Maduro retrocede ante Guyana y abre frente con Colombia
El 07JUN15 el principal jefe militar de Guyana, brigadier Mark Phillips, anunció que sus fuerzas estaban listas para repeler una invasión desde Venezuela. Ese mismo día, la Autoridad de Aviación Civil de Guyana sancionó a la aerolínea estatal venezolana Conviasa, prohibiéndole el aterrizaje de sus aviones por falta de pago de una fianza. Ambas acciones formaron parte de la reacción del recién posesionado gobierno de Guyana ante la emisión por Nicolás Maduro de un Decreto creando y activando “Zonas Operativas de Defensa Integral Marítimas e Insulares” (Zodimain) que abarcan desde las aguas aún no delimitadas con Colombia en el Golfo de Venezuela hasta aguas situadas al norte del territorio francés de la Guyana Francesa.
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El decreto de las Zodimain está basado en la Ley de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana emitida el 17NOV14 mediante un decreto del propio Maduro. Según esa ley, una “zonas operativas de defensa integral” es “una agrupación territorial de fuerzas y medios en un espacio geográfico (…) donde se conducirán las operaciones para la defensa…”. Su creación, en definitiva, es la de definir áreas para la disposición del aparato militar. En un casi ingenuo intento de borrar el componente bélico implícito en el decreto, la Cancillería venezolana emitió el 09JUN15 un comunicado en el cual definía la zona de defensa creada frente al territorio esequibo como “una norma administrativa dirigida a organizar, mediante la asistencia de las nuevas tecnologías de información, labores cotidianas de supervisión y protección marítima”. Tan edulcorada descripción no se corresponde con la base legal que Maduro invocó para crear dichas zonas.
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El Decreto 1787 publicado el 26MAY15 creó varias Zodimain, una de ellas denominada “Atlántica” que incluía la proyección en el mar de la Guayana Esequiba, territorio reclamado por Venezuela y que está sujeto a delimitación. En la práctica, la definición de esa Zonimain y su publicación oficial significaba una delimitación territorial unilateral por parte de Venezuela, dejando a un lado los mecanismos diplomáticos. La emisión del decreto coincidió con la llegada al poder de un nuevo gobierno en Guyana, encabezado por el militar retirado David Granger, quien reafirmó la política de su antecesor de impulsar la exploración y explotación petrolera costas afuera, en bloques asignados a empresas extranjeras (entre ellas ExxonMobil) en áreas reclamadas por Venezuela. La aparente mano dura de Maduro ante Guyana contrastaba con la posición de Hugo Chávez de obviar la reclamación territorial y paralizar (por inacción de su representante) el mecanismo existente entre ambos gobiernos de un “buen oficiante” promovido por la ONU.
El Decreto fue interpretado inicialmente por sectores de la oposición venezolana como un intento de Maduro para ganar popularidad, recurriendo a la carta nacionalista, remedando al gobierno militar argentino de Leopoldo Galtieri quien en 1982 provocó la Guerra de las Malvinas contra el Reino Unido.
Expertos en temas limítrofes consultados por este Informe calificaron el Decreto como confuso en cuanto a los límites que establecía ante Guyana e, innecesariamente agresivo contra países como Surinam, Francia y Colombia. Expertos en asuntos militares, por su parte, se mostraron escépticos sobre la capacidad real de las fuerzas militares venezolanas de mantener un patrullaje naval permanente, dadas las difíciles condiciones de las aguas en la zona bajo reclamación.
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El 07JUN15 se produjo un cambio en la posición del Gobierno Maduro ante Guyana, mediante una sutil modificación en el texto del decreto que creó las zonas de defensa. Alegando “fallas en los originales”, Maduro ordenó reimprimir el Decreto 1787 el cual, en su nueva versión, apareció en la Gaceta Oficial del 08JUN15. El nuevo texto del decreto, tras indicar las mismas coordenadas ya publicadas el 27MAY15 y que definen el área de la zona de defensa Atlántica, anuncia que “Sin embargo, existe un área marítima por delimitar, que será determinada una vez se resuelva la controversia pendiente entre la República Bolivariana de Venezuela y la República Cooperativa de Guyana según el acuerdo de Ginebra de 1966, la cual está definida por los puntos “T”, “U” y “V”. El punto V está localizado en la desembocadura del río Esequibo a unos 30 kilómetros de Georgetown la capital guyanesa y marca la posición histórica venezolana sobre el inicio de los límites con Guyana. El punto U muestra una curiosa hipótesis delimitadora del actual gobierno venezolano, distinta a la mantenida por Venezuela desde 1968, la cual proyecta el territorio marítimo en disputa hacia el noreste incluso hasta Francia (Guyana Francesa), incluyendo las actuales exploraciones petroleras de ExxonMobil dentro del territorio bajo reclamación.
Trazado aproximado de la Zona Operativa de Defensa Integral Atlántico, creada mediante decreto emitido por Nicolás Maduro el 27 de mayo de 2015. Elaborado sobre Mapa Google Earth. Sólo para uso referencial.
En suma, al condicionar la vigencia de los puntos T, U y V a una futura eventual resolución del diferendo territorial con Guyana, Maduro dejó, de hecho, sin efecto la denominada zodimain “Atlántico”. El régimen venezolano confirmó, de esta manera, su postura blanda ante Guyana, dejando al descubierto contradicciones o dobles juegos dentro gobierno Maduro sobre el tema Guyana.
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El 10JUN15 se produjo la apertura de las sesiones del nuevo parlamento guyanés. El vicepresidente y ministro de Asuntos Exteriores de Guyana, Carl B. Greenidge, pronunció el discurso de ocasión, el cual estuvo dedicado al conflicto con Venezuela, país al cual acusó de “usurpador”. Greenidge informó en su discurso haberse reunido previamente con la Embajadora de Maduro en Guyana, Reina Arratia Díaz, quien estaba presente en la sala. Arratia habría entregado al canciller guyanés el comunicado del 09JUN15 enviado por Caracas, en el cual la canciller venezolana Delsy Rodríguez afirma que el Decreto “en nada puede afectar a la República Cooperativa de Guyana” y se lamentaba que Georgetown escandalice e “intente crear una crisis artificial, inventando situaciones irracionales contra un país hermano como Venezuela, y utilizando un lenguaje altamente ofensivo”.
El canciller guyanés informó que su país está dispuesto a mantener conversaciones con Caracas pero, al igual que el gobierno guyanés anterior, estima que fracasó el actual esquema de “buen oficiante” promovido por la ONU en procura de un acuerdo entre los dos países. Para Guyana el caso debe ser elevado a consideración del Secretario General de la ONU para la definición de una nueva vía distinta a la de los “buenos oficiantes” que se mantiene desde 1989. Con ello, Guyana intenta abrir una brecha a nivel de la ONU para eventualmente llevar el caso a un esquema de arbitraje internacional o, incluso, a un proceso judicial internacional. Esas opciones forman parte del repertorio previsto por el Acuerdo de Ginebra de 1966.
Greenidge informó a los parlamentarios presentes que su país ha tenido en los últimos días “contactos con diversos miembros de la comunidad internacional y especialmente con el Caribe y miembros de la Commonwealth de los cuales hemos recibido constante apoyo a nuestra causa”. La prensa de Georgetown asegura que Guyana ya habría presentado quejas contra Venezuela ante la OEA y Unasur. De esta forma, el guyanés tocó una de las fibras sensibles del régimen chavista que ha procurado mantener como aliados políticos al rosario de islas que forman el Caribe.
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El 11JUN15, al día siguiente del discurso de Greenidge, la cancillería venezolana emitió un comunicado en el cual mostraba alborozo por la posición guyanesa: “La declaración del Ministro Greenidge en la cual manifiesta su voluntad de apegarse a las disposiciones del Acuerdo de Ginebra destinadas a un acuerdo legalmente vinculante, es propicia para reafirmar la invitación de la Cancillería venezolana para un diálogo sobre diferendo territorial y avanzar en la agenda bilateral para el desarrollo compartido de nuestros pueblos”.
La cancillería de Maduro declaraba cerrada la crisis con Guyana, no sin insistir en la tesis de que la empresa Exxon es la culpable porque “a través de manipulaciones e intrigas, pretende entorpecer las buenas relaciones entre países vecinos”. En su afán por mantenerse como socio y amigo de Guyana y el Caribe y enfocarse en su enfrentamiento contra EEUU, Maduro y su Canciller insisten en la tesis, no compartida ni siquiera por el propio gobierno guyanés, según la cual es la petrolera ExxonMobil y no Guyana la responsable de la exploración petrolera en las aguas en disputa.
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Pero si la reimpresión (con enmienda) del Decreto descartó una hipotética y poco probable ofensiva militar sobre Guyana por parte de Maduro, dejó abierto un potencial conflicto con Colombia. Maduro ordenó también la creación de una zona de defensa “Occidental” la cual parte de Castilletes (lugar en la península de la Guajira que sirve de inicio a la línea fronteriza terrestre entre Venezuela y Colombia) y se proyecta hacia aguas del Golfo de Venezuela antes de dibujarse sobre el Caribe. Esa zona dentro del Golfo se corresponde con la tradicional hipótesis de negociación venezolana ante Colombia y no a una delimitación legal existente. El área definida por el decreto de Maduro dentro del Golfo de Venezuela se asemeja a las zonas de patrullaje que la Armada venezolana ha mantenido durante los últimos cuarenta años, cuyas coordenadas solían manejarse como secreto de Estado.
Maduro creó una zona militar en aguas que no están delimitadas con Colombia, lo cual probablemente conlleve a un pronunciamiento del gobierno de Juan Manuel Santos. Fuentes diplomáticas colombianas consultadas para este Informe señalaron que el tema es objeto de análisis en la Cancillería colombiana. Las negociaciones limítrofes entre Venezuela y Colombia están oficialmente paralizadas desde el año 2009, cuando fue disuelta la comisión negociadora del régimen chavista, integrada por Pavel Rondón, Giovanna De Michelle y Francisco Nieves Croes. El propio Hugo Chávez anunció el 31AGO07 que sólo restaban detalles para alcanzar un acuerdo con Álvaro Uribe Vélez, el cual finalmente no se concretó.