni tenían conocimientos claros sobre el marxismo-leninismo, odiaban las guerrillas colombianas, y veían a Cuba, y los cubanos, como un pobre país que vivía la tragedia de tener un dinosaurio tirano en el poder desde hacia mas de cuarenta anos. Eran pocos los venezolanos que visitaban la isla, y eran menos aun, los que estaban interesados en transformar sus vidas, sus aspiraciones de vivir con todas las comodidades del capitalismo y sus libertades ciudadanas, por el miedo y el terrorismo de Estado. Aquellos venezolanos, simplemente querían que volviera el ta’ barato dame dos, y la Venezuela Saudita que” el malo de Pérez no logró reimponer en su segundo gobierno”.

Esos chavistas del 98, que como ustedes bien saben, no vinieron ni de Marte ni de Júpiter, sino de la militancia “decepcionada” de los partidos políticos tradicionales, no querían vivir en comunismo. Esos COMPATRIOTAS se quitaron las camisetas blancas o verdes para portar las rojas, llevando consigo las esperanzas de lograr una mayor participación en la piñata petrolera, que en los últimos años, había mermado (El petróleo en los tiempos de Rafael Caldera II no pasó de los 10$ por barril, lo que significaba que la ingresos que sé tenia que repartir en programas populista era altamente deficiente).

Los chavistas del 98 estaban buscando otro repartidor de la riqueza petrolera más generoso, que los tomara mas en cuenta, y como el Comandante dirigió sus discursos a esas necesidades, creadas por años de populismo y de política irresponsable y equivocada, los decepcionados se animaron con el nuevo proyecto revolucionario.

A su llegada al poder, las cosas para el nieto de Maisanta se le hicieron bien fáciles, puesto que no necesitó la ayuda de los babalaos ni de los paleros cubanos, sino de la complicidad de una sociedad acostumbrada a las prácticas populista y a un estado paternalista.

En los años 1999 y 2000, la chavistomania gozaba del frenesí de lo nuevo, de los cambios. No obstante, los más inteligentes y observadores, empezaron avizorar que las transformaciones que ellos pedían, aspiraban y soñaban, que no era otra que la repartición de la renta petrolera de una manera “mas justa e igualitaria”, es decir, recibir mas dadivas del Estado, fortaleciendo el modelo paternalista, NO SE ESTABAN DANDO EN LA MISMA LINEA DE SUS INTERESES.

Como bien conocen ustedes, en el 2001 se rompió el consenso inicial del gobierno de Hugo Chávez, y una buena parte de los chavistas de inicio dejaron de serlo, se decepcionaron y empezaron a formar parte de la población antichavista, que posteriormente, el discurso oficial bautizó como escuálida, golpista, fascista y contrarrevolucionaria.

Los chavistas iniciales trabajaron gratis para cobrar después con cargos públicos. El teniente coronel de Sabaneta, con proyecto bien delineado en mente, los empleó en los Círculos Bolivarianos, en las redes del pueblo, y en cuanta misión y programa populista se le ocurría. Chávez sabía la importancia de cubrir esas expectativas.

La pérdida del consenso ocurrida a partir del 2001, como ya dijimos, le costó al erario público mucho dinero, puesto que la popularidad del líder revolucionario y de su proceso, pasó a costar más cada día. Ya no había apoyos voluntarios sino tarifados y bien pagados. LA CHAVISTOMANIA FUE MERMANDO Y SOBREVINO UNA COSTOSA MAYORIA PAGADA DE MANERA IRRESPONSABLE POR HUGO CHAVEZ PARA QUE LO APLUDAN Y LO ADMIREN EN CADA UNA DE SUS MANIFESTACIONES PUBLICAS.

Así funcionó en el 2002, 2003, 2004, 2005, pero la cosa se le puso bien fea al líder revolucionario después las elecciones del 4 de diciembre de 2005, cuando la masa pagada y bien alimentada por la revolución, le dio pereza acudir al llamado de la diana matutina, prefirió dormir o levantarse mas tarde antes que calarse las fastidiosas elecciones parlamentarias.

La chavistomania se redujo a un porcentaje que llevó al “Comandante” a un ataque de ira, puesto que él había pagado para que los chavistas estuvieran votando y sus seis millones de electores, que en el 2006 deberían ser diez millones, tenían que estar aplaudiéndolo y admirando su proyecto comunista y socialista.

EL TENIENTE CORONEL JURABA QUE LOS VENEZOLANOS QUE LO SIGUIAN, ESTABAN FELICES DE QUE VENEZUELA PASARA A SER EL EJE DE UN PROYECTO SOCIALISTA-COMUNISTA CONTINENTAL. PENSABA EL LIDER SOLITARIO QUE A LOS VENEZOLANOS LES ENCANTARIA VIVIR EN EL DETERIORO, EN EL HAMBRE Y LA MISERIA QUE EXHIBE LA CUBA CASTRISTA ANTE LOS OJOS DEL MUNDO.

¿Qué paso con la chavistomania del 98? ¿Qué ocurrió con la mayoría que apoyaba el proceso? Acaso se transformaron en una masa de silentes venezolanos que se desenchufaron y dejaron al Comandante revolucionarios con los crespitos hechos para su reelección del 2006. ¿Acaso esos venezolanos que buscaban el cambio en 1998, lo andan buscando en el 2006? ¿Será que los chavista no comulgan con la idea anunciada por el muy brillante y ponderado, Nicolás Maduro de reformar la constitución para dejar a Hugo Chávez en el poder hasta el 2030?
¿Será que los chavistas son exchavistas? Porque al igual que le ocurrió a los Adecos, copeyanos y políticos de diferente pelaje, luego de siete años de gobierno, se decepcionaron y quieren un nuevo Mesías, un novísimo repartidor de la renta petrolera.

¿Será que la mayoría, esos diez millones que decía Chávez en las vallas que decoraron Caracas, a lo largo del 2005, ya no existen y ahora la tarea de Jorge Rodríguez será más difícil porque tiene que fabricar esos votos?

¿Será verdad que una mente perversa esta sugiriendo pedir auxilio a los aliados continentales de la revolución, y traer indígenas latinoamericanos, argentinos piqueteros, radicales de izquierda brasileros para poblar los centros de votación el diciembre del 2006, ante la ausencia y negativa de los venezolanos exchavista de darle el apoyo al comunismo y socialismo.

¿Será verdad que ya para la población venezolana, el avance hacia el socialismo del siglo XXI es señal de un cambio de sociedad que va de lo malo a lo peor?.

No hay duda, la chavistomania voluntaria o tarifada, es cosa del pasado y es ese el gran dolor de cabeza de los que hoy ocupan el poder ilegítimamente en Venezuela. La popularidad se paga muy cara, las mentiras y los malos gobiernos también. La revolución se quedó sola en Venezuela y tendrá que apelar a los beneficiaros de sus dadivas en el extranjero para poder seguir disfrazando de popular lo que ya no es sino una dictadura impopular, que acaba con los derechos de expresión y libertad e impone el miedo y el terror para mantenerse en el poder.

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