Si, es política
Gracias a la Juventud venezolana que, una vez más en la historia de la
Patria, asume prematuramente responsabilidades que todavía le
aguardaban en el tiempo, aires libertarios recorren nuestra geografía,
testigo excepcional de las gestas heroicas de los mejores hijos de
esta bendita tierra de gracia.
Cuando ya en viejos corazones de quienes no queremos morir en
esclavitud sólo anidaba la esperanza, el arrojo juvenil de hijos y
nietos restableció vigores y renovó arrestos. Bravo, émulos de los
jóvenes de La Victoria. Esto si es Venezuela.
No es de Venezuela el miedo, la vacilación pusilánime, la «prudencia» pacata.
Esta es una Nación fuerte, valiente, arriesgada, desprendida. No somos
egoistas sino generosos; calculadores sino atrevidos; cuidadosos sino
espontáneos.
Hay que decir claro lo que está en el fondo de lo que ocurre, lo que
no significa que sea escondido en lo oscuro, ni disfrazado en la
mentira o en la simulación. El motivo es el más reciente – y, por
fortuna, inoportuno- atropello cometido por el régimen comunista que
se hizo del poder apoyado en el engaño: el cierre de Radio Caracas
Televisión.
Pero ese atropello consiste, una vez más, en conculcación de
principios fundamentales que proceden de la dignidad de la persona
humana y se constituyen en base del modo democrático de vida. En este
caso, ha sido la libertad de expresión la que ha sido hollada. Se
trata de un derecho político en la específica Sociedad Democrática y
de un derecho humano en el contexto universal.
Por tanto, defender ese derecho político es realizar actos políticos.
La protesta lo que defiende, en el fondo, es el modo democrático de
vida que incluye los demás derechos humanos, entre ellos la libertad
externa, la igualdad de oportunidades, la justicia en sus diferentes
expresiones.
El descrédito de la política, que procede del calculado desprestigio
de la misma urdido por grupos organizados de lo que se ha llamado
«antipolítica», es resultado del aprovechamiento de los errores
humanos de quienes, en diferentes países han ocupado funciones
políticas sin ser moral e intelectualmente aptos para hacerlo. La
manipulación consiste en atribuir sus fallas y errores a todo actor
político, a toda persona que dedique su esfuerzo a tan noble menester.
En efecto, para decirlo en palabras del S.S. Pío XII inspiradas en el
pensamiento de su antecesor, » la polítca, después del sacerdocio, es
la mas elevada expresión de la Caridad»; ese insigne venezolano que
fue Arístides Calvani y que hizo de la política verdadero apostolado,
la definó como «el arte de hacer posible lo que es menester para el
Bien Común «.
Por ello, ese sector de la antipolítica que también es el comunismo
que nos trata de sojuzgar, cuyo fundamento de acción es la mentira
para engañar, el desprestigio para descalificar y la confusión para
reinar, ha contribuido en la tarea de desacreditar a la política, a lo
político y a los políticos en general, para abrirse caminos hacia su
conquista del poder absoluto y omnímodo. ¡En Venezuela casi lo logran,
pero la reacción de nuestro pueblo decepcionado que se apoya en el
desprendimiento y generosidad de nuestra juventud lo va a frustrar!
No puedo acallar mi conciencia en la necesidad de expresar algo sobre
el tema de la violencia:
Oimos, con gran frecuencia en estos días, a reconocidos comunicadores
sociales, especialmente en TV y radio, que se refieren a las
manifestaciones juveniles realizadas o proyectadas, solicitar, casi
con angustia, que sean sin violencia. Deben tener sus razones. Pero,
con mucho respeto y consideración hacia ellos, debo aclarar que tienen
toda la razón en el sentido de que la violencia no puede ser jamás un
fin legítimo en el orden de la civilidad democrática, como tampoco lo
es en el del comportamiento cristiano. Pero sepan que la precaución y
el cuidado de que no se desate la violencia no puede ser freno o
paralizante de las acciones justas orientadas a restablecer los
principios o valores conculcados.
Si así fuera, y para sólo mencionar dos ejemplos: Hitler y los suyos
habrían prevalecido dominando al mundo entero; El Libertador no habría
liberado las cinco naciones que emancipó en América. Entre nosotros se
oyó, en el recinto del Congreso de 1811, la voz muy respetable del P.
Maya que solicitaba esperar fundado en una mal entendida prudencia,
que no es virtud de pacatos sino de quienes asumen plenamente la
responsabilidad y consecuencias de sus actos y los pesan en función de
la legitimidad y posibilidades de éxito de sus propósitos.
Mis queridos jóvenes: la lucha puede ser larga; es menester estar
espiritual y anímicamente apertrechados. La violación con el atropello
de RCTV es del principio democrático y humano de la libertad de
expresión, pero lo que está en juego es mucho más: es la paz, es la
vida democrática en sí misma, conculcada ya en este país por el
régimen totalitario. Lo que está en juego es la liberación de
Venezuela. El final sólo se alcanzará con el logro total de la
libertad y de la paz.
No salgan a las calles, jóvenes de mi patria, con el corazón preñado
de ira y el alma enceguecida de odios que son factores generadores de
violencia; pero no duden en ejercer legítima defensa de la propia
integridad personal y de los principios por los cuales luchan
democráticamente.
Dios Todopoderoso los inspire y nuestra Madre Santísima los acompañe.