Siamed: ¿Panacea, engaño o más control?
En el ambiente generalizado de escasez, que incluye a todos los productos que se comercializan en Venezuela, el gobierno activó a partir del 23 de abril pasado, el Sistema de Administración de Medicamentos (Siamed).
Con este sistema, el ministerio de Salud ha querido darle respuesta a la crisis farmacéutica y garantizar medicinas a pacientes con enfermedades crónicas no transmisibles, tales como hipertensión, diabetes y otras de tipo neurológico.
Sin embargo, han quedado por fuera de este sistema, los medicamentos utilizados en las emergencias, como son los antibióticos y los analgésicos; así como las inyectadoras, entre otros.
A casi dos meses de haberse iniciado el Siamed, y para dar una indicación de su desempeño, un vicepresidente de una de las cadenas de farmacias más extendida en el país, declaró el pasado viernes que de los 120 mil registrados por ellos, sólo “400 usuarios ya recibieron la notificación de que su medicina esta disponible”.
Equivalente al 0,33% de los registrados por esa cadena.
La escasez, que debería de atacarse con la producción y distribución de medicamentos, ha sido enmarcada en la política generalizada del gobierno de “racionamiento”.
Esta situación aumenta en unos cuantos niveles, las restricciones que tienen los consumidores venezolanos para adquirir productos. Teniendo como consecuencia de estas políticas, el calendario de venta, por terminal de los números de cédula; y la restricción a pequeñas cantidades por comprador, que quedan evidenciadas en las largas colas de consumidores a las puerta de los establecimientos.
La antigua red de distribución
Tal vez los jóvenes de menos de 25 años no recuerden, que en Venezuela (luego de las limitaciones vividas en tiempos de la Segunda Guerra Mundial) se construyó en el país una red de expendios de medicina (farmacias) que garantizó el libre y eficiente acceso.
Esto incluía la entrega de medicamentos por parte del Instituto Venezolano de Seguros Sociales (IVSS) a sus afiliados.
En las décadas que van de 1960 a 1999, el venezolano tuvo a su disposición una amplia red de farmacias, que trabajando por turnos, le garantizaron los medicamentos que le eran recetados.
El negocio de los medicamentos tiene tres participantes: los laboratorios, las droguerías (distribuidores) y las farmacias.
Según los datos aportados por el Ministerio de Salud, las cámaras de farmacias y droguerías, Cavefar y Cavedro, en el país existen poco más de 6 mil 700 farmacias que se espera queden incorporadas al Siamed.
Para los pacientes, que potencialmente son los poco más de 30 millones de habitantes de Venezuela, es necesario acudir a la farmacia de su preferencia para inscribirse en el Siamed. Esto nos da una relación, de 4 mil 500 personas por cada una de las farmacias.
El proceso de inscripción es fácil y no tarda mucho. El paciente debe llevar a la farmacia un récipe, firmado por su médico, con la lista de medicamentos y dosificación diaria.
Al procesarse la información, el sistema informa vía mensaje de texto al celular del paciente, que ha sido inscrito.
Según ha publicidad el Ministerio de Salud, cada vez que lleguen los medicamentos a la farmacia, el sistema enviará un mensaje de texto al paciente.
En el caso de una de las cadenas de farmacia, su vicepresidente señaló que “el medicamento dura 10 días reservado, si no lo retira se asigna a otra persona”.
Y a pesar que el ministro declaró hace semana y media, que los inscritos tendrían prioridad, el vicepresidente de la cadena señaló que “los ciudadanos no deben preocuparse pues manejan dos tipos de inventarios, uno para los registrados en Siamed y otros para la venta libre”.
Por otra parte, los inventarios de medicinas (de variedad, presentación, marcas y dosis) se cuentan por decenas de miles.
La logística, para la distribución de los medicamentos de los enfermos crónicos (una vez al mes) no es tarea fácil.
La experiencia que se tiene de casos similares está referida a la distribución gratuita de leche para los neonatos en el Reino Unido.
Una vez es notificado el nacimiento de un niño, este sistema lácteo comienza a entregar al día siguiente las botellas de leche para ese niño, a las puertas de su residencia.
El éxito del sistema de distribución de leche, se asienta en tres hechos: es un solo producto; la información la proporcionan las parteras y los hospitales de a quién le es asignada la leche; y la red de distribución es privada, funciona, y tiene una larga experiencia en el Reino Unido.
Además, al ser gratuita la leche, el Estado tienen un férreo control para evitar el bachaqueo del producto.
Las interrogantes
En el caso del Siamed, habría que preguntarse si la red de distribución de medicamentos es eficiente. No lo sabemos, por cuanto las droguerías no reciben de los laboratorios las cantidades de productos necesarias para su distribución entre las farmacias.
Esto nos conduce a lo evidente: los laboratorios no están produciendo (en cantidad y variedad) los medicamentos que son recetados a los venezolanos.
Los laboratorios farmacéuticos, padecen el mismo mal del resto de la industria venezolana: carencia de materias primas, ocasionadas por el control de cambio que administra Cencoex, el control de precios y otras restricciones gubernamentales.
Recapitulando, se puede decir que en el caso de las medicinas se está combatiendo la escasez de medicamentos, con más restricciones; que en este caso es un racionamiento electrónico.
Fuente: AVN, Ministerio de Salud y Siamed