¿Por qué nos quejamos tanto en Twitter?
Las redes sociales, en especial Twitter, se han convertido en un canal donde volcar insatisfacciones y frustraciones: titulares como “arde Twitter” o “se incendian las redes sociales” han empezado a ser frecuentes -más de lo deseado- en los medios de comunicación.
Pero, ¿nos quejamos más que antes con las redes sociales? ¿La frialdad del medio digital y el anonimato impulsan la protesta y la crítica? ¿Por qué usa el ser humano internet como un micrófono incluso para propagar mensajes destructivos? ¿Invita la inmediatez a la ligereza en la expresión del pensamiento?
EFE ha conversado con el filósofo Jesús Mosterín, con los psicólogos Javier Jiménez y Fabrizio Ferri y con Twitter para tratar de comprender el fenómeno de la queja en los nuevos medios sociales.
El filósofo destaca que estos son tiempos de “mucha democracia y poca tecnocracia”, que las redes sociales han supuesto un “progreso en la democratización” porque cualquier ciudadano tiene la misma voz para expresarse en igualdad de condiciones que el mayor experto en una materia.
La motivación de quejarse
Mosterín explica que opinar y quejarse en los medios digitales tiene una función expresiva -no descriptiva ni informativa-: “no sirve para conocer la realidad, pero sí para expresarnos nosotros mismos, para sacar lo que tenemos dentro y sentir que no estamos cohibidos”.
“Tiene un aspecto positivo porque les desahoga y les hace más felices, pero no contribuye en nada al conocimiento ni a la búsqueda racional de soluciones adecuadas a nuestros problemas”, apunta.