Maduro anunció su primera gran medida económica: No hay más dólares

En su alocución del miércoles, el presidente Nicolás Maduro anunció desde el estado Anzoátegui su primera gran medida económica.

Teniendo como fondo una reunión con los miembros del Comité Cívico-Militar para la Batalla Económica en el estado Anzoátegui, transmitida por Venezolana de Televisión, Maduro abordó el tema de la política cambiaria.

“Fedecámaras: no hay más dólares para ustedes. Los dólares son para las viviendas del pueblo, para el alimento del pueblo, para la economía productiva, para los empresarios que quieran trabajar de verdad», advirtió.

La lectura de este anuncio, si bien se produjo en términos políticos, deber ser interpretada en simples términos económicos: No hay más dólares.

Si luego los dólares llegan a las viviendas y los alimentos, será otra historia. Al final, es el Estado quien los administra y hasta el momento el país es un muestrario de paralizados desarrollos de viviendas a medio construir, y gran escasez y estantes vacíos en las redes públicas y las cadenas privadas de venta de alimentos.

Al gobierno hay que entenderlo en su contexto. Presumiblemente para este año, tiene a la vista una confrontación electoral con la oposición. El momento es de una gran crisis económica. Las encuestas adelantan que el gobierno no tendría el viento a su favor. Lo saben, y actúan en consecuencia.

Si bien la principal manifestación del problema es de naturaleza económica, los términos en que la élite gobernante lo enfrentan es netamente político.

Por ello un anuncio, que con otro tipo de gobierno sería distinto, es llevado al terreno de la confrontación y la polarización maniquea. Los buenos de un lado, los malos en la acera de enfrente.

En consecuencia, y por una parte, se buscan unos culpables de los estantes : Fedecámaras y los empresarios privados, que pueden ser algunos o todos dependiendo del momento. Por otra parte, se hace un anuncio que nadie en el gobierno tiene la disposición o el valor de hacerla: No hay más dólares. No la veremos por lo tanto en un nuevo convenio cambiario o resolución ministerial.

Para muestra un botón

Recientemente, las ensambladoras de vehículos sostuvieron una reunión a puertas cerradas con el gobierno.

El vicepresidente para Economía y Finanzas, Rodolfo Marco Torres, Vía Twitter, dio a conocer que “en este encuentro hacemos seguimiento a los acuerdos que permitirán el reimpulso del sector automotor”. No precisó los términos de los acuerdos.

En el caso de Ford, los acuerdos se firmaron el 25 de marzo, con la presencia de José David Cabello, ministro de Industrias; Andrés Eloy Méndez, superintendente de Precios Justos, y Rodolfo Marco Torres.

Hace un año exactamente, el 23 de abril del 2014, el propio presidente Maduro refirió que se había acordado “resolver vía del Cencoex y Sicad I todas las necesidades que ha presentado la industria automotriz venezolana para reposicionarse y rescatar y recuperar su capacidad productiva nacional”.

“Hemos dicho a las ensambladoras nacionales, que a partir de este acuerdo en cumplimiento con la Ley Orgánica de Precios Justos vayamos hacia un proceso de recuperación productiva de todo el sector automotriz. Ya se encargarán de anunciar los nuevos precios justos de los automóviles”, agregó en esa oportunidad.

Sin embargo en el 2015, luego de las últimas reuniones, la historia es otra. Las ensambladoras habrían relatado a sus concesionarios, que las condiciones para la entrega de vehículos para ser vendidos, fueron cambiadas.

Se separaría en la negociación con los concesionarios, lo que cuesta el CKD (kit de partes y piezas que envía la casa matriz). Ahora deberá ser pagado en dólares. El valor agregado nacional en el proceso de ensamblaje, podrá ser pagado en bolívares.

Esta parte en dólares, los concesionarios deberán pagarla a la ensambladora a la tasa “que se consiga” -probablemente a dólar libre- y por adelantado. Tomando en cuenta los lapsos y tiempos para la importación, se espera que la ensambladora entregué los vehículos al concesionario en unos seis meses.