Estafa Ideológica, Chulos Y Cadetes
Posando de teórico marxista, el mandamás hizo un discurso «culto» ante
el chulaje «intelectual» de izquierdozos europeos y latinoamericanos
invitados a no sé cuál evento, de los centenares que montan, para
discursear mientras el país se hunde en la putrefacción de los
servicios públicos, la inseguridad, la escasez, la especulación
financiera auspiciada por el propio gobierno, la corrupción y el
sectarismo ya pestilente del proceso dictatorial.
Con lo que nos costó esa cadena, el traje nuevo que lució el mandamás,
los pasajes y alojamientos en primera clase, de los centenares de
vagos de medio mundo y la infinidad de otros gastos subsumidos en esos
eventos inútiles, se hubieran podido arreglar diez hospitales,
construido un centenar de escuelas rurales o socorrer por años un
millar de niños de la calle.
En medio de citas del italiano Antonio Gramsci y sus tesis marxistas
sobre el hegemonismo cultural de las superestructuras a destruir y a
sustituir por las propuestas del ideario revolucionario, el mandamás
no aguantó las ganas y se despachó una desafinada tonada del pobre Ali
Primera, que se habrá preguntado en su etérea presencia: «¿qué mal tan
grave habré hecho yo Dios mío, para penar como símbolo de todo lo que
desprecié en vida, pero sobre todo para que este sujeto maltrate mis
canciones convertidas en oficiales y en escarnio de estos invitados
obligados a escuchar su berrear?»
Al pintoresco mandamás, una vez más le importaba un pito su audiencia
pagada cara, de chulos importados, menos aún los burócratas obligados
a memorizar sus indigestas peroratas.
A él le interesaban sobre todo la obligada audiencia de cadena
nacional, una vez mas oyendo sus pretensiones monárquicas y en
especial hacer ver, muy en destacado y repetido primer plano, con
infame presuntuosidad del poder, un cuerpo de cadetes que aplaudían a
rabiar el sartal de impropiedades del impostor, que hace de jefe de
estado.
Yo te aviso Chirulí. Lenin-Trotski mata Gramsci. El Estado Capitalista
aunque arrinconado y maltrecho, exhibirá tu pellejo político, más
temprano que tarde, en prenda de triunfo sobre tus peroratas ignaras.
Al final de todo, y ese todo se acerca, solo habrá escombros de esa
garantía del cambio de hegemonía histórica «gramsciana» del que eran
testigos, además de los chulos, esos alborozados cadetes embebidos en
el verbo ramplón, lleno de efectismos patrioteros, con los que satura
de cucaracha molida las todavía imberbes mentes, de los ya separados
del mundo por disciplina y privilegios, para hacer de cuerpo
pretoriano de los otros zánganos del poder.
Todo lo medular, de todo lo hecho ese día, consistía en restregar sus
nuevas hegemonías, que garantizaban a la audiencia, que él
supuestamente ya ganó su batalla, «contra las viejas superestructuras,
e implantó las irreversibles del nuevo poder socialista.»
Les mostraba a esos vagos invitados, con todos los gastos pagos a
costilla nuestra, que seguirán usufructuándonos, aunque sea como
nulidades engreídas marginales en sus países, pero tomados en cuenta
aquí por el alto gobierno del nuestro, por continuar haciendo de
mampara en sus países democráticos de esta menjurje estalinista-
fascista- peronista que es solo oprobio nuestro.
Ha quedado absolutamente claro que el discurso para justificar la
marcha a «la nueva hegemonía superestructural en lo ideológico» pasa
por la marranada de cerrar los medios privados, el primero de los
cuales es RCTV porque no pudo comprarlo o aterrorizarlo como otros.
Muchos atropellos han sido hechos en la historia mundial reciente con
las excusas más tramposas. Esto por supuesto no es solo patrimonio del
chavismo gobernante, lo grosero de parte de Chávez es que pretenda con
el predicado de libertades enterrar libertades.
¿Cuál es la diferencia con Bush, a quién tanto detesta?
Señores invitados a no sé cuál evento de intelectuales chulos, de
decorado dictatorial de sobornados por Chávez con nuestros reales.
Pueden ustedes irse muy directos al carajo.