La interpretación nos está matando…
Nuestra Constitución es extremadamente clara, no amerita una lectura profunda, precisamente esa fue la intención del constituyentista al momento de su redacción, crear un texto de fácil comprensión para todos, pero muy curiosamente es su interpretación la que nos está distorsionando al país.
El Artículo 2 señala que Venezuela “es un Estado social y de derecho y de justicia” como se aprecia, no hace referencia alguna a ideologías, sino a la satisfacción de los requerimientos sociales (salud, educación, trabajo, seguridad, etc.) al cumplimiento de su texto y a la justicia, la justicia no es más que la igualdad de todos ante la ley, ante las instituciones públicas, que todos tengamos mismos deberes, mismos derechos… por ningún lado se aprecia la palabra “Socialismo” o “Capitalismo” ni ninguna otra corriente política, más aún, al final de este artículo reza “…la preeminencia de los derechos humanos, ética y el pluralismo político” ¡muy claro todo, cierto!
Por sí fuera poco, los Artículos 3, 7 y 22 señalan taxativamente que son las garantías, deberes y derechos consagrados en la propia constitución los que tienen valor jurídico en la forma y manera como están definidos, ninguna otra ley, como sabemos, toda ley que contraríe la carta magna o veredicto de algún poder público es nulo, ilegal (Artículo 25). Como platicar acerca de todo el texto sería objeto de un libro nos vamos a enfocar solo en dos artículos, por considerar la “interpretación” gubernamental de los mismos gran responsable de los padecimientos de la Venezuela de hoy, nos referimos al Artículo 112. Este artículo faculta al Estado la racionalizar y regular la economía, pero ambas facultades deben sobre todas la cosas basarse en el derecho que tienen los venezolanos de dedicarse libremente a la actividad económica de su preferencia, así reza literalmente este artículo.
Tan es así que para ello citamos el Artículo 115, el cual mandata, ordena y decide que para que se produzca una expropiación debe ser única y exclusivamente a través de una sentencia firme, definitiva y pago oportuno de la justa indemnización, bueno, la pésima interpretación de este artículo destruyó nuestra economía, cuando desde la figura presidencial, gobernadores y alcaldes se autoconfirieron el derecho de expropiar a sus anchas, sin juicio, sin sentencia y sin pago oportuno, una mínima parte de esas expropiaciones han sido canceladas.
Hoy sufrimos las consecuencias de estas acciones, la inmensa mayoría de esas empresas y fincas expropiadas hoy se encuentran inútiles, abandonadas y algunas generando pérdidas, la inversión se desapareció, las importaciones castraron la capacidad productiva de los venezolanos.
Para los que estén pensando este es un artículo “oligarca, neoliberal o de derecha” les recuerdo que el mismo Carlos Marx señaló que lo económico determina lo social y es así, porque la economía es la fuente generadora de bienestar, de crecimiento, que está por encima de cualquier ideología ¡De cualquiera!
Lo único que amerita es una institucionalidad profesional que haga cumplir la ley laboral, los compromisos fiscales, la calidad de los productos ¡Eso es todo! Así pues, nuestro país se encuentra como está por una sola razón; por interpretar nuestra constitución de una manera totalmente distinta a la claridad de su letra.
@leandrotango
