PPT: Policía Para Todo
Es impresionante la metamorfosis sufrida por el partido PPT, sobre todo desde que decidió postrarse ante los designios de Hugo Chávez. Muy lejos quedaron los días en que Alfredo Maneiro, fundador de la Causa R -partido del cual se desprendería luego PPT- pregonaba la libre discusión, la lucha contra el dogmatismo, la búsqueda de la expresión popular como norte de la formulación de política de la entonces novedosa organización radical. Los éxitos alcanzados entre los trabajadores siderúrgicos de Guayana y en el oeste de Caracas (ProCatia), catapultó al minúsculo partido a ocupar los cargos de Gobernador del Estado Bolívar (Andrés Velásquez) y Alcalde Caracas (Aristóbulo Istúriz) y, posteriormente, a cosechar una sorprendente votación en las elecciones presidenciales de 1993: algunos sostienen que Andrés Velásquez realmente ganó en esos comicios pero le fue escamoteado el triunfo por las fuerzas que apoyaban a Rafael Caldera.
Pero la Causa R no supo, o no pudo, administrar sus éxitos. Por apetencias personales, diferencias ideológicas y vaya usted a saber qué otras razones, se divide en 1998, dando lugar al desprendimiento que asumió el nombre de Patria Para Todos (PPT). A pesar de haber apoyado a Chávez en las elecciones, durante los primeros años esta nueva organización mantuvo una posición crítica frente a su gobierno, atribuible en buena medida a la influencia de Pablo Medina, su secretario general. Pero la independencia de criterios, así sea para apoyarlo, es totalmente intolerable para Chávez y pronto Pablo se vio obligado a separarse del PPT. Con ello este partido soltó los últimos lastres que lo ataban con su herencia “Maneirista”, transformándose en un partido de cuadros, cerrado a la discusión, vertical y crecientemente enclaustrado dentro del discurso simple y maniqueo del Jefe Supremo. La total y completa obsecuencia ante Chávez le ha sido compensada generosamente: a pesar de no tener arrastre popular, dispone de cuatro ministros en el gobierno, la jefatura de Pdvsa y, con las alianzas ordenados en el cogollo “bolivariano”, de una gobernación de estado. Reconociendo que esta importante figuración no puede explicarse sin la gracia suprema del Jefe, la dirección del PPT ha redoblado esfuerzos últimamente para cumplir el rol que se le ha asignado: el de servir de ariete en la persecución política del régimen.
No es de sorprender, entonces, la vocinglería y el alto perfil del PPT -no obstante su reducido número- a la hora de destapar conspiraciones y arremeter contra los “enemigos” de la causa. Así, en ocasión del señalamiento de Monseñor Castillo Lara durante la homilía a la Divina Pastora en Barquisimeto en enero, de que el gobierno venezolano había «perdido su rumbo democrático, y presenta visos de dictadura donde todos los poderes están prácticamente en manos de una sola persona», Simón Calzadilla, diputado por PPT, salió presto a secundar la iracundia de Chávez, declarando que “La Iglesia Católica es último eslabón que le queda a la oposición golpista, dado que la CTV, Fedecámaras y los medios ya no les sirven”[1] .
Un mes más tarde, otro personaje de ese partido, Orlando Castillo, declararía que no descartaba que la CIA pudiera estar involucrada en la muerte de los transportistas venezolanos que motivaron varias protestas a mediados de febrero.
“La CIA tiene posibilidades de implementar muchas cosas y podría estar relacionada con los casos de vicariato. (…) Los paros fueron pírricos y la forma como la secretaria de Estado de los EE.UU., Condoleeza Rice hizo eco de lo ocurrido y lo convirtió en un asunto mundial sobre Irán o Irak, fue muy llamativo (sic). Creemos que no es una acción fortuita.”
Sostuvo que la protesta de los transportistas formaba parte de “una avanzada mediática”[2] .
A los pocos días, la fracción parlamentaria del PPT pedía en la Comisión de Política Interior, Justicia, Derechos Humanos y Garantías Constitucionales, de la Asamblea Nacional una investigación a los ex gobernadores de Yaracuy y Miranda, Eduardo Lapi y Enrique Mendoza, por su presunta vinculación con un plan desestabilizador.[3]
Ante las agresiones orquestadas por bandas chavistas contra la visita del embajador de los Estados Unidos en Venezuela, William Brownfield, a un estadio de béisbol en Coche para donar equipos deportivos, y luego de la diatriba de Chávez convalidando esta agresión, saldría José Albornoz, secretario general de PPT, –sintiéndose “guapo y apoyao“- a complementar los epítetos de su Jefe contra Brownfield con los de “camorrero, provocador y guapetón de barrio”. Para ganar puntos, no dudó en vincular su denuncia con los planes de la oposición:
“Nosotros creemos que el embajador está creando las condiciones para que ocurra un desenlace diplomático que puede afectar la posición venezolana en el exterior; eso no es un secreto y está allí. Estamos convencidos de que el diseño político de la oposición venezolana no es a lo interno, sino a lo externo del país, lo cual encaja perfectamente con el comportamiento de Brownfield.”[4]
Cuando Chávez, fusil kalasnikov en ristre, anunció públicamente que revisaría las concesiones de los medios audiovisuales en 2007, el secretario general de PPT, junto con el de Podemos –otro partidito ahíto de la atención de Chávez-, salió inmediatamente a respaldar la decisión de su Jefe, argumentando que la mayoría de los medios abusaba del uso del espacio radioeléctrico.[5]
A principios de julio apareció nuevamente en los medios Orlando Castillo para cuestionar al secretario general de COPEI, Luis Ignacio Planas, por haber amenazado con publicar el Registro Electoral, olvidándose cínicamente que fue el mismo CNE quien lo hizo del conocimiento público en su página Web y que sus correligionarios hace mucho lo habían reproducido en la famosa “lista Maisanta”.
“Entramos en una segunda fase de una maniobra para desacreditar al árbitro, ¿Quién le dio el Registro Electoral a COPEI? ¿Zamora el malo? Tenemos información de que el próximo 15 de julio promoverán una serie de actos violentos en Petare, y para ello contrataron una persona, alias “cabeza ‘e Motor”, quien realizaría una guarimba, una vez que termine la marcha que programaron hasta el CNE ese día”.[6],
Pero no importa, había que continuar luchando para demostrar la lealtad por el Líder, por lo que José Albornoz, propuso a los pocos días que el parlamento investigara el origen del financiamiento de las primarias de la oposición organizadas por Súmate. Pronto cogieron línea otros diputados de ese cuerpo legislativo, quienes se unieron para denunciar que la ONG responde a los lineamientos del presidente de Estados Unidos, George Bush, y que tiene una “agenda oculta”, cuyo propósito es que a última hora la oposición se retire del proceso electoral, como ocurrió en diciembre pasado. Claramente, la exigencia de condiciones que garantizasen la transparencia del proceso electoral de diciembre, formaría parte “del plan desestabilizador” que adelantaba Súmate.[7] El día siguiente este valiente justiciero, acompañado por los diputados Pedro Carreño (MVR) e Ismael García (Podemos), acudió a la Fiscalía General de la República para denunciar a los directivos de la organización civil Súmate por estar presuntamente incursos en delitos “contra la organización y estabilidad del poder público nacional”. En el texto que consignaron ante el Ministerio Público se sostiene que,
“,,,Es evidente que los directivos de la ONG Súmate actúan al margen de la ley y subsumen sus conductas en diversos tipos penales,,, y en ninguna parte de la constitución se le da facultad constitucional alguna que la equipare como parte del poder público nacional, concretamente como poder electoral”.
Insistieron los tres diputados que las acciones de la organización podrían considerarse traición a la patria, pues recibe fondos de otros países, e instigación a delinquir. En su petitorio ante la fiscalía pidieron que se ordenara “la detención inmediata de los directivos de la ONG Súmate por estar en presencia de un delito de flagrancia (,,,) con la presunción razonable de peligro de fuga y obstaculización de justicia”. Adicionalmente, indicaron la necesidad de “la confiscación y supresión de los impresos y demás objetos que hayan servido o estén sirviendo para cometer tan abominables delitos”.[8]
Muy atrás quedaron las enseñanzas de Alfredo Maneiro. De “Patria Para Todos”, este partido ha pasado a convertirse en una “Persecución Para Todos”, salvo aquellos que profesen vertical obsecuencia al líder. Como en los regímenes fascistas que emula Chávez, la política, entendida como debate de propuestas, contienda para disputarse adeptos, es sepultada progresivamente por soluciones policiales sustitutivas que son mucho más expeditas y funcionales al control desmedido del poder. En fin, para legitimar la “judicialización de la política” que eliminará al juego democrático, se dispone de un discurso idealizado que establece cuál es la única verdad aceptable. El PPT ha demostrado ser muy consecuente con esta práctica, ganándose el distintivo –muy valorado por el Jefe- de ser “Policía Para Todo”.
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[1] El Nacional, Pag. A-4, 17 01 06.
