Opinión Nacional

Papá, no hay… (El Papá de Albornoz)

«Los cazadores atrapan las liebres con los perros; muchos hombres atrapan a los ignorantes con la adulación«. – Plutarco

I

Hay un viejo proverbio que dice «amor con hambre no dura«. Creo que ese proverbio debe ser de otro mundo, de otra galaxia pues, si a ver vamos, no hay país en que no se pase más hambre que, por ejemplo, en la revolucionaria Cuba, en la revolucionaria Sudán, en Haití, en la revolucionaria Zimbabwe y, para que decir, en nuestra revolucionaria Venezuela en donde con un 11% de cesantía y 56% de informalidad, existe un 14% de desnutrición infantil y más de un 20% de desnutrición geriátrica, sin considerar la desnutrición mental, y aquí los amores siguen latentes.

Un caso digno de conmiseración es el del diputado José Albornoz, jefe de la bancada del PPT – Patria Para Todos – quien dijo que el presidente Chávez era como un papá y al padre no se le contrariaba, cuando el Presidente mandó a sus disidentes a freír monos pues a él, no se le discute. El papá, según Albornoz (habría que ver como fue su niñez y como fue criado cuando pequeño), tenía pleno derecho a hacer lo que se le diera en gana con su familia y no había que discutirle, por lo cual le pidió a papá Chávez, que esperara unos días más para que él y su partido le respondieran si se sumaban o no, sin discusión, a la discusión del PUS (Partido Unificado Socialista) (cantinflesco, ¿verdad?) pues no estaban muy seguros en eso del pensamiento único. El papá que vislumbra y tiene en su mente Albornoz, no es ese que le hace pasar hambre a la familia, cuestión que se quita robándose unos mangos o gallinitas. No; el papá que él ve en Chávez es el que lo golpea, le pega a la mamá, lleva a la amante a la casa, se embriaga, no todos los día pero, si día por medio, que no lleva plata para la casa, que no convive con los chamos, etc., Pobre Albornoz. De repente el discurso de este personaje, que tengo entendido es sociólogo, se parece al de los pastores cuyo Dios es más malo que el natre : todo es castigo, todo es malo, todo es infierno, ni siquiera hay purgatorio

II

Albornoz demuestra a una manera de ser. Así somos, me dijo un gran poeta venezolano, a quien no nombraré por razones obvias…¿Cómo qué así somos? Le pregunté. «Culilludos Mario, culilludos y peseteros». «Albornoz y muchos otros que le siguen, no quieren volver al pasado. No quieren acordarse de la pobreza. Se están vengando. Son resentidos sociales eternos. Ahora tienen. Pueden aspirar a una Hummer aunque no sepan manejar y sea el vehículo insignia de los asesinatos en Irak. La Hummer es el signo del poderío del imperio: corre, es espaciosa, puede ir armada, es blindada, y da estatus», me dijo el poeta. ¡Que Poesía», hermano, dije yo…

III

El país del siglo XXI, la revolución del siglo XXI, no solamente se caracteriza por los culilludos, por los billeteros, por quienes quieren cuidar su pescuezo y no ser perseguidos por sus malversaciones, robos, opulencias repentinas, sus gustos por el whisky de 21 años, al cual le ponen hielo y revuelven con el mismo dedo con que se sacan impúdicamente los mocos porque la rápida riqueza no les dio tiempo para conocer los pañuelos. (Ni comprar el Manual de Carreño). Ellos son los «gentlemen» del siglo XXI. Por supuesto ser revolucionario da para mucho más.

IV

Ofrecer paradigmas inexistentes, crear parrandas ideológicas, embrutecer porque como decía el insigne Samuel Robinson «errar es humano» e «inventamos o erramos», ha significado una bacanal de corrupción y de escasez tanto mental, como de bienestar, es parte de los nuevos valores que ha inculcado el pater familia. La sociedad del bienestar social fue echada a la basura porque «ser rico es malo», y de esta manera y como dijo el «papá» de Albornoz, no importa pasar hambre, lo que importa es estar con la revolución. Así, apenas tronó la voz del amo-papá, alcaldes como el señor Di Martino de Maracaibo, quien ha pasado por todas las toldas políticas, el gobernador de Yaracuy, a quien por decencia no lo nombro y es culpable de las torturas que se le están haciendo al ex gobernador Eduardo Lappi, alguna vez considerado como el mejor mandatario regional de Venezuela, y quien no ha tenido derecho a un debido proceso, han corrido de rodillas a pedirle perdón al «papá» para que no les quite el » cambur «.

Pecadores como Didalco Bolívar Graterol, gobernador del estado Aragua, Ismael García, presidente del partido PODEMOS, el cual viene del partido socialista MAS, develaron el desabastecimiento ideológico y, en especial, democrático, del gobierno nacional. Criticaron la creación del PUS impuesto desde arriba sin una declaración de principios ni una forma orgánica. Para el Presidente la revolución y el país deben tener un solo partido. Afortunadamente, aunque muchas de estas personas no son santos de mi devoción, se dieron cuenta que el camino trazado por Fidel Castro, para Venezuela, está claro. Se impone el fascismo de izquierda (o totalitarismo, como le llaman algunos) por decreto, porque el Papá de Albornoz lo decidió.

V

Chávez dice, «quien quiera saber sobre la moral socialista, busque y estudie la moral cristiana». Pues bien, la moral cristiana habla de amor, de perdón, de amar al enemigo, de paz, de dar al Reino de Dios lo que le pertenece y al reino del César lo que es del César. Pero no. Esa moral no la practica el papá de Albornoz ni nadie del gobierno. La verdad, como dicen los vascos, ellos «se cagan en Dios».

Por eso del no hay, a no hay, existe mucho trecho. Ya lo dijimos. Simón Rodríguez lo dijo: «en una nación con gobernantes incultos se crea una casta de dirigentes brutos; en una nación con dirigente brutos se embrutece el pueblo; y, cuando se embrutece el pueblo, el gobernante bruto se cree Dios. Entonces, al creerse Dios, realmente, no le interesan las carencias de su pueblo». No le interesa de que en los anaqueles de los mercados haya alimentos. Venezuela lleva desde agosto del año pasado sin azúcar (¿será por eso que el pueblo es tan amargo?), no hay sardinas, no hay medicinas, no hay carne de res ni de aves. Hoy, según los expertos, en el país se produce un 20% menos de alimentos que en 1988. Los precios de alimentos tan simples como las cebollas, las papas, los plátanos y los tomates, son ahora solamente para los dichosos que viven del Estado (y así dicen que ser ricos es malo); en los últimos ocho años, según el Banco Central de Venezuela, el costo de la vida ha aumentado 5 veces y media y la pobreza abarca al 79,3% de la población. Entonces, nos preguntamos ¿qué piensan los señores Evo Morales, Néstor Kirchner, Rafael Correa, el PC de Chile, y otros grupos revolucionarios de América que tratan de vender el modelo del «papá» de Albornoz?

VI

Y ahora, finalmente, para tapar toda esta olla podrida, se crea un circo espectacular, mejor y más grande que los que montaban Calígula y Nerón, manejado por la maestra de ceremonias Cilia Flores, iniciando desde la Asamblea Nacional la discusión de un acuerdo en rechazo a lo que considera usurpación de funciones por parte de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, al modificar el artículo 31 de la Ley de ISLR , la diputada Iris Valera solicitó se investigue al magistrado Jesús Eduardo Cabrera y a otros 7 señalando que constituyen una «mafia» en el organismo de justicia, (¿quiénes nombraron a esa mafia?) por esta decisión, mientras el siempre bien ponderado, profesor de Derecho Constitucional y ex Magistrado, profesor en Salamanca, diputado Carlos Escarrá, pide que todos, los 32 miembros del TSJ sean removidos por corruptos y encarcelados.

Todo lo anterior no es más que un volador de luces para que el pueblo crea algo que no existe desde hace muchos años en Venezuela: la división de poderes. ¿Creerán los diputados que todos los venezolanos son idiotas? ¿No es acaso el TSJ y su Sala Constitucional el Poder del Estado máximo, incluso sobre el Presidente de la República? – Que estos magistrados y magistrados hayan sido nombradas a dedo, por la AN, es otra cosa. Ellos se prestarán o no al juego. No lo sabemos. Lo que si sabemos es que en Venezuela no hay. No hay comida, no hay medicinas, no hay viviendas, no hay Estado de Derecho, no hay educación, no hay salud, no hay seguridad ciudadana, no hay repuestos, no hay dólares para importar ni para las líneas aéreas, no hay consenso, no hay democracia; esto último lo demuestra el rechazo de la ciudadanía a un pretendido e inexistente socialismo del siglo XXI y el rechazo al partido único.

Lo que si da pena, es que muchos opinólogos televisivos, radiales y de la prensa escrita, esten analizando este asunto como si fuera un conflicto de poderes olvidándose de que en Venezuela no hay poderes, no hay; el único poder existente es el «papá» de Albornoz. ¡Que vaina! – ¿Verdad?

Fundado hace 28 años, Analitica.com es el primer medio digital creado en Venezuela. Tu aporte voluntario es fundamental para que continuemos creciendo e informando. ¡Contamos contigo!
Contribuir

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Te puede interesar
Cerrar
Botón volver arriba