Al candidato
Nunca como ahora ha tenido tanta importancia la escogencia de un candidato. En los comicios por así llamarlos de 1941 el Presidente de la República era designado más que elegido indirectamente por un Congreso Nacional que a su vez era el resultado de una selección de las Asambleas Legislativas Regionales. Para ese entonces, el candidato ganador fue el representante de un gomecismo light Gral. Isaías Medina Angarita y su oponente simbólico, sin ninguna oportunidad posible fue el maestro y novelista Rómulo Gallegos. Derrocado Medina en 1945 y aprobado por la Constituyente de 1947 el voto universal, directo y secreto para todos los ciudadanos incluyendo a las mujeres y analfabetas por primera vez en nuestra historia republicana, en diciembre de ése mismo año consigue el triunfo el insigne educador y novelista. Depuesto Gallegos a los pocos meses de asumir en noviembre de 1948 se instaura una Junta Militar Presidida por el Cnel. Carlos Delgado Chalbaud, quien es asesinado en 1950 y se designa al Dr. German Suárez Flamerich para sustituirlo, dándole con ello un tinte civil a la misma que compartían Marcos Pérez Jiménez y Luis Felipe Llovera Páez. En 1952 se convoca a unas elecciones constituyentes en las que se ilegalizan a los partidos Comunista de Venezuela y Acción Democrática y para sorpresa de la dictadura las gana URD con Jovito Villalba al frente resultados que a la postre es desconocido y obliga a URD y COPEI a retirarse de la contienda. Finalmente el régimen despótico se autodenomina legítimo con sus secuaces y asume “constitucionalmente” la primera Magistratura de la Nación el tachirense Marcos Evangelista Pérez Jiménez el 2 de Diciembre de 1952 bajo el Nuevo Ideal Nacional como novedoso lema de su Gobierno. En 1957 con vista al vencimiento del periodo presidencial el dictador da un salto y se anticipa a la convocatoria de un plebiscito que como es lógico suponer, “gana limpiamente” el tirano, aunque de nada le sirvió este montaje electoral porque es historia conocida por todos lo sucedido el glorioso 23 de enero de 1958.
La Nueva Junta Cívico Militar que se instala ante la huida de Pérez Jiménez es encabezada por el Contralmirante Wolfgang Larrazabal Ugueto; convoca a elecciones y en diciembre del mismo año 58 triunfa Rómulo Betancourt al no cristalizar un acuerdo plural para escoger un candidato y gobierno de unidad.
Este brevísimo recuento histórico sin ningún rigor académico es muy pertinente ahora para hacernos una idea del gigantesco logro obtenido por una desmotivada y desconfiada sociedad que busca afanosamente una salida a tantas equivocaciones y torpezas acumuladas. Se estrena ahora el candidato de la unidad nacional como el portaestandarte del anhelo de todo un pueblo urgido de afecto verdadero y soluciones efectivas, de todos aquellos que fuimos timados y burlados de la manera mas descarada; de muchos otros que votaron por un cambio en serio y fueron engañosamente cambiados en serie sin entender aún cómo con tanto dinero y tiempo se hizo tan poco y tanto daño. Rosales como candidato unitario no puede darse el lujo de equivocarse ni mucho menos distraerse del único objetivo porque sencillamente esa candidatura no es solo de él, es instrumento valiosísimo, como jamás lo había sido antes, repleta de fe en el futuro de toda una nación que ha puesto en sus manos su mas valioso tesoro como es su libertad y su democracia. Esta candidatura es un buque insignia con un preciado cargamento de esperanza cuyo timonel debe sortear con nosotros a bordo las encrespadas olas y tormentas mas furiosas de las condiciones electorales que se nos presentan en éste tempestuoso mar de incertidumbres que tenemos al frente.
La empresa no es ni será fácil por lo que seria un error fatal subestimar a un adversario tramposo y sin escrúpulos, sin embargo, las reacciones iniciales del pueblo a los primeros contactos, mensajes y actos del candidato son muy auspiciosos y estimulantes, mas aún, son muy reveladoras también la estupefacción y nerviosismo de quienes se creyeron por siempre invencibles, dueños del patio, cuarto bates del equipo y novios de la madrina. Ya veremos a quienes pitan y a quienes aplauden en los juegos de pelota, en las corridas o en los eventos deportivos, sociales o en la calle si es que se atreven o tienen el tiempo o valor de ir, pues seguramente estarán presurosos y atareados en explicar y volver a prometer que ahora si es verdad que se ocuparan de Vargas, los niños de la calle, el desempleo, el crecimiento escandaloso del crimen y el hambre, el abandono de la educación, la salud, las fronteras, los medios de producción, los servicios públicos y hasta las propias misiones con aquel cuento de que ahora Venezuela es de todos, de que aquí manda el pueblo y no el hampa, de que ser pobre es bueno y ser rico es malo, de que nuestro país por fin es territorio libre de analfabetismo y corrupción y que PDVSA y el petróleo también son de todos; es decir que en menos de tres cortos meses van a resolver todos los problemas que en ocho largos años agravaron al extremo.
Por mucha plata que repartan y votos fantasmas que digan tener amarrados en el buche que ahora se desinfla, no podrán salvarse de la molleja paliza que van a recibir en la propia cara con el candidato retador y todos encima, inspirados desde el cielo por el monumental Ricardo Aguirre, padre de la Grey Zuliana recordándoles aquel demoledor estribillo a modo de reclamo: “Gastaron toda la plata y se echaron a reír, seguro les va a salir el tiro por la culata”.