Opinión Nacional

Chávez – Rauseo y la guerra con Colombia

“Fanático es aquel que no cambia de opinión ni cambia de tema”: Winston Churchill.

Quien pronunció esa sentencia fue uno de los 4 ó 5 líderes demócratas más importantes del mundo entero durante el siglo veinte.

Cuando veo el debate sobre elecciones, condiciones y candidaturas, que cobró un inusitado viraje a partir de conocerse la propuesta de Benjamín Rauseo, no puedo sino constatar lo difícil que resulta el cambio de casette, para representantes de opciones que arrastran sus simpatías, preferencias, lealtades legitimas y nobles pero también sobre todo los fanatismos e intransigencias, a veces viscerales, que denotan en muchos la novel y empírica autoafirmación de autodidactas de la política.

Fueron demasiadas veces las que me abordó alguna simpática persona con el consabido “¿que opina usted doctor sobre, para donde va esto, a dónde nos lleva este hombre, qué va a pasar?”. .. Mis fortuitos interlocutores no sabían que aprendí a contar hasta 5, para oír de la misma persona, cuando yo abría la boca para empezar a responderle, que se adelantaba impaciente, sin dejarme el chance de pronunciar una frase, con un sonoro: PORQUE YO PIENSO DOCTOR QUE AQUÍ LO QUE VIENE ES, ETC ETC.

Eso se llama politización colectiva. En particular en la clase media, que siempre por regla general tuvo poco o nada que ver con defensa beligerante de ideas, salvo en las festivas campañas electorales. La beligerancia política se hizo cotidiana y altamente exigente desde 1998 y tuvo su clímax en 2003-2004.

TODOS los liderazgos político-partidistas entraron en bancarrota por no poder satisfacer las exigencias y urgencias de respuestas claras y radicales, para salir airosos de las confrontaciones. Ante cada derrota aumentó el nivel de exigencias.

Y cuando nos llevaron a la última bancarrota, “la gente” no hizo mas caso a nadie y empezó a operarse una profunda elaboración colectiva, que hacía el balance y se autodeterminaba por instintos también multitudinarios, precisamente surgidos de la incapacidad de los dirigentes para interpretarlos.

En la política como en la naturaleza existe el horror al vacío. Siempre se llenan los espacios. Si no había dirección reconocida, la intuición colectiva, por ley del caos, impuso su necesario veredicto. El movimiento social que se produce entre el azar y la necesidad, sin dirección consciente reconocida, termina por escoger la necesidad como lo primigenio y ella disciplina el azar ordenando las prioridades.

Los liderazgos partidistas tuvieron que capitularle al raudo río creciente de opinión contraria a participar en las pasadas elecciones del 4 de diciembre.

La abstención hizo morder el polvo a los más recios partidarios del participacionismo.

Los líderes que participaban ya podían olvidarse para siempre de ser oídos por sus ya menguados auditorios.

Quedó en la mente de todos estos estamentos críticos, sustancialmente animados desde la clase media politizada que: puesto que el Revocatorio había sido burlado, no valia ya la pena pisar un acto electoral más.

Y la abstención superior al 80% estadísticamente les daba la razón, aunque políticamente su valoración final sea aún compleja, porque esa abstención dio a Chávez la unanimidad en la Asamblea Nacional.

Entonces se sacó la conclusión, para mi errónea, que de abstención, en abstención, está garantizada la derrota del gobierno y del régimen.

La motivación para sostener con fuerza, hasta ayer, esta táctica convertida en estrategia unilineal, fue por supuesto la voluntad y mecanismos de fraude montados por Chávez con REP chimbo y las Samarmatics puyadas, y la voz colectiva que decía:
El gobierno SOLO es derrotable, con las CONDICIONES que obliguen a la transparencia. Eso es cierto, pero si es un pedimento de minoría nunca habrá condiciones que permitan esa derrota. Sólo habrá transparencia si la mayoría se moviliza, vota y allí en las urnas derrota el fraude y las máquinas.

El secreto mejor guardado de la oposición es que algunos dirigentes suficientemente bien mandatados, y abandonados a último minuto, negociaron condiciones más o menos aceptables para participar ese 4 de diciembre.

Pero la indignación contra el fraude del Revocatorio del 15 de Agosto del 2004 era tal, que así el CNE diera las dos o tres condiciones que faltaban, que sumadas a las 10 concedidas, permitían ir en posibilidades mas o menos decorosas al 4 D. , la oleada abstencionista NO cedería, como no cedió.

Si estaba todo tan putrefacto ¿por qué los chavistas no le subieron un par de millones más de participación, y no hacer el ridículo como lo hicieron, con esa abstención de cuatro quintas partes del padrón?

La razón fue POLITICA. El gobierno fue el primer sorprendido con el volumen de abstención y no tenían bien hecho el montaje del fraude, inflando la participación, porque aunque no lo crean, se habían comprometido con la oposición a respetar en reglas generales un acto electoral ciertamente viciado, pero no monstruosamente viciado.

Tan es cierto esto, que esta vez no quieren hablar de condiciones que estropeen un mecanismo de fraude electrónico y de REP inflado, porque aspiran con la anunciada abstención desde la oposición y por la experiencia de diciembre pasado, no ser sorprendidos con que están muy lejos de sus “diez millones por el buche”.

La abstención, que dice Henry Ramos Allup será apabullante en las presidenciales próximas, tiene sin embargo un escenario absolutamente distinto, para el próximo diciembre.

Las condiciones que tolerará la directiva del CNE serán sustancialmente parecidas a las que estuvieron dispuestas a dar y habían dado, pero que no se usaron porque se estrelló contra la voluntad de la mayoría nacional, que quería abstenerse y derrotar a los políticos a los que arrastró a esa posición.

Ahora un fuerte sector del liderazgo político partidista VA A PARTICIPAR.

Pero, decía el librito radical hasta hace una semana, la abstención, no sería disminuida por ellos, y se mantendría masiva como la del 2005, porque serían ignorados por la mayoría en su llamado participacionista.

Pero el DATO NUEVO, que revienta esos diagnósticos y pronósticos, es la irrupción de la candidatura de Benjamín Rauseo, que en la clase media tardará un poco más en afirmarse, por la inercia de fidelidades a los liderazgos opositores, del pasado, de todos los matices, y sobre todo por la auto confianza de los radicales reafirmándose en repetir la abstención, o los candidatos aspirantes dándole chance motivador a los resultados de unas Primarias de minoría.

Sin embargo Rauseo también será mayoría en esa clase media, porque estos sectores, aunque tarde, reconocerán el fenómeno, que se impondrá en los sectores populares, hacia octubre, donde el ascenso es sostenido, y a expensas del chavismo. ¿No es esto suficiente para repensar muchas cosas que se venían diciendo?

Los sectores medios afectos a todas las direcciones, ideologías, liderazgos, análisis y propuestas que corresponden a viejos o recientes partidos alternativos se verán seriamente cuestionados y colocados en minoría. Les será muy, pero muy difícil aceptar a muchos que están tan equivocados en tanto.

Sus primeras reacciones son tan nerviosas y confusas como las que vienen del prepotente chavismo, que no se pone de acuerdo y están esperando a Chávez para ver que hacen con el tsunami Rauseo. Mientras el orate prepara, desde el otro lado del mundo, sus guerras asimétricas y sus chantajes, está perdiendo el apoyo popular mayoritario que una vez tuvo.

Todos los esquemas preconcebidos, incluyendo el dilema CONDICIONES primero o abstención, pasarán a segundo plano. Lo central será la posibilidad de ganarle a Chávez electoralmente y que debemos, y podemos, defender esa victoria.

El fraude puede ser derrotado si defendemos los votos de las cajas que se abren, y si las Smartmatics dicen lo contrario se hace una gran pira con ellas.

Y si de verdad Chávez tiene la mayoría, entonces apretemos los dientes y busquemos con paciencia ganarle el corazón y la mente de esas mayorías. Pero eso sólo puede darse restituyendo reglas democráticas en una nueva situación que implique no seguir viviendo con el alma en vilo, sencillamente porque hasta el más obtuso gobernante deberá tomar en cuenta a la mitad del país que no le apoya y votó contra él.

Si la trampa del CNE chavista se impone estalla la confrontación, es para eso que hay que preparase y dejar la pendejera que Rauseo es agente de mil vainas y se niegan a ver LO EVIDENTE:

Que Rauseo es el portavoz de la NUEVA SITUACIÓN en la conciencia popular colectiva donde una mayoría electoral PUEDE imponerse contra Chávez y su plan de dictadura.

¿Y ahora te la das de pitoniso? Me recriminarán los ya sentenciados por Churchil.

No se sorprendan, no voy a confesarle ni visiones, ni apariciones, ni soberbios pronósticos.

Apenas quiero decirles como veo lo que está en el más estricto orden de las cosas.

Si Chávez puede, Chávez es capaz de desatar antes de diciembre un ambiente pre-bélico, y si es suicida total, la guerra misma, contra Colombia, acusándola de ser ariete armado y agresivo del imperio.

Es para esa posibilidad que se arma aceleradamente, siendo este absurdo su principal justificación, para erigir su dictadura, y/o un plebiscito patriotero en medio de un clima bélico o prebélico, y/o suspendiendo toda consulta electoral, por EMERGENCIA DE DEFENSA NACIONAL.

Ningún candidato, ni precandidato, ha podido como Benjamín Rauseo, y sin que lo haya hecho explícito como eje de su campaña, interpretar un profundo sentimiento colectivo, expresando el anhelo de paz y reconciliación nacional, en un país cuyas mayorías llegaron a la conclusión que Chávez nos quiere llevar a la guerra civil o a la guerra exterior y eso NO LO QUIEREN NI SIQUIERA las cuatro quintas partes del sector popular que hasta ayer le apoyó o no lo consideró capaz, como si ahora, de llevarnos a una gran desgracia nacional.

Los que resuelvan, como el respetado Laureano Márquez a quien también necesitamos, intentar destruir y muy erróneamente la legitima y popular opción POLITICA de Rauseo, que puede desarrollarse hasta más allá de la mitad del electorado chavista, solo pueden recibir en el futuro, ojalá mejores respuestas de las que mal aconsejó mi hígado, cuando vi injustamente agredido a un venezolano que sólo quiere como Laureano, y como todos nosotros, los opuestos al bárbaro que gobierna, el bien de esta patria de todos.

Rauseo es la transición. Si Rauseo tiene mayoría antes del 3 de diciembre podemos impedir las aventuras guerreristas de Chávez y con ellas su pretensiones dictatoriales bajo el chantaje patriotero. ¿Quieren mejor oferta de quien puede arrancarle a Chávez la mayoría popular para la paz y la democracia?

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