Viva el Viaducto
Al fin el gobierno “revolucionario” inaugura una obra iniciada y terminada dentro de su mandato. Pero el miedo a los “descalzos” que han jurado no calarse más las mentiras del “mentor”, hizo que todo quedara en el “jalabolismo” locuaz y mentiroso de los locutores de las cadenas del “comandante”, sin discurso. El lenguaje no pudo ser más rebuscado, que hasta parecía la repetición de las alabanzas hechas a la autopista en 1953. Perlas, como que es una obra que impulsará la economía nacional y que era una necesidad del pueblo que venía a ser satisfecha “al fin”, por el gobierno del “comandante”. Como si no fuera el remiendo de un capote del cual hizo la última jugada, porque el mismo se produjo el estoque. De tanto verlo en posición sentada, con cara de sabio locuaz y remendón, recordamos su despedida y el “descanse en paz”.
Ese día lo agarró la gripe sin pañuelo, por cuanto su desidia y la falta de iniciativa de sus seguidores, hizo que ocurriera el deceso sin tener listo el proyecto que lo suplantaría.
A esto nadie es extraño y sin dudas, el “pueblo” beneficiario agradece el término de la obra, pero no podrán por mucho tiempo olvidar el traumatismo que les causó “la trocha” con sus desalmados actos delictivos, del que muy pocos escaparon. Ya como derecho adquirido, están anunciando los transportistas mantener las tarifas de emergencia y necesidad impuestas y todos sabemos, que el hilo del que cuelga la popularidad del gobernante, no tiene la suficiente fuerza para imponerse, como lo hace con los carniceros, los lecheros y los bodegueros para que cumplan con los precios solidarios impuestos mediante regulación.
No es de olvidar que fueron los transportistas por asuntos de tarifas, los que provocaron el “caracazo”, que se uniría al movimiento estudiantil que tiene locos y desesperados a los “revolucionarios”. Todos sabemos que en 1957 fue el movimiento estudiantil el que dio fortaleza al de la “Unión Patriótica”, que culminó en 1958 con el alzamiento del 1º de enero y la unión de los jóvenes militares, entre ellos los estudiantes militares, los que encendieron el detonante que produjo la huida de Pérez Jiménez y sus secuaces. Claro, eran otros personajes, con mejor calidad intelectual, que no se atrevieron a provocar masacres contra los manifestantes, como ha venido ocurriendo al presente. Pero hay que estar claros, jamás ha podido gobierno alguno con los estudiantes. Ellos conforman y encienden una llama imposible de apagar con las mentiras y están vacunados contra las amenazas, más aún cuando descubren el miedo en el adversario. No por azar ocurrió la retirada en la Asamblea Nacional.
Es este miedo el que ha sacado de quicio a Maduro y a Luisa Estela, quienes ven en todo bejuco a una serpiente. La masa no está para bollos y ya los gritos, ni que vengan del nuevo orador locuaz y gritón de la vicepresidencia, ni que se valgan de los “loritos” estudiantiles rojos rojitos, podrán contra el ánimo exaltado de un pueblo defraudado y desesperado. Vemos también con desespero “estratégico” la actitud de los mandos militares, quienes parecieran encontrarse en una disyuntiva y callejón sin salida. Muchos han visto que sus hijos, nietos y sobrinos también llevan la bandera al revés, reclamando su derecho a la libertad de escoger su forma de vida, que no puede estar signada por la orientación del dinosaurio del Caribe. Todos sabemos quien es el verdadero “comandante”.
¡Que viva el viaducto!, que es lo único que ha sabido construir el régimen, pero los puentes están siendo construidos por los estudiantes a la vanguardia, mientras que la Oposición se mantiene con el verdadero sentido de la Reserva. Cada vez mas fuerte, vigorosa y alimentada por la fogosidad juvenil. El miedo es libre y las manifestaciones después del cierre de RCTV son las evidencias que estamos cerca de la luz en el túnel.
