El renacimiento de Venezuela
El atropello del régimen contra Radio Caracas Televisión es reflejo de su verdadera naturaleza. No hay nada más que analizar ni discutir, ni mucho menos esperanza que cultivar sobre convivencia civilizada, rectificaciones gubernamentales o propósito de enmienda en quien asume la tiranía en dirección radicalmente contraria a los intereses nacionales y con violaciones expresas al espíritu, propósito, razón y letra de la Constitución de la República y del orden jurídico nominalmente mantenido aunque maltrecho y sin mayor vigencia. No es la primera vez que sucede en Venezuela, ni en el mundo. Pero el desenlace final de todas las experiencias ha sido trágico para sus protagonistas. Chávez y sus corrompidos apóstoles no serán la excepción. La nación sobrevivirá a quienes degradando el Estado se convierten en reos de traiciones múltiples contra la patria y su gente. No se trata solo de luchar por la libertad y la democracia, lo cual está en la esencia de nuestro afán, sino de procurar el renacimiento integral de esta moribunda República, de la Patria Grande. Para que la nación sobreviva y sea posible el renacer de Venezuela, hay que ponerle punto final al régimen. Nadie tiene derecho a aislarse en su propio mundo, a cerrarse sobre intereses personales o de grupo a conciencia de la inviabilidad de la vida venezolana de hoy y del ruido que sube de volumen desde la calle. No sería cumplir con nuestro deber histórico, sino convertir la cobardía en comodín de la dictadura. Este tiempo no es para satisfacer esteticismos retóricos, ni para disfrazar la pereza y el miedo con “idealismos” insanos. Se trata de no burlar el deber que los demócratas tenemos que cumplir. Se trata de liquidar este caos permanente, bullanguero, violento aunque cansado, bastante agotado, repetitivo y criminal. Necesitamos restablecer la unidad esencial de Venezuela. Somos algo más que facciones en pugna por intereses bastardos. Todos sabemos de qué se trata. Nunca está de más repasar el preámbulo de la Constitución y algunos de los artículos finales para encontrar el camino:
“Artículo 328: La Fuerza Armada nacional….En el cumplimiento de sus funciones, está al servicio exclusivo de la Nación y en ningún caso al de persona o parcialidad política alguna….”
“Artículo 333: Esta Constitución no perderá su vigencia si dejara de observarse por acto de fuerza o porque fuere derogada por cualquier otro medio distinto al previsto en ella. En tal eventualidad, todo ciudadano investido o ciudadana investida o no de autoridad, tendrá el deber de colaborar en el restablecimiento de su efectiva vigencia”
“Artículo 350: El pueblo de Venezuela, fiel a su tradición republicana, a su lucha por la independencia, la paz y la libertad, desconocerá cualquier régimen, legislación o autoridad que contraríe los valores, principios y garantías democráticos o menoscabe los derechos humanos”
Civiles y militares hemos jurado sostener y defender estos principios. La tarea está clara.