La oposición y el ejemplo chileno
El chavismo cuenta con una férrea unidad de mando, “coagulada” en la voluntad del caudillo-presidente. Con o sin partido único de gobierno, las decisiones las toma y las tomará Chávez. La concentración ilimitada del poder en manos del líder mesiánico y carismático, característica típica de regímenes no democráticos de derecha o de izquierda, no puede ser enfrentada eficientemente por una oposición dividida y en orden disperso. He insistido, en esta misma columna, que el modelo de la Concertación chilena, “mutatis mutandis”, es un ejemplo relevante para la oposición venezolana. Los chilenos opuestos a la dictadura de Pinochet tardaron 13 años para lograr el acuerdo, que permitió la formación en 1986 de la llamada Concertación por el No, que ganó el referéndum de 1988 y que, con el nuevo nombre de Concertación por la Democracia, llevó en 1990 a la Presidencia, al demócrata cristiano Patricio Alwyn, y desde ese entonces ha seguido gobernando muy exitosamente a Chile. La Concertación está integrada por partidos que se habían enfrentados muy duramente, durante el gobierno de Allende, cada uno con su identidad ideológica, su electorado y fuerzas electorales desiguales. Pero todos acordaron coordinar sus políticas para enfrentar al enemigo común. En la etapa de oposición, una vez a la semana se reunían, a nivel de Presidente o Secretario General, para coordinar las acciones o declaraciones unitarias, que también se anunciaban conjuntamente. En Venezuela, a partir de las elecciones del 2006, se han dado algunos importantes pasos en la dirección correcta. La izquierda democrática se está reuniendo alrededor de Un Nuevo Tiempo y hay una incipiente coordinación de esfuerzos en la llamada Plataforma, con COPEI, Primero Justicia y otras fuerzas de oposición. Idealmente, los partidos del centro democrático como COPEI y Primero Justicia, conjuntamente con las bases y líderes, provenientes de Proyecto Venezuela, Convergencia y Venezuela de Primera, deberían lograr unificarse en un gran Partido Popular, similar al exitoso modelo español. Este Partido Popular conjuntamente con Un Nuevo Tiempo integraría la Concertación venezolana por la Democracia. Mientras tanto esto no se logre, los partidos del centro democrático, podrían implementar acciones conjuntas en el camino a la unificación y simultáneamente concertar con Un Nuevo Tiempo y los otros grupos de la izquierda democrática una política común frente al gobierno. Esta Concertación podría empezar por tener una vocería única frente al exterior.